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Tormenta de ideas: territorio rural y políticas de estímulo

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Desarrollo Rural

10 de febrero de 2015 Fuente: ruralsiglo21

Las estrategias territoriales deben apoyarse en el contenido del Reglamento FEADER.

Artículo de Francisco Martínez Arroyo, publicado en su blog ruralsiglo21

El pasado día 28 se celebró en Valencia, organizado por el Institut Valencià de Investigació i Formació Agroambiental (IVIFA) - http://www.ivifa.es/es/index.asp -, un nuevo taller sobre la política de desarrollo rural y territorial. Ya en anteriores ocasiones hemos hecho referencia en este blog a los trabajos de este instituto, uno de los pocos organismos que trabaja regularmente en cuestiones de desarrollo rural, desde una perspectiva de análisis y reflexión.

El taller, que contó con una nutrida representación del mundo académico y de los actores del medio rural valenciano, trató, entre otras cuestiones, la organización del territorio y las políticas de estímulo a las actividades económicas en el medio rural. A pesar de centrarse principalmente en cuestiones de ámbito regional, se analizaron también los diferentes temas, desde una perspectiva nacional.

Traemos hoy al blog esta cuestión, la de la organización del territorio y las políticas de estímulo en el medio rural, en un momento particularmente interesante. Y esto es así, porque la principal herramienta de política de desarrollo rural en España, los Programas de Desarrollo Rural, están en la fase de negociación con la Comisión y, aunque al límite de la bocina, todavía estaríamos a tiempo de incluir cambios y orientaciones encaminadas a estimular la actividad económica, desde un enfoque territorial. Lamentablemente, la mayor parte de los Programas no están concebidos con este objetivo, y así lo ha comunicado la Comisión Europea a las autoridades de gestión, con una larga lista de observaciones. Pero insisto, todavía se pueden mejorar, sobre todo, teniendo en cuenta que la previsión de aprobación de los Programas, en el mejor de los casos es ya para el mes de junio...

De forma más particular, una cuestión en la que también se puede trabajar desde ya, es en la preselección de los Grupos de Acción Local, y en la preparación de las estrategias de desarrollo del territorio, que deben enfocarse al objetivo que da título a esta entrada.

Como continuación del Taller, desde el blog hemos considerado oportuno hacer algunas contribuciones, a modo, casi, de tormenta de ideas, al debate, que debería estar dándose en la elaboración de los Programas y de las estrategias de desarrollo territorial.

Desde nuestro punto de vista, es preciso partir de un enfoque territorial en las políticas de desarrollo rural. Esto no quiere decir, dejar de lado la agricultura. Todo lo contrario. Pocos territorios rurales cuentan con actividades económicas más importantes que la agricultura y la industria agroalimentaria. La clave está en que las líneas de apoyo a la agricultura se inserten en una reflexión sobre el territorio en su conjunto. Este debe ser uno de los retos de esta programación de desarrollo rural.

En segundo lugar, hay que ampliar el campo de actuación de las comunidades locales, llevando la metodología ascendente en la toma de decisiones a un mayor número decuestiones. Sobre esto ya hemos debatido profusamente en este blog. Como matiz, frente a la escasa apuesta por estos modelos de trabajo por parte de las diferentes administraciones, sería de enorme interés que los Grupos de Acción Local, en sus estrategias, incluyeran todas las cuestiones que afectan a su territorio. Sería un enfoque verdaderamente territorial. Es cierto que los Grupos sólo podrán gestionar algunas líneas, las que le permita su Programa de Desarrollo Rural, pero es hora de incorporar en estos documentos, a los que desde aquí consideramos de la mayor importancia, una estrategia global para el territorio, aunque, por ahora, sea en parte un esfuerzo teórico.

Las estrategias territoriales deben apoyarse en el contenido del Reglamento FEADER y pueden trasladar a cada uno de los territorios la filosofía de subprogramas temáticos, para los jóvenes agricultores, zonas de montaña, cadenas cortas, mujeres, cambio climático o bidiversidad; aquellos que "encajen" en cada territorio. En la mayor parte se tratará, también aquí, de un ejercicio teórico.

Para poner en valor la metodología LEADER es muy necesaria la implicación de los propios Grupos, su permanente innovación y renovación. Y en las estrategias puede estar la clave para aumentar el peso del enfoque ascendente en las políticas de desarrollo rural en el futuro.

Por otra parte, los Grupos deben funcionar como viveros de empresas en el territorio. Para ello, los gerentes deben volver a los inicios, y actuar de verdaderos líderes en su territorio, movilizando iniciativas y proyectos.

También, para conseguir impulsar la economía, es preciso hacer un mayor esfuerzo de participación ciudadana, aumentar los cauces de participación de la población en los propios Grupos, innovar y planificar a medio y largo plazo.

Cuestiones todas ellas nada sencillas, pero en las cuales podría -y debería- apoyarse el desarrollo de los territorios rurales en el futuro.

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