Nuevos retos para fomentar el emprendimiento en el medio rural
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29 de junio de 2015 Fuente: REDR
Hace unos años, a raíz de la crisis, se puso de moda hablar de emprendeduría por parte de muchos, yo el primero, "a emprender!".
Artículo de opinión de Eduard Barcons Comellas, Gerente de la Asociación para el Desarrollo Rural de la Catalunya Central
Hace unos años, a raíz de la crisis, se puso de moda hablar de emprendeduría por parte de muchos, yo el primero, "a emprender!". De hecho era lógico, ya que tal y como ha acabado sucediendo, las grandes y medianas empresas tenían / tendrán dificultades para crear muchos puestos de trabajo a corto plazo. Por todo ello, a pesar de que no todas las personas que estaban en el paro podían ser emprendedores, probablemente, para muchos/chas, la salida era emprender.
Según los últimos datos, en España los emprendedores / as tienen una media aproximada de 40 años, en segundo término, la tasa de emprendeduría ha disminuido ligeramente, se ha pasado del 7% en el año 2008, al 5,47% en el 2014. ¿A qué se debe esta disminución? Aunque durante las crisis son tiempos de oportunidades, es lógico que un contexto económico adverso, no favorezca a "lanzarse". Es oportuno aducir también, que la tasa de emprendeduría de los grandes países del continente europeo es muy similar a la de España y, por el contrario, la tasa en España se situa muy, muy por debajo a la de países anglosajones como EEUU.
La experiencia de los últimos años permite captar como muchos emprendedores lo hacen obviamente por necesidad o para sobrevivir, como muchos tienen "menos recursos" y, sobretodo, después de analizar los instrumentos que han empleado las administraciones para facilitar la actividad emprendedora, en mi opinión, existen todavía vías para incentivar más la emprendeduría. Una renovada apuesta, no referida al "hard", es decir, a invertir en magníficos espacios físicos para alojar actividades (tal y como hemos construido en los últimos años) sino al "soft", a facilitar el entorno.
De entrada, hay que difundir y dignificar socialmente la cultura emprendedora (y empresarial) desde la escuela (primaria) hasta las universidades (las cuáles deberían tener un rol mucho más central para incentivar y favorecer la creación de nuevas empresas). De hecho, el bagaje de haber gestionado el proyecto "Emprender en mi escuela en el Berguedà" desde el año 2011, hace que recogiendo las percepciones de toda la comunidad educativa de los centros participantes, pueda afirmar que la inserción del emprendeduría en el horario lectivo y asignaturas troncales resulta un magnífico instrumento para la transmisión de valores, responsabilidad y autonomía. Así mismo, también sería necesario velar por la simplificación y facilitación administrativa, aunque consciente de la necesidad de cumplir con la normativa y la seguridad jurídica, a veces algunos ayuntamientos obvian que esta es una de las principales líneas para fomentar la competitividad de su municipio frente a otros. En tercer lugar, a nadie se le escapa que cualquier ciclo de un negocio o proyecto tiene como fase determinante la obtención de financiación.
Hasta ahora, siempre estaba acostumbrado a esgrimir que normalmente hay tres fuentes de obtención de recursos, cada una con sus pros y contras: de amigos, de la familia ...; de las entidades financieras que nos dejan un capital a cambio de un tipo de interés regulado; y en tercer término, de los inversores que decidan participar en un proyecto, como por ejemplo, a través de capital riesgo. Últimamente, añado otro instrumento, el crowdfunding (micromecenazgo), como saben, una vía para financiar ideas y proyectos por medio de muchas contribuciones "pequeñas". Básicamente, existen cuatro fórmulas, seguro algunos de ustedes han participado en algún modelo de donativo (suelen ser proyectos solidarios, culturales, etc.) o de recompensa (la contraprestación es "simbólica" en forma de productos o servicios del proyecto en que se aporta).
Ahora bien, lejos de una visión cerrada, hay dos otras fórmulas en alza que permiten hacer viable proyectos empresariales o de emprendeduría, me refiero al equity crowdfunding, donde se ofrecen acciones o participaciones de una empresa que busca capital a cambio de la expectativa de beneficios futuros. Y, en segundo término, el crowdfunding de préstamo, donde el proyecto receptor debe devolver el capital recibido y un interés (en algunos proyectos sociales incluso el interés es cero). Considero que esta modalidad de hacer micromecenazgo vía préstamos aparte de tener un enorme potencial en comunidades locales o en las comarcas por el valor de la proximidad, está siendo empleada en muchos países como forma de inyectar crédito público al sector privado, por lo que con un porcentaje máximo, un proyecto empresarial que busca un préstamo vía crowdfunding a veces pueda ser cofinanciado en parte, también, por recursos públicos.
Finalmente, para terminar esta recopilación de los retos y las oportunidades que afrontamos las administraciones locales o grupos de acción local, me gustaría hacer un apunte sobre la emprendeduría social; me refiero a toda una serie de prácticas que aunque pueden buscar beneficios, están orientadas a un objetivo social. A saber que España es el país europeo con menos tasa de emprendedores / as sociales con un 0,51% frente a Finlandia con un 4,25%. Por todo ello,la administración debería implicarse más en apalancar esta forma de emprendeduría complementaria y con un enorme recorrido.
Últimamente, para ilustrar cómo funciona esto de la economía...,uso hermanéuticamente la visión de un simple avión, dónde las alas son la política fiscal (que llevan a cabo los ayuntamientos, los grupos de acción local,etc.) y la política monetaria (que regula un tal Draghi desde Bruselas), mientras que tanto las empresas como la propia emprendeduría en su sentido amplio, son el motor del avión y principal mecanismo para generar riqueza y valor social.
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