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Cristina Maestre: «Sin el FEADER, el riesgo no es solo que lleguen menos fondos, sino que desaparezca la prioridad política hacia las zonas rurales»

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LEADER

08 de octubre de 2025 Fuente: REDR

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El segundo pilar de la PAC no es un añadido marginal. Es el instrumento que ha permitido financiar muchas de las iniciativas que REDR y los Grupos de Acción Local han llevado a cabo. El FEADER y los fondos estructurales son garantías de igualdad entre territorios, porque sin cohesión rural no hay cohesión europea. Cuidar de nuestros pueblos, de su gente y de sus proyectos no es nostalgia: es justicia y es futuro.

🖊️ Artículo de opinión de Cristina Maestre Martín de Almagro, eurodiputada de Grupo Socialistas y Demócratas. Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo.

 

Treinta años después de vuestro nacimiento, en Red Española de Desarrollo Rural (REDR) podéis mirar atrás con la certeza de saber que habéis contribuido como pocas organizaciones al progreso real de nuestro país. Vuestra historia no es la de una institución que observa el territorio desde lejos, sino la de una red que se ha arremangado durante tres décadas para poner en marcha proyectos concretos, superar obstáculos administrativos, tender puentes entre administraciones y, sobre todo, mejorar la vida de las personas en los pueblos.

Desde que en 1995 asumisteis el reto de aplicar el enfoque LEADER en España, los Grupos de Acción Local que integran la REDR habéis demostrado que el desarrollo rural no es una utopía, sino una realidad construida a pulso, pueblo a pueblo. Gracias a vuestro trabajo se han impulsado miles de iniciativas que han permitido que muchos jóvenes se quedaran o volvieran, que servicios esenciales llegaran a zonas donde antes no los había, que el patrimonio se cuidara y que nuevas formas de economía surgieran allí donde todo parecía en contra.

En estos 30 años, la Red ha dado sentido a la política de cohesión, traduciendo los grandes objetivos europeos en acciones que generan oportunidades reales en municipios pequeños, en comarcas con dificultades estructurales, en territorios olvidados por las dinámicas de mercado. Habéis conectado proyectos locales con herramientas comunitarias, formado técnicos y líderes rurales, y habéis sido un interlocutor riguroso ante las instituciones nacionales y europeas. No hay en España una sola comunidad autónoma en la que no hayáis dejado huella.

Por todo ello, este aniversario no es solo un momento de celebración, sino de reconocimiento. Gracias a REDR y al trabajo paciente de sus grupos, hoy España es un país más articulado, más plural y más justo. Sin esa labor constante, los pueblos serían más frágiles, las desigualdades territoriales más graves y muchas oportunidades, simplemente, no habrían existido.

Ahora bien, el momento actual nos obliga a mirar también hacia adelante. Y lo que se dibuja en el horizonte no es precisamente tranquilizador. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha presentado, en el marco de la futura PAC y del futuro Marco Financiero Plurinacional, la supresión del segundo pilar —el destinado al desarrollo rural— para integrarlo en un fondo único. Esto, lejos de ser una mera reorganización técnica, supondría desdibujar por completo las políticas rurales en el ámbito europeo, debilitando su financiación, su autonomía y su capacidad de transformación.

El segundo pilar de la PAC no es un añadido marginal. Es el instrumento que ha permitido financiar muchas de las iniciativas que REDR y los Grupos de Acción Local habéis llevado a cabo. Y es precisamente el FEADER —el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural— el que ha hecho posible que esas políticas se concreten sobre el terreno: servicios, infraestructuras, formación, nuevas actividades económicas, modernización de explotaciones o fijación de población. Sin él, el riesgo no es solo que lleguen menos fondos, sino que desaparezca la prioridad política hacia las zonas rurales.

A esta amenaza se suma otra no menos preocupante: la propuesta de recorte de los fondos estructurales, como el FEDER o el FSE+, que han sido fundamentales para la cohesión territorial en nuestro país. Gracias a ellos se han financiado centros de salud, carreteras, centros culturales, programas de empleo o digitalización en municipios que no podrían haber asumido esas inversiones por sí solos. Relegar estos instrumentos supondría, de nuevo, castigar a quienes más necesitan el apoyo público.

Ante este escenario, necesitamos a REDR más que nunca. Vuestra legitimidad, vuestro conocimiento del terreno, capacidad de interlocución y red de trabajo son esenciales para que la defensa del medio rural no quede en manos de la retórica, sino que se traduzca en acción y presión política. Las políticas de desarrollo rural no pueden quedar diluidas. Necesitamos que se escuche la voz de los pueblos y que se defienda con claridad el derecho a la igualdad de oportunidades, vivamos donde vivamos.

España no se entiende sin su medio rural. No solo desde el punto de vista económico o demográfico, sino como un elemento central de nuestro modelo de convivencia y cohesión. Cuidar de nuestros pueblos, de su gente y de sus proyectos no es nostalgia: es justicia y es futuro.

Desde el Parlamento Europeo, los Socialistas y Demócratas vamos a trabajar con firmeza para impedir que se impongan las intenciones de Ursula von der Leyen y de la Comisión. Vamos a defender el segundo pilar, el FEADER y los fondos estructurales como garantías de igualdad entre territorios, porque sin cohesión rural no hay cohesión europea.

 

*Este artículo forma parte de una serie de publicaciones en las que responsables de diferentes instituciones, entidades, empresas privadas... elaboran un artículo de opinión en el que valoran estos últimos 30 años de la Red Española de Desarrollo Rural (REDR). Cada semana, publicaremos un nuevo artículo.

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