Un médico entre molinos
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15 de junio de 2016 Fuente: La Verdad
José Damián Aranda es conocido por muchos como Pepe Aranda pues se trata de un hombre cercano, afable y con sentido del humor.
El mal estado de salud de los molinos de viento y del patrimonio rural en general hizo, posiblemente, que el doctor José Damián Aranda Mercader se volcara en ellos. Hábil cirujano, descubrió que necesitaban una intervención urgente que no termina de llegar. No nos extraña nada su querencia porque es natural y vecino de San Isidro, localidad de la zona oeste del municipio de Cartagena y por aquellos campos transcurrió su infancia. Esa experiencia y sensibilidad le ha llevado a escribir obras destacadas como son 'El dominio del viento', editada por la Caja de Ahorros del Mediterráneo, y 'Conoce el oeste', publicada en el 2000, reeditada recientemente en CD por la Universidad Politécnica de Cartagena y la Entidad de Custodia del Territorio para la Conservación del Garbancillo de Tallante.
El IV Congreso Nacional de Etnografía del Campo de Cartagena, dedicado a la vivienda rural y a la arquitectura tradicional, tenía previsto tributarle un homenaje como reconocimiento a esa pasión por su tierra y por sus gentes, entre las que se encuentra como pez en el agua. A esas jornadas, celebradas el pasado mes de octubre en la UPCT, concurrieron especialistas en arquitectura, historia, antropología, economía, geografía o biología. Se echó de menos un médico que ha sido jefe de sección de Cirugía General y Digestiva del Hospital Santa Lucía de Cartagena, aunque continúa con su actividad facultativa privada después de su jubilación en el Servicio Murciano de Salud. Sus compromisos profesionales le llevaron a un congreso médico, no pudiendo aplaudirle sus afanes y desvelos por nuestro patrimonio. Otra vez será.
José Damián Aranda es conocido por muchos como Pepe Aranda pues se trata de un hombre cercano, afable y con sentido del humor. Habla muy claro cuando afirma que la zona rural del oeste es la cenicienta del municipio, denunciando que un concejal se refiriera a ella como el Far West, el oeste desconocido, lejano e inhóspito. Lo ha escrito: «Solamente se acordaron de nosotros para tratar de instalarnos un centro penitenciario con una población de 1.500 reclusos». Esta situación soliviantó a la ciudadanía que, a través de sus asociaciones de vecinos agrupadas en la Confederación de Asociaciones de Vecinos de la zona Oeste, organizaron diversas movilizaciones en el año 1993.
Pepe Aranda habla claro cuando dice que la zona oeste es la cenicienta municipal Mucho de lo que captó en fotografías para su obra 'Conoce el oeste' ya no existe
Pepe Aranda ha trabajado en la asociación de vecinos de San Isidro, ha sido vicepresidente de la citada Confederación y más tarde presidente de la Junta Vecinal Municipal de Molinos Marfagones durante cuatro años.
Las tertulias
Nos relata con ironía en el preámbulo de su 'Conoce el oeste', al que no sabe si llamarlo epitafio, que más que un libro es un cuaderno de campo en el que ha ido reflejando las conversaciones mantenidas en tertulias nocturnas a la luz de la luna, antes de la llegada de la televisión, o las charlas cálidas junto al brasero del invierno. Saca a colación la cita cinematográfica de Blade Runner, las palabras del replicante: «Estos recuerdos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia».
El autor sedescorazona por la incultura y la barbarie del que desprecia cuanto ignora. Pone de ejemplo Italia, donde estas cosas no pasan y prosigue con una pullica sobre los molinos de viento: «Eso sí, declarados bien de interés cultural (BIC) comunitario, no sea que se caigan sin estar protegidos que, parece ser, es peor». Más claro, agua.
También reparte para sus vecinos, los que convierten las ramblas en vertederos, los que talan árboles centenarios para aprovechar los escasos metros que ocupaban sus troncos y plantar unas pocas lechuguicas.
El garbancillo salva
'Conoce el oeste' contiene numerosas fotografías realizadas por el autor, casi 150, así como 29 láminas dibujadas también por él, pero lamentablemente «lo que el objetivo captó ya no existe». El autor indica que el 80% de lo que sus fotos muestran desapareció.
Aunque la esperanza nunca se pierde del todo, «el oeste resiste a la modernidad», y esa resistencia procede de una planta que se consideraba extinta, perdida para la ciencia casi un siglo, 'astragalus nitidiflorus', el garbancillo de Tallante, emergente de una tierra seca y volcánica. Para Aranda un nuevo resurgir de la zona es posible si se consigue implicar a sus habitantes en el proyecto de conservación, como está ocurriendo en este caso.
Sus 156 páginas están protagonizadas por árboles centenarios, molinos, fortificaciones costeras, los Baños de la Marrana, las ramblas, las ermitas rurales o las torres fuertes del interior. Ojalá que el oeste se siga resistiendo.
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