La amenaza del silencio: novecientos pueblos desaparecieron en los últimos quince años
Contenido principal
03 de marzo de 2016 Fuente: rtve
No se escucha nada cuando uno se aproxima a un pueblo abandonado. La ausencia de sonidos es el peor síntoma, la señal inequívoca de que la vida se ha apagado
- Esta noche en La 2, el programa Crónicas aborda el problema de la despoblación rural en España
- Las dos Castillas y Aragón las más afectadas
Silencio. Solo silencio. No se escucha nada cuando uno se aproxima a un pueblo abandonado. La ausencia de sonidos es el peor síntoma, la señal inequívoca de que la vida se ha apagado
En el norte de Zaragoza se encuentran las Cinco Villas, la comarca más grande de Aragón. Grande en extensión, recorrerla de norte a sur lleva casi tres horas, pero no en número de pobladores, alrededor de treinta y tres mil (la provincia de Álava tiene el mismo tamaño y en cambio alberga a más de trescientos mil personas). En los últimos años se han quedado vacías cuatro aldeas. Para frenar la despoblación los habitantes se han organizado. Y han conseguido que algunos que venían en fin se semana se hayan convertido en residentes permanentes, además de otros logros.
El emprendedor
En las Cinco Villas lo que se persigue es que los nuevos moradores lleguen con su proyecto vital resuelto, es decir que vengan con trabajo, que sean emprendedores. Es el caso de Fernando Lafuente, un buen día abandonó su puesto de jefe de recursos humanos en una empresa de Zaragoza y se marchó a Orés donde ha montado una escuela de oficios donde enseña las técnicas tradicionales de construcción. Nunca se ha arrepentido de su decisión y se siente feliz al contribuir a que el pueblo no se quede vacío.
El mérito del alcalde
Orés es uno de los pueblos más pequeños pero curiosamente es uno de los que más ha aumentado su población. Gracias al alcalde que se empeñó desde el primer momento. De los sesenta habitantes, veinticinco son de fuera, es decir más de la tercera parte son nuevos moradores.
Una curiosa afición
Faustino lleva más de veinte años recorriendo pueblos deshabitados. Es su gran pasión, lo hace en sus ratos libres, es decir los fines de semana. Casi siempre va solo, lo prefiere. A veces tiene que recorrer varios kilómetros andando porque las carreteras de acceso se han convertido en caminos intransitables.
Fin del contenido principal