Finaliza el proyecto Educativo de Integración de la Cultura Vitivinícola en la DO Utiel-Requena en el que han participado los centros educativos de la comarca
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03 de junio de 2024 Fuente: Territorio Bobal
Finaliza el proyecto Educativo de Integración de la Cultura Vitivinícola en la zona de la D.O.P. Utiel-Requena en el que han participado los centros educativos de la comarca.
- Transmitir el patrimonio de la comarca a las nuevas generaciones es mucho más que legar piedras. Es transmitir una forma de vida, una cultura, una esperanza.
- Mira aquí más actividades llevadas a cabo durante el desarrollo del proyecto.
El Proyecto de Investigación e Innovación Educativa en el que han estado inmersos los chicos y chicas de los institutos de la zona de la D.O.P. Utiel-Requena ya se han completado. Sus impulsores, el profesorado implicado, están redactando sus conclusiones. Han revisado el camino andado y lo tienen claro: desean, igual que el resto de la comarca, que la administración educativa dé el visto bueno para una nueva edición.
La sociedad civil de la comarca sabe que la clave de su supervivencia pasa por hacer que sus propios hijos e hijas conozcan el territorio, lo amen y lo vean como una posibilidad de futuro. Y eso no es posible si la educación de chicas y chicos se desarrolla ajena a su realidad, a su cultura, a su entorno.
UN PROYECTO DE INVESTIGACIÓN E INNOVACIÓN EDUCATIVA (PIIE)
Las iniciativas destinadas a enlazar la realidad de la comarca con las necesidades educativas comenzaron tiempo atrás. Pero, hace dos cursos, en 2022, todas ellas se agruparon y cristalizaron en un Proyecto de Investigación e Innovación Educativa (PIIE) que ha sacado adelante el profesorado de nuestros cinco institutos (cuatro públicos y uno concertado) comarcales. El proyecto, que está aprobado y financiado por la Conselleria de Educación, se extiende durante dos cursos escolares. Está terminando, pero esperan reeditarlo.
Los protagonistas del proyecto son los centros educativos, incluyendo a sus claustros y a las AMPAS. Pero también están involucrados diferentes colaboradores oficiales: el Consejo de la DO Utiel-Requena, la Escuela de viticultura y enología de Requena y nuestra asociación Territorio Bobal; está también la Mancomunidad del Interior Tierra del Vino (que representa a todos los ayuntamientos) y una empresa agraria local como La Campesina. A estos colaboradores oficiales, que se involucraron en el inicio del proyecto, se les han ido agregando un largo listado de empresas y profesionales que van aportando su valiosa colaboración cada vez que se les requiere.
Pero ¿en qué consiste ese proyecto? Y, sobre todo, ¿qué objetivos han hecho que se involucre en él la sociedad civil de la comarca?
María Dolores Hernández y Patricia Vigo, profesoras en el instituto Miguel Ballesteros, en Utiel, son las apasionadas coordinadoras del PIIE y explican que la idea central consiste en "despertar el arraigo entre la población joven". O sea, "animar al alumnado a elegir esta tierra como su lugar de residencia permanente para emprender, trabajar e innovar". Toda la comarca sabe que chicas y chicos deben salir a conocer el mundo y a formarse, que tienen que ampliar sus horizontes. Pero aquí también se ha tomado conciencia de la importancia de trabajar desde la educación para fomentar un arraigo que, a largo plazo, impulse a las nuevas generaciones a regresar, permita mantener un legado de generaciones y ayude a transformar el tejido económico local. Porque solo un trabajo planificado con las luces largas permitirá fijar la población y que los campos y las bodegas, los pueblos y los negocios no sigan sufriendo la actual falta de relevo generacional.
La propuesta es ambiciosa. Y ha conseguido unir a mucha gente en este proyecto pues, como dice la profesora María Dolores Hernández, sabe que están "injertando presente para conseguir futuro".
Este proyecto no es una asignatura más, sino una propuesta abierta e interdisciplinar que cada centro hace avanzar según su propio criterio. Esta diversidad de formatos, lejos de constituir una dificultad, añade riqueza y está generando sinergias, fórmulas de colaboración e intervenciones compartidas entre centros.
El proyecto compartido nació unos años antes como proyecto piloto en el Instituto Miguel Ballesteros, cuando se acometió en 2016 la plantación de un pequeño viñedo educativo. En primera instancia, esta viña permite al alumnado entender el ciclo vegetativo de las plantas. Pero es mucho más. Porque son los chicos y chicas quienes cuidan esas plantas, las podan, las cosechan y conocen a través de ella todas las actividades agrícolas relacionadas con el cultivo más importante que hay en su entorno. También se ocupan de elaborar vino. Un vino educativo elaborado con su pequeña cosecha y con uva que regalan algunas familias y que arrancó con aquel piloto inicial.
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