Galicia ya identifica el valor de su paisaje como un bien común
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14 de octubre de 2014 Fuente: elCorreoGallego.es
El IGVS gestiona múltiples formas de intervención pública para rehabilitar los espacios residenciales edificados.
El paisaje como una riqueza en sí misma, como fuente de ingresos, como patrimonio cultural, como expresión de la acción humana, en definitiva, como un valor y un bien común, es una percepción compartida por expertos de todos los ámbitos que intervienen en el desarrollo del territorio. Así lo constataron ayer los participantes en la mesa redonda celebrada en el marco del foro ‘A recuperación da paisaxe galega como motor de desenvolvemento', organizado por el Grupo Correo Gallego en el Hotel Monumento San Francisco, y que estuvo moderada por José Ángel Oreiro Romar, director de área de Desenvolvemento Urbano Sostible del Ayuntamiento de Santiago de Compostela.
Recuperación, corrección y rehabilitación fueron algunas de las palabras repetidas en la mesa de debate bajo el título ‘A paisaxe como reflexo do que somos ‘, en la que se evidenció las bondades de la nueva herramienta legal con la que cuenta el paisaje como aliada, única en Galicia, aunque otras autonomías ya miran para la comunidad gallega para seguir sus pasos en esta materia.
Entre los participantes se encontraba el director xeral del Instituto do Territorio, Manuel Borobio, que destacó la posibilidad de innovar gracias a las nuevas herramientas de ordenación, al tiempo que el decano del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia, Antonio Maroño, las puso en valor para recuperar zonas degradadas.
También Isabel Aguirre, directora de la Escola Galega da Paisaxe de la Fundación Juana de Vega, se refirió a la "riqueza" que genera la rehabilitación y se detuvo en destacar "el paisaje rural" como característica con la que se identifica a Galicia en Europa, junto con sus "alimentos de calidad". Así, rompió una lanza en favor de la agricultura, recordando que representa 50.000 puestos de trabajo, que, comparó, son "siete veces los de Inditex".
"Potenciar el paisaje es potenciar la agricultura", defendió Isabel Aguirre, quien abogó por la recuperación del rural desarrollando todas sus potencialidades, entre las que citó el sector forestal o el auge de las hortalizas, de las que hay déficit.
En la línea de Maroño, otro colega, el arquitecto Juan Mario Crecente, señaló que "hay que empezar a restaurar el paisaje" y recuperar lo perdido. También destacó actuaciones todavía pendientes de desarrollo como son los casos de los planes directores, que si bien existen sobre el papel, no han sido puestos en marcha, tanto en el caso de Fisterra, como lugar mágico y final de la tierra; como Santa Tecra, con un atractivo turístico de primer orden.
Respecto a este último enclave, en el Concello de A Guarda, Crecente cifró en 450.000 los visitantes, contabilizados con entradas, que están "esperando una posibilidad de actuación".
Otra voz crítica con las administraciones la lanzó el empresario pontevedrés José Luis Vilanova, en base a las opiniones vertidas por los foráneos que pasan por su negocio de enoturismo en las Rías Baixas. Y es que el ejemplo de las administraciones noestá en muchas ocasiones en línea con lo que se exige después a los ciudadanos de a pie. Puso sobre la mesa ejemplos de feísmo evitable, como tapar muros de titularidad de un concello con flores o cuidar el mobiliario público.
Además, Vilanova lanzó la idea de que desde las administraciones se podría poner en marcha algún "premio" para destacar la belleza o limpieza de un lugar, lo que se traduciría en un "atractivo turístico per se".
El debate, que contó con la participación del público asistente, dejó ideas para la reflexión y evidenció los cambios surgidos en los últimos años, de manera que frente a la contraposición y tensión entre lo urbano y lo rural del pasado, ahora el planificador los valora de forma equilibrada.
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