Custodiar el territorio: la mejor defensa contra el fuego
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20 de agosto de 2025 Fuente: REDR

LEADER y los Grupos de Acción Local defienden que un territorio vivo y habitado es la mejor defensa contra los incendios y la despoblación.
Cada verano, España arde. Solo este mes de agosto concentra 20 grandes incendios y más de 359.000 hectáreas calcinadas. Pero el fuego no solo devora bosques y paisajes, arrasa también con la base económica, social y cultural de comunidades que ya sufren problemas estructurales de despoblación, envejecimiento y falta de servicios. Lejos de hacer un artículo oportunista, es oportuno.
Más allá de las condiciones climáticas extremas, el verdadero trasfondo de esta situación es la ausencia de una custodia efectiva del territorio. Donde antes había agricultores, ganaderos y vecinos que cuidaban del paisaje, hoy quedan campos abandonados, montes sin gestión y una población cada vez más envejecida.
Custodia del territorio y despoblación: dos caras de la misma moneda
La prevención de incendios no puede limitarse a gestionar la extinción de los mismos. La verdadera protección no reside solo en el número de efectivos o en las dotaciones de los servicios de bomberos, sino en mantener vivo y cuidado el territorio.
Un territorio habitado y cuidado es un territorio más seguro frente al riesgo de incendios. Para ello es preciso aprobar y ejecutar políticas activas que apuesten por un territorio vivo, gestionado por su propia población.
Cuando desaparecen los agricultores, los ganaderos y/o las pequeñas empresas rurales, desaparece también el cuidado cotidiano que mantenía limpio y productivo el paisaje. En este sentido, dinamizar la economía rural y fijar población no es solo una cuestión de desarrollo, sino también de seguridad ambiental
En los últimos 30 años, la metodología LEADER para el desarrollo rural, iniciada por REDR en 1991, ha demostrado que es posible impulsar proyectos innovadores desde el entorno local, que fomenten la diversificación económica, apoyen el emprendimiento, mejoren la cohesión social y preserven en definitiva el medio natural.
Los Grupos de Acción Local (GAL) han sido motores discretos pero eficaces de esa transformación, articulando las necesidades de cada territorio y canalizando recursos europeos hacia iniciativas que, de otro modo, no habrían visto la luz.
En muchos lugares, los GAL han contribuido a recuperar oficios, revalorizar el patrimonio cultural y natural, generar empleo joven y femenino, y fortalecer el sentido de pertenencia de la población a su territorio.
El nuevo Marco Financiero Plurianual: una oportunidad decisiva
Ahora que la UE debate el nuevo Marco Financiero Plurianual, es imprescindible que se dote a LEADER y a los GAL de herramientas específicas y financiación estable. Solo así podremos frenar la despoblación, garantizar la gestión activa de los paisajes y convertir la prevención en una estrategia real. La respuesta a los incendios no puede seguir siendo únicamente reactiva. Un territorio habitado y cuidado es, sencillamente, un territorio más seguro frente al fuego.
Se impone, por tanto, una estrategia integral que entienda que un territorio cuidado por su propia gente es un territorio más protegido. LEADER y los Grupos de Acción Local han demostrado, a lo largo de más de tres décadas, que esta fórmula funciona. Lo que necesitan ahora es un mayor respaldo político y financiero para seguir cumpliendo su misión: mantener vivos nuestros pueblos y preservar los paisajes que nos definen como sociedad.
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