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Rosa Serrano «Sin cuidar lo rural, no construiremos Europa»

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17 de octubre de 2025 Fuente: REDR

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🖊️ Artículo de opinión de Rosa Serrano, eurodiputada de Grupo Socialistas y Demócratas. Representante del Pacto Rural en el Parlamento Europeo.

Ahora que la política parece bailar al son de grandes conceptos como la competitividad, la defensa o la innovación, conviene estar atentos para que, como suele suceder, no haya perdedores en este nuevo orden mundial. Porque la historia nos enseña que cuando se dan movimientos de gran calado, los que más pierden son siempre los más débiles. Es indudable que los nuevos desafíos globales tienen que entrar de lleno en la agenda política, pero eso no nos puede hacer perder de vista los problemas de siempre. Hablamos, por ejemplo, de la crisis demográfica, de la emergencia climática, de la crisis del sector primario o del 21% de la población europea en riesgo de pobreza.  

Por esa razón, es imperativo que la Europa del futuro empiece a construirse desde la Europa rural. Porque no podremos hablar de una Europa fuerte, resiliente y competitiva si en esa nueva agenda dejamos atrás al 80% del territorio. Ni más ni menos que al 30% de los europeos y europeas. Que los ciudadanos de un pueblo de Aragón, de Asturias o Extremadura, no puedan quedarse a vivir “donde siempre” por la falta de servicios básicos, como ir al médico o al colegio, no representa el alma del proyecto europeo. La cohesión, gran joya de la corona europea, no se refuerza, y sin ella, el territorio se vacía. Desafíos como la despoblación tienen que ser una prioridad en la agenda europea, de lo contrario Europa podrá presumir de bien poco si da la espalda a todas esas regiones que ya sufren desventajas graves y permanentes. Son varias, por desgracia, las historias de niños y niñas que viven en pueblos por los que el transporte escolar no pasa y se ven obligados o a que los lleven en coche o, en última instancia, a caminar kilómetros hasta la próxima parada. 

Quienes conocemos el medio rural sabemos que sus reivindicaciones siempre han sido realistas. Quien vive en un pueblo no espera contar con grandes superficies comerciales o parques recreativos. Sus peticiones a veces son tan básicas, y al mismo tiempo tan complejas, como que las escuelas y los consultorios médicos mantengan abiertas sus puertas, contar con opciones de transporte público o disponer de conexiones por carretera de calidad. Las reivindicaciones del medio rural no han cambiado a lo largo de los años, sólo se han enquistado y en algunos casos agravado. Lo que algún día pareció un derecho básico se ha convertido en un lujo en muchos lugares de Europa. Y es que defender todo esto, el vivir con dignidad en las áreas rurales, no puede ser simplemente la idea romántica “de unos pocos”. Se trata de una cuestión de justicia, de que el lugar donde decides vivir no te convierta en ciudadano de segunda. 

A ninguna institución se le escapa que las desventajas de las zonas rurales son muy graves y su gestión muy compleja. Sin embargo, si algo ha demostrado la política de cohesión europea estas últimas décadas es que son los territorios quienes mejor conocen sus necesidades. Los fondos de cohesión y en concreto, el método de desarrollo local LEADER ha permitido dar herramientas para que florezca la iniciativa emprendedora de nuestros pueblos, para que sean ellos quienes lideren el cambio que necesitan. El enfoque de gobernanza ascendente ha demostrado, especialmente en nuestro país, ser el mejor antídoto a los viejos y nuevos desafíos de la Europa Rural. La contribución de LEADER al proyecto europeo es incuestionable y necesaria para acabar con la geografía del descontento, con ese sentimiento de insatisfacción de la población que habita territorios que se consideran abandonados por sus instituciones. 

El nuevo presupuesto europeo debe mantener un fondo específico y dedicado a apoyar el desarrollo regional. Así lo está defendiendo España en el Consejo de la UE y así lo estamos defendiendo los socialistas en el Parlamento Europeo. Si los fondos de cohesión se desdibujan, Europa perderá su trazado y su destino, y en vez de un proyecto común empezará a ser un proyecto atomizado, cada vez más individualista, tal y como buscan las fuerzas antieuropeas y trumpistas. 

Lorca decía en su poema del cante jondo “en los pueblos hay casas donde los hombres lloran por cosas que no tienen remedio ni razón”. En este contexto geopolítico hay que buscar las razones y encontrar los remedios. Debemos elegir qué Unión Europea queremos ser. No hay un lugar mejor en el mundo para vivir y Europa debe ser más consciente que nunca del importante papel que desempeñamos en el mundo. El primer paso para ello será no dejar a ningún territorio, a ninguna persona atrás. El futuro, la competitividad de Europa, será también rural, o no será.

*Este artículo forma parte de una serie de publicaciones en las que responsables de diferentes instituciones, entidades, empresas privadas... elaboran un artículo de opinión en el que valoran estos últimos 30 años de la Red Española de Desarrollo Rural (REDR). Cada semana, publicaremos un nuevo artículo.

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