Sebastià Mata: «Hace falta una legislación que entienda la economía social como una actividad de interés público»
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23 de julio de 2025 Fuente: REDR

Sebastià Mata, vicepresidente segundo de ARCA y presidente de Repoblem, defiende que la Economía Social es clave para afrontar la despoblación en los municipios pequeños por su “gestión democrática y participativa” y su “fuerte arraigo en el lugar”. Apunta también la urgencia de dotar a este modelo de un marco legislativo de “interés público” y propone incorporar el Balance Social como criterio de evaluación de proyectos en los GAL.
- ¿Qué beneficios (económicos, sociales y culturales) crees que puede aportar la economía social al desarrollo de los municipios más pequeños o con un mayor riesgo de despoblación?
Las características de la economía social la hacen especialmente resiliente ante el reto demográfico de los pueblos rurales. La gestión democrática y participativa de las personas socias es un valor positivo, ya que las acciones promovidas por la economía social generan actividades con un fuerte arraigo en el lugar que ocupan, lejos de otro tipo de actividades que buscan máxima rentabilidad económica y que pueden generar una lógica de extractivismo y desposesión de los recursos de un lugar para la gente que lo reside.
El interés por la comunidad es otro de los valores clave de la economía social a la hora de atender las necesidades y retos de la población que reside de forma permanente en los pueblos rurales. Dado que la prestación de ciertos servicios se ha visto condicionada por la economía de mercado (con un marcado interés por el rendimiento económico y no por la función social) o por la economía de escala, que en las últimas décadas había sido uno de los parámetros de referencia a la hora de hacer viable un servicio público; muchos municipios rurales se han visto desposeídos del acceso a dichos servicios. El interés por la comunidad ha hecho que en muchos pueblos estos servicios se hayan visto prestados por sendas entidades de la economía social, ejerciendo de sustituta (no natural) de la administración pública. De este hecho, cabe remarcar la base de interés público que la economía social tiene, también, para la sociedad.
Por lo que representa el interés económico, me parece importante remarcar la cantidad de puestos de trabajo generados por cada euro presupuestado por las entidades de la economía social. Muchas de ellas son entidades sin ánimo de lucro, por lo que la obtención de beneficios repercute de forma positiva en la propia plantilla trabajadora, en el refuerzo de la actividad o en la comunidad, diferenciándose así de la economía hegemónica, que concentra beneficios y que, en muchos casos, los distribuye entre socios capitalistas que no siempre residen en el lugar de la actividad.
- Tras la Ley 5/2011, de 29 de marzo, de Economía Social (pionera en Europa), el desarrollo legislativo puesto en marcha por múltiples comunidades o el PERTE de la Economía Social y de los Cuidados, ¿qué reformas o nuevos pasos se deberían abordar hoy para afianzar la economía social como motor de desarrollo rural?
Hace falta una legislación que entienda la economía social como una actividad de interés público, y dicha consideración debe tener en cuenta la singularidad y el beneficio que aporta esta cuando la administración pública se propone contratar servicios, ceder bienes o, simplemente, promover la colaboración público-comunitaria. Este último caso resulta especialmente relevante en los ámbitos rurales del país, donde, sin una colaboración como la propuesta, es difícil que las entidades locales puedan proveer servicios a la población en condiciones de equidad respecto a las zonas urbanas. Del mismo modo, también parece complicado que las entidades de la economía social logren la sostenibilidad económica necesaria para ejercer actividades que beneficien a la población de los municipios rurales, debido a la falta de mercado social provocada por la baja densidad demográfica.
- Además de incluir indicadores de bienestar social, género o sostenibilidad en la baremación de proyectos, ¿qué otras iniciativas podrían impulsar los Grupos de Acción Local para fomentar la economía social en sus territorios?
La Xarxa per l’Economia Social (XES) de Catalunya usa una herramienta para “fiscalizar” el impacto social de la economía social que se llama Balance Social.
El Balance Social es una herramienta de rendición de cuentas y medición del impacto social, ambiental y de buen gobierno. Las organizaciones que lo utilizan pueden aprovechar los resultados para mejorar internamente y avanzar en la calidad y buena salud de la Economía Solidaria y el Mercado Social.
El Balance Social audita y evalúa de forma sistemática, objetiva y periódica seis grandes características de toda empresa o entidad que quiera ser socialmente responsable: el funcionamiento económico y la política de lucro; la perspectiva de género; la equidad y la democracia interna; la sostenibilidad ambiental; el compromiso social y la cooperación; y la calidad del trabajo.
Tener una herramienta como esta y promover que las entidades se autoevalúen en ella para obtener una baremación positiva de cara a los GAL podría ser una buena fórmula para incentivar que los proyectos se impliquen en el cumplimiento de las características de la economía social.
- Para quien quiera emprender en un pueblo pequeño, ¿cuáles son los pasos iniciales imprescindibles para alinear su proyecto con los principios de la economía social? Y, si en un principio no se tuvo en cuenta ese enfoque, ¿se puede ajustar el negocio después para cumplirlos?
El primer punto a tener en cuenta, y que determina la génesis del proyecto, es que la emprendeduría sea colectiva y no individual, ya que uno de los principios básicos en la economía social es la solidaridad y el soporte mutuo entre las personas que se autoocupan.
El segundo paso es tener en cuenta las necesidades de la comunidad local y tratar de adaptar dichas necesidades a la actividad a desarrollar o, cuanto menos, que esta actividad tenga algún tipo de impacto positivo en la comunidad local.
Aparte de estos dos principios básicos, es importante que los proyectos valoren más el impacto social que el económico, pero es imprescindible que dispongan de un plan de viabilidad económica para garantizar que el emprendimiento sea viable y no genere un agravio a las personas que inician la actividad.
- ¿Consideras que el modelo de Xarxa d´Economia Solidària de Catalunya es replicable a en otros territorios? En caso afirmativo, ¿qué actores, metodología y/o fuentes de financiación harían falta para iniciar su puesta en marcha?
Por supuesto. De hecho existe REAS (Red de redes de Economia Alternativa y Solidaria) a nivel de Estado español que agrupa 15 redes que como la XES promueven la economia social en sus territorios.
- ¿Por qué es clave trabajar en red dentro de la economía social? Teniendo en cuenta iniciativas como PAM a PAM, ¿qué ventajas puede aportar formar parte de una plataforma como esta?
El trabajo en red es esencial para conseguir objetivos que beneficien a la comunidad; sin trabajo en red no hay acción conjunta y, por consiguiente, aumenta el riesgo de que alguien quede fuera del beneficio común.
Formar parte de redes también es una forma de llegar donde solas no podemos. No hacen falta hiperestructuras si disponemos de estructuras de segundo y tercer nivel que trabajan para el beneficio común.
Iniciativas como Pam a Pam ayudan a aunar criterios para compartir identidad. Generar una identidad común supone establecer unos parámetros necesarios para la acción comunitaria. Generar dichos criterios también permite comprobar el nivel de cumplimiento, reconociendo los logros y analizando los fracasos.
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