Tres cuartas partes de la provincia de Burgos son un desierto demográfico
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09 de septiembre de 2014 Fuente: Diario de Burgos
La provincia de Burgos ha experimentado en los últimos 50 años un evidente proceso de éxodo rural vinculado a la industrialización.
- La despoblación avanza; el número de municipios con menos de 10 habitantes por kilómetro cuadrado sigue avanzando en los últimos años y llega a los 272. Solo hay cinco que superen los 100 y seis de ellos no llegan ni siquiera a uno
Dibujen un enorme cuadrado imaginario de un kilómetro de lado. Dentro de él cabrían un monte, la ribera de un río, un gran trigal de 100 hectáreas, carreteras, bosques frondosos... y habitantes. Pues en tres cuartas partes del territorio de la provincia de Burgos el número de seres humanos que reside en ese espacio no llega a 10.
El 72 por ciento de la superficie provincial está considerada como «desierto demográfico», un término que se aplica a aquellas tierras con una densidad inferior a una decena de residentes por kilómetro cuadrado. Y la cifra va en aumento en los últimos años, a medida que la concentración urbana se agudiza y el medio rural no deja de perder habitantes.
En el año 2008 había 267 municipios con una demografía desértica y cuatro ejercicios después, en 2012 (últimos datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística), el listado ha incorporado cinco más hasta llegar a los 272. Supone el 73%, un porcentaje muy parecido al resultante si analizamos la superficie de todos esos ayuntamientos (casi 10.400 kilómetros cuadrados) en relación a los 14.300 de los que consta toda la provincia burgalesa.
Sin embargo, en contraste con ese enorme peso territorial encontramos que en todas esas localidades solo viven 45.120 personas, el 12 por ciento de los burgaleses. Es evidente la concentración en unos pocos municipios y la despoblación paulatina del resto. Cuatro años antes el mismo listado revelaba que en los municipios menos poblados habitaban 45.688 personas, 568 por encima de las actuales a pesar de repartirse entre un menor número de términos.
Los manuales de geografía indican que los desiertos demográficos pueden serlo bien por sus adversas condiciones naturales, bien sea como fruto de un proceso de éxodo rural, bien como consecuencia de su amplitud territorial. Y en el caso de Burgos confluyen todas ellas.
La provincia tiene zonas montañosas en todo su extremo norte, así como en el arco oriental con las estribaciones del Sistema Ibérico y la Sierra de la Demanda, que complican el asentamiento poblacional. Las ciudades de mayor enjundia bajan siempre a los valles y quizás por eso encontramos varios apellidos «de la Sierra» entre los municipios que ocupan los primeros lugares del listado de los más desérticos.
Además, la extensión territorial de algunos de los términos municipales es notable, como en el caso del Valle de Sedano, Valle de Losa, Merindad de Río Ubierna o el Condado de Treviño, todos ellos territorios ‘desérticos' con más de 200 kilómetros cuadrados, y no digamos ya en el caso de Villadiego, cuya zona de influencia administrativa directa se eleva hasta los 327.
Y por último, indudablemente la provincia de Burgos ha experimentado en los últimos 50 años un evidente proceso de éxodo rural vinculado a la industrialización. Desde la creación de los polígonos industriales los empadronamientos se mueven por el volumen de trabajo disponible, yestos a su vez dependen de los grandes centros de creación de empleo en los que se convirtieron las fábricas.
Los grandes y el alfoz. Por eso a la cabeza del listado de las mayores densidades de población encontramos por este orden a Burgos capital, Miranda de Ebro y Aranda de Duero, precisamente los tres municipios con mayor población en términos absolutos.
Únicamente Cardeñadijo y Villagonzalo Pedernales comparten con ellos el escalafón de los que están por encima de 100 habitantes por kilómetro cuadrado, el primero de ellos gracias a su escasísimo territorio y el segundo a su potencial atractivo como ‘ciudad-dormitorio' del alfoz.
Por esa misma razón otros cuantos ayuntamientos de los alrededores de la capital aparecen entre los más densos (Cardeñajimeno, Villalbilla de Burgos, Tardajos, San Mamés, Villariezo, Modúbar) entremezclados entre poblaciones de mayor tamaño como Briviesca, Salas de los Infantes o Roa.
En el puesto 11 de toda España.
Aunque lejos aún de Soria o Teruel, la provincia cae por primera vez por debajo de la media de Castilla-La Mancha
La capital burgalesa, con un término municipal bastante extenso (roza los 110 kilómetros cuadrados cuando la media está en los 37), resulta destacadísima por encima del resto, con una densidad de más de 1.680 habitantes por cada kilómetro. Pero hay que tener en cuenta el bajo promedio global.
De hecho, la densidad total de la provincia se sitúa en los 26 habitantes por kilómetro cuadrado, una cifra muy baja en comparación con la mayoría de los territorios españoles, aunque no tanto si se explica en el contexto de Castilla y León. Respecto al total nacional la burgalesa estaría en el puesto número 11 del ránking, por detrás de Soria, Teruel (ambas por debajo del umbral de desierto demográfico), Cuenca, Huesca, Zamora, Cáceres, Palencia, Guadalajara, Ávila y Segovia.
En 2008, Burgos figuraba en el mismo puesto de la clasificación pero en aquel entonces Castilla-La Mancha presentaba una media autonómica inferior. Sin embargo ahora (según la última estadística correspondiente a 2012) habría mejorado respecto a la provincia burgalesa.
Entre las más densamente pobladas se sitúan, con gran diferencia, Melilla y Ceuta aunque en su caso hay que tener en cuenta su especial característica de un terreno muy pequeño que provoca que se dispare la media. Tras ellas figuran Madrid, Barcelona, Vizcaya, Guipúzcoa, Alicante y Tenerife, todas por encima de los 300 habitantes por kilómetro cuadrado, más de 10 veces el dato burgalés.
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