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14.000 kilómetros, 80 pueblos, seis mareos y dos mordeduras de perro para mostrar al mundo la 'Microcatalunya'

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Desarrollo Rural

12 de diciembre de 2016 Fuente: El País

El periodista Marc Serena y el fotógrafo Edu Bayer adentran en pueblos de menos de 500 habitantes en 'Microcatalunya'

"Muchos han vendido la tierra a la gente de fuera, pero yo no. Si lo vendes, ya has terminado, pero si lo tienes, pues mira, lo tienes. ¿Me entiendes?" El Pompeyo, un jubilado de 83 años de Abella de la Conca, en el Pallars Jussà, trabaja un campo con almendros y vid mezclados y no tiene prisa por terminar. "Tengo todo el mes de mayo y todo el mes de junio para terminar. ¡Mira si tengo tiempo! "Es uno de los "microprotagonistas"del libro Microcatalunya (Ediciones Sidillà), un viaje por los lugares más recónditos de Cataluña que el periodista Marc Serena y el fotógrafo Edu Bayer recorrieron, en total unos ochenta pueblos de menos de 500 habitantes. De los 948 municipios catalanes, 332 tienen menos de medio millar de vecinos: son el 1% de la población y ocupan el 35% del territorio.

"¿Qué quiere decir ser rural hoy en día? ¿Es un acto de resistencia o un privilegio? ¿Una elección o una rémora? ¿Cómo se vive en los pueblos? ¿Quién vive? ¿Qué futuro les espera?". Para buscar las respuestas a estas preguntas que se plantean en el libro se zambullen en los pueblos, hablan con los vecinos, pisan los campos y comen lo que se come. "La intención de nuestro proyecto es entender mejor un país que en pocos años ha pasado de ser agrícola a ser industrial y de servicios", escriben.

La aventura, que duró siete meses, comenzó el 6 de marzo de 2014 y fue alimentando la página web http://www.microcatalunya.cat/, que se convirtió en una referencia de los pequeños municipios catalanes, con más de 4.000 enlaces, más de 10.000 fotos bajo la etiqueta de Instagram #microcatalunya. El proyecto, una especie de "Wikipedia de la ruralidad catalana", financiado gracias a la participación de 157 pequeños mecenas, fue reconocido con el Premio Carles Rahola de Comunicación Local 2015.

El libro es mucho más que una recopilación de más de 200 fotografías: "Es una recopilación de testimonios y experiencias capturadas en tardes delante de chimeneas, en bares, en el campo, con el motor en marcha, comiendo o, incluso, corriente... pero siempre buscando las distancias cortas. Con atención y respeto, pero sin nostalgia. Poniendo atención a los cinco sentidos", escribe Marc Serena.

La aventura les llevó por todo el territorio del sur al oeste, del norte al este y terminando en el centro de Cataluña. Los medios fueron los que fueron. No hacía falta ningún lujo. "Una furgoneta de los años ochenta ha sido el vehículo, la oficina, la casa y, también, el escenario de seis mareos y dos mordeduras de perro", explican los viajeros.

Interesaba captar la autenticidad de cada pueblo y de sus vecinos. Transmitir las vibraciones que los autores experimentaron desde que pusieron en marcha la furgo en Freginals (Montsià) hasta que llegaron a Serrateix (Berguedà). "Hemos conocido personas sabias que viven en un mundo donde todavía hay masoveros, chiringuitos, aspilleras, bordas, silos, corzos, orejitas, Sallent, guijarros y zahoríes. Donde cada viento tiene un nombre según donde sopla y, cada pero, una historia profunda. Donde todavía se mata el cerdo, aunque las leyes lo hagan cada vez más difícil".

Lejos de las rutas turísticas y de itinerarios publicitarios, tiene mucho más valor el testimonio del Pompeyo que los alojamientos, las infraestructuras o los accesos a los núcleos: "En Santa Fe del Penedès (Barcelona) no hay cajero automático, ni panadería, ni ninguna tienda. Sólo el bar del centro cívico, donde hacen desayunos y, al mediodía, comidas por menos de nueve euros ", leemos en el libro. Quien nos acerca al pueblo no es ninguna guía turística ni aparece en ninguna página web. Pero su rutina nos da la idea de lo que es el pueblo. Es allí, sentada en una mesa del bar: "Escondida en un rincón, trabaja Emma. Mientras su hombre, Alfonso, sirve cafés, ella tan pronto prepara una tortilla de alcachofas como se ocupa de un descosido. Es la modista del pueblo y todo el mundo la conoce por su afición por disfrazarse ".

Gente como Emma, ´┐¢´┐¢el Pompeyo y tantos otros ciudadanos (aldeanos) anónimos llenan de verdad el libro. "Franquistas y anarquistas, agricultores y expagesos, campesinas y princesas, pastores, emprendedoras, jubilados, contrabandistas, empresarias, leñadores, feligreses, maestros y pescaderos". Personas. "Son personas que nos ayudan a entender cómo hemos cambiado en los últimos años, después de estas riadas, por no decir tormentas, de modernidad", explican los dos narradores.

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