La situación del transporte en España: una realidad dispar entre áreas urbanas y el mundo rural
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11 de abril de 2025 Fuente: RTVE
En áreas urbanas, la población destina un 10,6% del presupuesto anual a transporte, en las zonas rurales asciende al 14,1%. Una persona que vive en una ciudad tiene un servicio local a 2,5 km, mientras que en una zona rural está a 9 km.
La situación del transporte en España dista todavía de una situación de igualdad manteniendo una brecha evidente entre las áreas urbanas y rurales.
Un dato del informe "Pobreza del Transporte" del Observatorio del Transporte y la Logística en España refleja esta disparidad: mientras que en las áreas urbanas las familias destinan un 10,6% de su presupuesto anual al transporte, en las zonas rurales este porcentaje asciende al 14,1%.
El informe destaca además como la dependencia del vehículo privado es mucho mayor en las zonas rurales que en las ciudades, lo que incrementa notablemente el gasto de las familias. Es el caso de una persona que vive en una ciudad que tendría un servicio local a 2,5 km, mientras que alguien que vive en una zona rural estaría a 9 km.
La escasa oferta de transporte público obliga a los residentes rurales a destinar una proporción mayor de su presupuesto al transporte, lo que representa una carga aún más pesada para los hogares con menos recursos.
En contraste, en las ciudades, aunque el acceso al transporte público es más variado y accesible, los problemas de congestión y las largas distancias dentro de los entornos urbanos también dificultan la movilidad de los residentes. A pesar de ello, el coste económico sigue siendo inferior al de aquellos que viven en áreas rurales.
Una brecha que excluye socialmente
El contraste entre la vida urbana y rural resalta una problemática más amplia: la pobreza de transporte está directamente vinculada con la falta de acceso a oportunidades clave, como el empleo, la educación y la atención sanitaria.
En las zonas rurales, los residentes no solo enfrentan mayores costes, sino también un mayor aislamiento social y económico.
La falta de alternativas de transporte asequibles y eficaces perpetúa un ciclo de exclusión, dejando a aquellos que no pueden permitirse un vehículo propio atrapados en la pobreza.
Frente a esta situación, el Gobierno ha desarrollado una estrategia integral para abordar la pobreza de transporte, considerando todas sus dimensiones: accesibilidad, asequibilidad, disponibilidad y tiempo de desplazamiento.
España, contra la pobreza de transporte
Desde diciembre, se ha puesto en marcha un proceso participativo que involucra a la sociedad civil, empresas, administraciones públicas y organizaciones del tercer sector para diseñar políticas públicas que promuevan una movilidad más justa y equitativa.
Una de las medidas clave de esta estrategia es la promoción de la intermodalidad, es decir, la posibilidad de utilizar diferentes tipos de transporte (público, privado y movilidad activa como la bicicleta) de manera combinada, junto con la mejora de la infraestructura para hacer el transporte público más accesible, especialmente en zonas rurales. Iniciativas como la construcción de carriles bici y la mejora de la infraestructura peatonal ya están en marcha como buenas prácticas.
El objetivo de estas políticas es garantizar que todas las personas, sin importar su lugar de residencia, tengan acceso a una movilidad sostenible y accesible, eliminando el transporte como una barrera económica.
"El transporte no es solo una cuestión de infraestructura, sino de justicia social", ha reconocido Sara Hernández del Olmo, secretaria general de Movilidad Sostenible, este miércoles en la presentación del informe.
"Queremos un sistema de movilidad que garantice igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, sin importar si viven en una gran ciudad o en un pequeño pueblo. La pobreza de transporte no puede ser un factor de exclusión", ha asegurado del Olmo .
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