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La soledad no deseada en el medio rural: cómo combatirla desde lo colectivo

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LEADER

09 de septiembre de 2025 Fuente: REDR

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Frente al aislamiento involuntario o 'soledad no deseada', surgen iniciativas que buscan reconstruir los vínculos, reforzar las redes locales y recuperar el valor de lo compartido en comunidad. En distintos territorios, Grupos de Acción Local (GAL), colectivos sociales y redes vecinales han puesto en marcha proyectos para acompañar, detectar y cuidar a su población rural.
 

La despoblación amenaza con borrar del mapa a más de 3.400 municipios en España en los próximos años. Así lo recoge el Banco de España en su Informe Anual de 2020, donde alerta de que el 42 % de los municipios del país —una cifra muy por encima del 10 % de la media en la eurozona— podrían desaparecer si no se revierte su tendencia demográfica.

El cierre progresivo de servicios básicos —escuelas, consultorios, bares— ha hecho que, en muchos pueblos, la panadería o la farmacia sean ya los últimos espacios donde pervive el contacto cotidiano. En ese desdibujamiento de lo colectivo, la soledad se abre paso. No siempre se ve, pero está ahí: un aislamiento involuntario que atraviesa edades, perfiles y circunstancias, y que crece al mismo ritmo que mengua el padrón.

El declive demográfico no sólo vacía el territorio, también rompe vínculos, debilita las redes comunitarias y acentúa un fenómeno apenas visible pero cada vez más común en los pueblos pequeños: la soledad no deseada

Este tipo de aislamiento involuntario —esa ausencia de vínculos cuando sí se desea tenerlos— afecta ya al 13,4 % de la población española, según el Observatorio Estatal de la Soledad. En las zonas rurales, sus efectos se intensifican: hay menos vecinos y por ende, menos servicios.

La Universidad Autónoma de Madrid ha puesto cifras a esta realidad. El 35 % de quienes residen en municipios rurales declara sentirse solo con frecuencia, frente al 21 % en entornos urbanos. Entre los jóvenes, el dato es aún más llamativo: casi cuatro de cada diez reconocen sentirse solos, el doble que en las ciudades. En cambio, entre las personas mayores, la tendencia se invierte y el sentimiento de soledad es más frecuente en los entornos urbanos (25,1 %) que en los pueblos pequeños (12,7 %).

Allí donde la pérdida de población es más aguda, también lo son los problemas de salud mental y de aislamiento social. El medio rural se convierte así, en territorio de vulnerabilidad, pero también de resistencia.

Frente a la soledad no deseada, surgen iniciativas que buscan reconstruir los vínculos, reforzar las redes locales y recuperar el valor de lo compartido en comunidad. En distintos territorios, Grupos de Acción Local (GAL), colectivos sociales y redes vecinales han puesto en marcha proyectos para acompañar, detectar y cuidar a su población rural.

En Cantabria, el Programa 'Viernes', impulsado por la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad del Gobierno de Cantabria en coordinación de la Red Cántabra de Desarrollo Rural y los GALs, Campoo-Los Valles y Saja Nansa, parte de la idea de combatir la soledad no deseada a través de diferentes recursos e iniciativas que la propia población rural demanda en el territorio.

Así mismo, las farmacias rurales se han transformado en agentes clave para detectar señales de alarma y activar respuestas comunitarias. En esa línea, el Gobierno de La Rioja y el Colegio Oficial de Farmacéuticos han puesto en marcha el programa ‘Soledad no deseada’, bajo el lema: 'En la farmacia de tu municipio dispensamos atención'. A través de este, canaliza posibles casos hacia los servicios sociales, fortaleciendo así la red de apoyo comunitaria en los entornos más despoblados.

Gracias a la implicación voluntaria del personal farmacéutico y a herramientas como protocolos de derivación o materiales informativos, este proyecto busca identificar señales de alerta —como el aislamiento, la hiperfrecuentación o los cambios de humor— y acompañar a quienes lo necesiten hacia los recursos adecuados. Actualmente, el 51 % de las farmacias de La Rioja se encuentra en municipios de menos de 1.500 habitantes, lo que convierte a estos espacios en aliados fundamentales para llegar a quienes más lo necesitan.

En Galicia, la Xunta reforzará su Estrategia contra la soledad no deseada con nuevas medidas como la creación de redes de apoyo comunitario y un servicio multicanal de atención específica, que se pondrá en marcha en colaboración con Cruz Roja. Con una inversión de más de 145 millones de euros hasta 2030, el plan de acción se articula en torno a cuatro ejes —detección, sensibilización, prevención e intervención— e incluye acciones como un protocolo de alerta, un censo autonómico, campañas de concienciación, actividades intergeneracionales, o el fomento de las viviendas colaborativas, o la implicación de farmacias, comercios, parroquias y vecinos en la identificación de situaciones de aislamiento.

En Asturias, el programa 'Rompiendo Distancias', ofrece una respuesta integral al aislamiento de las personas mayores en zonas rurales dispersas. Impulsado por la Consejería de Bienestar Social e Igualdad desde el año 2000, ya está presente en 43 concejos del Principado. Su objetivo es garantizar el acceso a servicios básicos y fomentar la participación comunitaria, especialmente en contextos con barreras geográficas y baja densidad poblacional.

El programa actúa en tres ámbitos: atención a la dependencia (refuerzo del cuidado en el domicilio y servicios a domicilio), integración social (fomento del asociacionismo y relaciones intergeneracionales) y voluntariado, como red de apoyo clave frente a la soledad no deseada.

Castilla y León, con un elevado porcentaje de población envejecida y dispersa, ha concentrado buena parte de los esfuerzos en generar estructuras colaborativas. El proyecto 'CIVITAS', diseñado y desarrollado por la Asociación Colectivo para el Desarrollo Rural de Tierra de Campos, propone atención domiciliaria, integración de personas migrantes, espacios para la infancia y servicios a familias desde una lógica de cohesión. El objetivo no es derivar a los mayores a centros residenciales, sino mantenerlos en su entorno, en sus casas, fijar población y generar empleo local. 

La Junta de Castilla y León, además, ha impulsado la Red Amiga —en colaboración con más de 26 entidades del Tercer Sector— que forma parte del Plan de acción contra la soledad no deseada y el aislamiento social 2022-2025. El plan reúne un amplio abanico de recursos y servicios —desde el teléfono 'Cerca de ti' hasta los podcast del 'Club de los 60', pasando por campañas en fechas señaladas, programas intergeneracionales o el impulso del asociacionismo— y parte de una premisa clara: reconocer la soledad no deseada como una necesidad específica, con pleno derecho de acceso al sistema público de Servicios Sociales. Además, se han desarrollado otras experiencias como 'Salamanca Acompaña' o 'ConVIVE con Mascotas' que apuestan por lo intergeneracional, lo comunitario y lo local como antídoto frente al aislamiento.

En la Comunidad Valenciana, la Fundación Colisée lidera la 'Red de Acción Rural' en el Rincón de Ademuz, la comarca más envejecida de la región. Allí se ha creado una red de acompañamiento profesionalizada para personas mayores, fomentando el envejecimiento activo y el vínculo con el territorio.

En Castilla-La Mancha, la Fundación Accem desarrolla 'Como en Casa' un programa de atención socio-nutricional dirigido a personas mayores que residen en municipios de menos de 2.000 habitantes en la provincia de Guadalajara. La iniciativa, activa en cinco comarcas, combina el reparto diario de comida a domicilio con un acompañamiento socio-sanitario personalizado.

El servicio nace tras un estudio diagnóstico que detectó serias dificultades de acceso a una alimentación adecuada en zonas rurales. Más allá del aspecto nutricional, las visitas diarias del personal de la fundación permiten establecer vínculos de confianza, generar seguimiento y aliviar situaciones de soledad no deseada.

En Extremadura, seis Grupos de Acción Local —ADESVAL, ADERCO, ARJABOR, La Serena, La Siberia y TAGUS— se unieron para crear el proyecto de cooperación 'Espacios Sénior Extremadura', diseñado para impulsar comunidades amigables con las personas mayores en territorios rurales. Esta iniciativa busca favorecer la creación de comunidades y territorios amigables y comprometidos con las personas mayores, desde las premisas de la participación, el envejecimiento activo, la nueva gobernanza, la lucha contra la despoblación, la prestación de servicios de proximidad y la creación de empleo en el medio rural.

La soledad no deseada en el medio rural se ha convertido en un fenómeno estructural, asociado a la despoblación, el envejecimiento y la pérdida progresiva de los servicios básicos. Sin embargo, las distintas estrategias que se están desplegando en el territorio apuntan hacia un modelo de respuesta comunitaria, centrado en reforzar los vínculos y generar redes de apoyo desde la base: lo local. Con esto se quiere evitar que el aislamiento social se convierta en otro factor más de éxodo rural.

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