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Retos del acompañamiento en el mundo rural: el deseo de los jóvenes de vivir y trabajar en sus comarcas

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Desarrollo Rural

22 de febrero de 2016 Fuente: ARCA

Uno de los objetivos de las zonas rurales ha sido diversificar la economía para paliar problemas estructurales de generación de puestos de trabajo.

Artículo de Jordi Paris, gerente del Consorcio Leader de Desarrollo Rural Alt Camp Conca de Barberà i Anoia

Las zonas rurales están sufriendo, desde hace tiempo, un claro descenso de población. Esta tendencia se ha acelerado en los últimos años y las pirámides poblacionales de estos territorios muestran que este fenómeno se acentuará cada vez más, fruto de una población envejecida y con un crecimiento natural negativo.

Uno de los objetivos de las zonas rurales ha sido diversificar la economía para paliar problemas estructurales de generación de puestos de trabajo, con el fin de crear una atmósfera favorable que mantenga y fije la población en los territorios respectivos.

Los jóvenes de las zonas rurales han optado en las últimas décadas, y en términos generales, para potenciar su formación. Este incremento de la calidad formativa ha significado un impacto en sus comarcas de origen, ya que estos jóvenes, con una formación superior, han acabado encontrando mejores puestos de trabajo fuera del mundo rural, lo que ha acentuado el despoblamiento y la pérdida de población del territorio.

La crisis de los últimos años y la pérdida acentuada de puestos de trabajo han provocado, sin embargo, un retorno a los orígenes y en la búsqueda de oportunidades en el mundo rural. Muchos de estos jóvenes han intentado, de alguna manera, volver a "casa".

Este primer análisis generalista, habría profundizarla en el ámbito comarcal y hacer un diagnóstico mucho más exhaustiva para ver qué pasa pueblo a pueblo y comarca a comarca. En algunos casos, las diferencias son significativas y hay que apuntar también tendencias de abandono escolar que sesga el análisis, pero que no cambiarían las líneas estratégicas ni los objetivos que se fijarán para trabajar en pro de favorecer un entorno que facilite el mantenimiento de la población en el territorio, especialmente de los jóvenes.

En muchos casos estas líneas estratégicas, programas de actuación o acciones que se desarrollan no dan frutos a corto plazo. Son importantes las apuestas para cambiar situaciones, pequeños granitos de arena que se espera que contribuyan en un futuro, pero que a corto plazo no aportan ni grandes resultados ni variaciones significativas de los datos estadísticos.

En la Conca de Barberá hace un tiempo que existe la voluntad estratégica de contribuir, con diversas acciones, el autoempleo de los jóvenes ya facilitar la generación de puestos de trabajo con el apoyo de iniciativas que favorezcan de forma decidida que los jóvenes puedan vivir y trabajar en el mundo rural. Me gustaría exponer algunas de estas acciones, no tanto para reproducirlas sino para adaptarlas a la realidad de cada territorio, con las particularidades y las diferencias que cada municipio o comarca pueda tener.

Hace unos años se analizó el papel de los viveros de empresa como herramienta de apoyo a la implementación de nuevas actividades económicas en el territorio. Los viveros de empresa se solían ubicar, fundamentalmente, en las zonas urbanas y se configuraban como una herramienta para facilitar el nacimiento y el desarrollo de nuevas actividades económicas para jóvenes, sobre todo enel ámbito de las nuevas tecnologías y los profesionales liberales. En la Conca de Barberà se intentó reproducir este modelo con la creación en Concactiva de un Vivero de Despachos que pretendía ayudar a los jóvenes a crear e iniciar su actividad económica. Sin embargo, el modelo se intentó mejorar creando viveros de empresas especializados en actividades tradicionales de la comarca. Por este motivo se diseñó y puso en funcionamiento el Vivero de Celleristes, un vivero que ha servido de punto de partida al concepto de viveros de empresa rural, que no es más que adaptar al territorio la filosofía de un vivero de empresa: espacios públicos compartidos cedidos a jóvenes que quieran crear su actividad económica a un precio que les ayude a iniciar su actividad económica sin necesidad de hacer grandes inversiones. Esta ayuda se recibe durante unos años, los suficientes para valorar si el producto es aceptado por el mercado. Transcurridos unos años, el joven debe decidir si definitivamente quiere crear su propio espacio o empresa.

Del mismo modo que en la Conca de Barberà adapta por tradición y territorio el Vivero de Celleristes, a otro territorio se podría adaptar un vivero de otro producto local, como, por ejemplo, el aceite de autor o los quesos. Lo más importante es facilitar la creación de nuevas actividades económicas sin un riesgo elevado.

Este modelo está exportando en otros ámbitos. Actualmente se está terminando de poner a punto un Vivero Agroalimentario (Espacio Cocina) y un vivero de cavistas. La idea es facilitar la introducción en estos sectores de jóvenes formados que, de otro modo, difícilmente podrían crear su empresa, no por desconocimiento o poca formación, sino por la dificultad de acceso a la financiación o la realización de las inversiones necesarias.

Estos viveros de empresa también están conceptualizados para hacer formación. Es decir: crear espacios formativos especializados en actividades propias del territorio que generen una convivencia entre formación e inicio de actividad económica que se retroalimente, y facilite la creación de puestos de trabajo y el nacimiento de nuevos proyectos.

También es interesante aprovechar estos espacios, con inversiones importantes provenientes de la Administración para hacer formación para jóvenes que han abandonado los estudios y que, de esta manera, pueden aprender a incorporarse al mercado laboral de una forma más sencilla. Algunos ejemplos serían los programas cogestionados por el Servicio de Ocupación de Cataluña (SOC) como el "Jóvenes por el empleo" o los "Programas integrales".

Esta es la apuesta que hace la Conca de Barberà para que los jóvenes de la comarca tengan más oportunidades de quedarse a trabajar y autoocuparse en su territorio. Hoy por hoy son pequeños espacios que dan cabida a un pequeño número de nuevos empresarios, pero que contribuyen de forma decidida a facilitar la creación de nuevas actividades económicas. Seguramente habría que ampliar los ámbitos y los sectores de impacto con nuevos viveros de empresa, pero hay que tener en cuenta la complejidad de su gestión y las inversiones que desde el ámbito público hay que hacer.

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