El Centro Español de Turismo Responsable apuesta por los eventos sostenibles
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16 de marzo de 2012 Fuente: Eventos Sostenibles
Conclusiones de la Jornada ‘Avanzando hacia la sostenibilidad de los eventos’.
El concepto de evento sostenible forma parte del concepto más global de respuesta responsable, ante la necesidad de que el crecimiento económico se adapte a las necesidades del planeta.
El evento sostenible crea valor para todos los actores: destino, organizador, sede, participante, proveedor; de modo que todos ganan para que ninguno pierda. En el evento sostenible se tiene un ejemplo muy completo de actuación local para conseguir un objetivo global.
La sostenibilidad en los eventos es claramente un factor de diferenciación de destino y al mismo tiempo una oportunidad de negocio dentro de la que se viene denominando
"economía verde". Esta diferenciación, basada en la ética y en la responsabilidad con el planeta y con la sociedad, tiene efectos inmediatos en la estética del destino de eventos y en su imagen corporativa ante el mercado turístico. Esta diferenciación tiene una gran importancia ante un mercado de destinos de eventos cada vez más competitivo, y progresivamente más crítico y exigente en cuanto a requerimientos de sostenibilidad.
El evento sostenible permite al destino dar lo mejor de sí mismo, generando experiencias vitales e inspiradoras de alto valor añadido. Ello es muy importante en un momento de la actividad turística como es el actual, en el que se plantean decisiones críticas sobre los modelos de desarrollo turístico. Estas decisiones tendrán un gran efecto en el futuro cercano sobre el medio ambiente y sobre la sociedad.
Por ello es importante que la industria de los eventos se incorpore lo antes posible, de forma masiva y coordinada, a esta tendencia global.
Promoviendo la sostenibilidad de los eventos el destino se convierte en un agente de cambio, que puede abrir el mundo de los eventos a colectivos innovadores y a grupos sociales desfavorecidos.
Al integrarse en el destino, el evento sostenible fuerza el cambio en los proveedores actuales, que se deben adaptar a los nuevos materiales y servicios. Así mismo, se crean nuevos proveedores para satisfacer la nueva demanda, generando una economía alternativa en torno a los eventos.
El compromiso de los destinos con la sostenibilidad de los eventos los liga a valores permanentes, que van más allá de la imagen y más allá de las experiencias. Estos valores asumen todas las necesidades ambientales y sociales del destino como un compromiso del propio evento desde todos sus ángulos.
Este compromiso incluye aspectos sociales muy críticos, como son la explotación laboral y la explotación sexual infantil en el marco del turismo.
La sostenibilidad de un evento implica también el equilibrio entre todos los elementos que los componen: destino, transporte y movilidad, sede, alojamiento, amenities, catering, materiales, merchandising, regalos y actividades.
La recuperación de la escala humana de los eventos también es una necesidad sentida frente al gigantismo y la grandilocuencia, que con frecuencia llevan asociado el despilfarro.
Cualquier destino y cualquier evento pueden apostar por la sostenibilidad, comenzando a cuestionarse las opciones de consumo y asumiendo cambios progresivos y realistas en función de sus capacidades. El camino hacia la sostenibilidad es largo pero algún día hay que empezarlo.
Este camino no está exento de contradicciones que también hay que asumir, sobretodo en los primeros pasos.
No hay que olvidar que el sector de los eventos y reuniones es un referente de prestigio para cualquier destino, ya que usa habitualmente los mejores servicios disponibles y actúa como creador de tendencias, consolidador de marcas y fidelizador de clientes.
Su gran efecto multiplicador permite contagiar la sensibilidad por la sostenibilidad al sector del turismo convencional.
Los organismos dedicados al desarrollo y la cooperación deben ser un ejemplo de sostenibilidad en sus propios eventos, abriéndose al entorno, a la multiculturalidad y a la atención a la diversidad. La accesibilidad universal es también un componente esencial de la filosofía de un evento sostenible. Los eventos sostenibles son un espacio ideal para ejercer la RSC y para la colaboración público- privada.
Al aumentar la sensibilidad de la sociedad por la sostenibilidad, aumentan las posibilidades de hacer las cosas bien y también las oportunidades de negocio, como ya se aprecia en el subsector del turismo solidario y sostenible.
El evento sostenible es un espacio de comunicación, que utiliza todas las vías para comunicarse con el mercado antes, durante y después del evento. Ello da espacio a las redes sociales y a las nuevas tecnologías de información y comunicación, que son totalmente compatibles con la filosofía de los eventos sostenibles y contribuyen a la reducción de costes ambientales y a combatir el cambio climático.
Desde el punto de vista práctico, el caso del Ayuntamiento de Madrid como promotor de sostenibilidad en los eventos, presentado en la Jornada, nos recuerda que los entes públicos de los destinos también tienen mucho que compartir y que ganar rompiendo la tradicional pasividad ante los eventos.
En la mayor parte de los destinos, la participación se limita a la logística tradicional de tráfico, seguridad, limpieza; pero sin intervenir directamente en la gestión de la sostenibilidad en el evento. La reducción de residuos y la gestión eficiente de su reciclaje en los maratones populares son un ejemplo práctico de gestión por parte de este Ayuntamiento que se ha materializado en un manual de sostenibilidad en eventos deportivos.
La preocupación del destino gira habitualmente en torno a minimizar el impacto del evento, y la cuestión es superar esa visión práctica hacia un concepto más amplio; que aproveche el evento para impulsar sostenibilidad en todos los ámbitos públicos y privados relacionados con el evento. De este modo se puede contribuir desde cada ámbito al posicionamiento de la ciudad como un destino diferenciado por la sostenibilidad de sus eventos.
La compensación de las emisiones del CO2 generadas por el evento aporta así mismo la posibilidad de que el destino se involucre en proyectos de reforestación, cooperación y desarrollo en cualquier punto del mundo.
Desde esta perspectiva, el evento sostenible va más allá de mejorar la imagen de la empresa la entidad convocante, estableciendo canales muy directos de comunicación entre la empresa y los consumidores. También se recalca el gran peso que tienen los eventos en las estrategias de marketing de las empresas, con su correspondiente peso en los costes.
La optimización de la efectividad de estos costes en función de la sostenibilidad como rasgo de la imagen corporativa, es uno de los retos actuales de la gestión sostenible de los eventos. El evento pasa a ser una herramienta de comunicación muy potente, superándose así mismo.
En esta perspectiva del evento como vía de comunicación, la memoria de sostenibilidad del evento se convierte en un elemento esencial. También en este contexto, el planteamiento sostenible permite incorporar actividades comunitarias y solidarias con un fuerte componente experiencial, creador y transmisor de valores.
El evento entendido dentro de esta visión, permite diseñar aplicaciones muy eficientes de la responsabilidad social corporativa. Está claro que la sostenibilidad en el mundo de los eventos ha venido para quedarse, pero hay que diseñar en estos tiempos de crisis soluciones creativas para que el camino hacia la sostenibilidad en los eventos no suponga un coste añadido insoportable para las empresas.
Las medidas de la sostenibilidad de un evento pasan necesariamente por la existencia de indicadores que a su vez son un elemento visual de comunicación, desde la gestión selectiva visible de los residuos a la movilidad por medios sostenibles.
Es necesario recalcar la importancia de superar lo visual y lo efectista en cuanto a los indicadores y símbolos de sostenibilidad en los eventos, para dar a paso a la necesidad de compromisos de sostenibilidad globales y a largo plazo.
En cuanto al compromiso de sostenibilidad, es importante así mismo recalcar la necesidad de incorporar mayores elementos sociales y culturales en la valoración de dicho compromiso.
Aparentemente, hasta el momento son los factores ambientales los que se llevan la mayor parte de la atención.
También hay que apuntar a este respecto que algunos de los factores sociales y culturales son más difíciles de medir y posiblemente llevará más tiempo incorporarlos plenamente. Podemos citar entre ellos al enfoque de igualdad de género, las políticas de conciliación, la eliminación del trabajo infantil, las políticas de fomento del trabajo digno y eliminación de la explotación laboral en general, los criterios de comercio justo, los criterios FSC y similares, y un largo etc. Si tenemos en cuenta todos estos enfoques en la valoración de la sostenibilidad de cualquier evento, de forma integral sobre todos los productos y servicios implicados en el mismo y en cualquier escala geográfica, con seguridad nos llevaremos muchas sorpresas.
También está claro que la calidad ya no puede entenderse sin la sostenibilidad plenamente integrada; antes, durante y después del evento. En cuanto a herramientas prácticas, se presentó en la Jornada un modelo de calculadora de carbono totalmente desarrollada, basado en los cuatro grandes ejes: calcula- gestiona- compensa- comunica. Los desplazamientos generados por los eventos son, en general, el componente con mayor impacto en la generación de emisiones. El reto del futuro inmediato es cómo seguir alimentando la industria de los eventos mientras al mismo tiempo reducimos drásticamente su impacto.
Es previsible también que ante la creciente sensibilidad social frente al cambio climático y otros fenómenos ambientales, se dé cada vez una mayor exigencia de medidas visibles de sostenibilidad en los eventos por parte tanto de los organizadores como de los participantes.
Ante las muchas cuestiones de orden práctico planteadas tanto por contratantes como por organizadores como por prestatarios de servicios en eventos, en el marco de la Jornada, se concluye que es necesario establecer una red abierta de conocimiento que pueda dar respuestas y soluciones, y esperamos que GMIC- Capítulo Ibérico (http://www.eventosostenible.es/) pueda colaborar a ello.
Ante este nuevo contexto de necesidades, se concluye así mismo la urgencia de establecer planes formativos que permitan crear los futuros profesionales de los eventos sostenibles; ya que en este momento la carencia de dicha formación en el ámbito ibérico es absoluta.
En cuanto a los talleres prácticos celebrados como colofón de la Jornada, por parte de tres grupos muy activos de participantes, demostraron en los tres casos presentados la
sensibibilidad y el conocimiento de los participantes sobre los componentes esenciales de un evento sostenible, aún en el breve tiempo de que se dispuso. La intensa y dinámica participación en los talleres demostró que es necesario seguir avanzando en esta línea; recalcando de nuevo la necesidad de un sistema para concentrar, gestionar y compartir el conocimiento sobre eventos sostenibles a todos los implicados en sus cadenas de valor.
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