Emprender en el medio rural asturiano es posible: las historias de cinco jóvenes que volvieron al pueblo y montaron su propia empresa
Contenido principal
21 de abril de 2025 Fuente: La Nueva España
"Aquí hay trabajo, falta iniciativa", aseguran los empresarios y empresarias rurales que participaron en un encuentro que organizó el grupo de desarrollo rural Alto Narcea Muniellos, en el marco de su proyecto "Reconectando generaciones: relevo generacional de pequeños negocios rurales", que además piden apoyo y reconocimiento para quien apueste por volver a la zona rural.
Artículo de Demelsa Álvarez, publicado en La Nueva España.
Emprender en el Suroccidente de Asturias es posible y así lo hicieron visible una docena de jóvenes al frente de negocios e iniciativas en Cangas de Narcea, también en Ibias, en un encuentro que organizó el grupo de desarrollo rural Alto Narcea Muniellos, en el marco de su proyecto "Reconectando generaciones: relevo generacional de pequeños negocios rurales", que está financiado por la Fundación Caja Rural, y cuyo objetivo es facilitar el traspaso de las empresas para permitir su continuidad.
Los participantes mostraron las posibilidades que ofrece el territorio para echar a andar una actividad económica, pero muchos insistieron en que "no se debe edulcorar la realidad" porque reconocen que también se presentan muchas dificultades. No obstante, la mayor muestra de esas oportunidades la dieron ellos sin ni siquiera hablar, al representar diferentes tipos de negocios: desde una ganadería, apicultura, turismo rural o ingeniería en el medio rural hasta una empresa audiovisual, una agencia de viajes, un ceramista, una asesoría o una panadería y pastelería.
Higinio Acevedo es ejemplo de quien estuvo trabajando en el extranjero, pero decidió apostar por regresar a casa y emprender. "Entendí y acerté que había muchas oportunidades, aquí hay trabajo, solo hace falta iniciativa y querer emprender", ensalza, a la vez que asegura que no puede poner ningún inconveniente porque "en Cangas se vive genial".
También optó por volver a su pueblo Raúl Mouro, el ceramista reconocido recientemente con el Premio Nacional de Artesanía, quien asegura que decidió "soñar desde aquí" y no solo en hacer cerámica, sino que espera "poner en marcha proyectos nuevos con profesionales que suelen trabajar con nosotros como son diseñadores de interiores o arquitectos".
María Riesco estaba viviendo cerca de Madrid y con la llegada de la pandemia decidió que era el momento de volver a Cangas. Reconoce que emprender es difícil, apostó por hacerlo con una empresa audiovisual y asegura que ha tenido "buena acogida". "No hicimos un relevo generacional propiamente dicho, pero sí que vinimos a ocupar el espacio que dejaron el cierre de algunos negocios del sector", explica. Con su experiencia anima a quien quiera volver a Cangas que lo haga, porque "nosotros ahora no nos planteamos volver a irnos".
Los participantes coincidieron en que su generación fue educada para formarse e irse del pueblo, porque quedarse "aún da la imagen de retroceder". Por ello, insisten en la necesidad de cambiar la mentalidad y de que haya "apoyo y reconocimiento a quien decida apostar por volver al pueblo, que no se vea como un fracaso", subrayó Cristina Rodríguez, que tomó el relevo en una asesoría de Cangas después de estar formándose en Madrid. Cree que se debería "fomentar la cultura del emprendimiento desde el instituto, que conozcan negocios que funcionan para que se vea que hay oportunidades", aunque rechazan que haya que inculcarlo.
Fin del contenido principal