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Manifiesto Nuestra Tierra Nuestro Business

04/09/2014 Área: Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación Fuente: Our Land, Our Business

  • ¡Alto a los acaparamientos de tierra!: la agricultura no necesita los Indicadores de Negocio del Banco Mundial.

Como promotor y financiador de las inversiones a gran escala en la agricultura, el Grupo del Banco Mundial ha sido un motor de la apropiación de tierras en países en vía de desarrollo. Es un actor central en el sistema de desarrollo industrial, que utiliza su poder financiero y político, a través de sus organismos y entidades de inversión, para obligar a los países a seguir un modelo de desarrollo pre-determinado, basado en los principios neoliberales de privatización, desregulación, bajos impuestos a las empresas y en la mantra fundamentalista del "libre mercado". Este modelo está diseñado para maximizar la extracción de los valiosos recursos naturales y humanos de los países en desarrollo y centralizar la riqueza y el poder en una pequeña pero hinchada élite y en una minoría de corporaciones.

Desde 2002, el Banco Mundial ha promovido este modelo a través de los rankings Doing Business que clasifican los países según si los burócratas de Washington creen que mejoran, o no, la "facilidad de hacer negocios". Las declaraciones del propio Banco Mundial muestran que estos rankings anuales son seguidos muy de cerca por los inversores extranjeros, y que el Banco Mundial y los donantes bilaterales también los utilizan para guiar su financiación.

El ranking Doing Business es la versión actual de los Programas de Ajuste Estructural (PAE)que devastaron la vida de millones de personas forzando el fin de la intervención estatal y la liberalización de las economías nacionales en los años 1980 y 1990. El ranking ya tuvo un gran impacto en los sectores agrícolas, perjudicando a los campesinos bien establecidos, y en beneficio de los "inversores" extranjeros que buscan ganancias rápidas a través de la violación del derecho a la tierra de los pueblos, la extracción de recursos naturales y la explotación de mano de obra barata.

Hoy, a pesar del amplio conocimiento de la manera en que la apropiación de tierras está despojando y empobreciendo a las comunidades rurales en el mundo entero, el Banco Mundial no está dispuesto a cambiar su enfoque. Al contrario, está actualmente trabajando para desarrollar y profundizar aun más el modelo Doing Business creando un indicador para notar específicamente a los sectores agrícolas de los países.

Respondiendo a la demanda del G-8 en 2012 , y con la financiación de la Fundación Gates y de las agencias de desarrollo del Reino Unido, EE.UU., Holanda y Dinamarca; el Banco Mundial está desarrollando un nuevo instrumento llamado "Benchmarking the Business of Agriculture " (BBA). Iniciados a finales de 2013, los estudios pilotos ya están en marcha en 10 países, y serán ampliados a 40 países en 2014. El BBA podría hacer el ranking de ochenta a cien países en 20151. Se basa en el modelo del Doing Business y lo adapta a la agricultura. Con este nuevo instrumento el Banco Mundial defiende por ejemplo la libre circulación de las semillas comerciales, los fertilizantes, y el acceso a "derechos de propiedad seguros" a través de la reforma territorial. A pesar de un lenguaje que pretende preocuparse por los pequeños agricultores, el objetivo de este nuevo sistema de clasificación centrado en la agricultura es demasiado claro: profundizar la apertura de los sectores agrícolas a los inversores extranjeros.

Doing Business Fomenta el Acaparamiento de Tierras en el Mundo

El Doing Business da puntos a los países que actúan en favor de la "facilidad de hacer negocio". Esto consiste en allanar el camino para la actividad de las corporaciones en el país, cortando por ejemplo los procedimientos administrativos, reduciendo los impuestos a las empresas, eliminando las regulaciones ambientales y sociales o suprimiendo las barreras comerciales. Con el Doing Business, el Banco Mundial también alienta las reformas territoriales que hacen de la tierra un bien comerciable, de fácil acceso para las ricas corporaciones. Basándose sobre la idea que las regulaciones públicas son obstáculos para para la prosperidad de las empresas, el Doing Business descuida cuestiones como los derechos humanos, el derecho a la alimentación, los derechos económicos y sociales, la protección de los trabajadores, y el uso sostenible de los recursos naturales.

Hay abundante evidencia de cómo el ranking Doing Business ha favorecido el acaparamiento de tierras. Por ejemplo, Liberia implementó 39 reformas para "facilitar el negocio" entre 2008 y 20113, y como resultado atrajo crecientes flujos de Inversiones Extranjeras Directas (IED). Entre los inversores llegaron los gigantes del aceite de palma y del caucho: Ecuatorial Aceite de Palma del Reino Unido, Sime Darby de Malasia, y Golden Agri-Resources de Indonesia adquirieron más de 1,5 millones de acres (607 000 hectáreas) en unos pocos años, quitando a las comunidades locales sus granjas, recursos y medios de vida.

En Sierra Leona, el Banco Mundial guió una serie de reformas con el objetivo de atraer las inversiones extranjeras directas. Las IED pasaron de un promedio de $18 millones al año entre 2000 y 2005 a $740 millones sólo en 2012. Reformas del registro de tierras y reformas permitiendo la rápida transferencia de tierras han atraído a plantadores de caña de azúcar y palma aceitera, incluyendo Addax Bioenergy de Suiza, Quifel Recursos Naturales de Portugal, CAPARO del Reino Unido o SOFCIN de Luxemburgo. En 2011 Sierra Leona ya había arrendado 508 292 hectáreas a inversores extranjeros5. Un acuerdo de 2014 con el productor de aceite de palma Golden Veroleum podría duplicar esta cifra y llevar a 20 % la proporción de tierra cultivable del país que fue quitada a las poblaciones rurales.

Aclamada como uno de los diez principales reformadores del Doing Business 2014, Filipinas ascendió 40 puestos en tres años en el ranking. El año anterior, el Banco Mundial había aconsejado reformas "para acelerar el crecimiento " del país y la creación de empleos en el sector rural. La apertura del sector agrícola de Filipinas a las IED hizo del país el tercer destino más popular para la inversión extranjera en la tierra y llevó a la adquisición total de 5,2 millones de hectáreas por parte de extranjeros en 2013.

Los rankings anuales del Banco Mundial son utilizados por las empresas y los inversores que quieren saber adónde dirigir sus capitales. Además, los resultados del Doing Business tienen influencia en las políticas del Grupo del Banco Mundial a través de la asignación de presupuestos para actividades de consejo sobre "el clima de las inversiones" y son utilizados por los donantes bilaterales para guiar su financiación10. El Doing Business tiene por lo tanto enormes implicaciones financieras y provoca una carrera a la desregulación entre los gobiernos deseosos de mejorar su ranking para atraer flujos de dinero.

Peor aún, el Banco está desarrollando ahora el "Benchmarking the Business of Agriculture" (BBA), que acelerará aún más la carrera por las tierras agrícolas y los recursos naturales como el agua en los países en desarrollo.

El Banco Mundial debe abandonar sus malas estrategias agrícolas

Los pequeños productores cultivan 80 por ciento de las tierras agrícolas y producen 80 por ciento de los alimentos consumidos en el mundo en desarrollo11. Por lo tanto, son garantes esenciales de la seguridad y soberanía alimentaria, y son los principales inversionistas y empleadores en el sector agrícola de los países en desarrollo. Es su capacidad para invertir y desarrollar sus tierras, y no la de las corporaciones, que se debe reforzar. La capacidad a invertir de los campesinos se ve obstaculizada por la violación de su derecho a la tierra y por la falta de apoyo de los gobiernos. Los medios de subsistencia de los agricultores se ven especialmente amenazados por la tendencia actual al acaparamiento de tierras que el Banco Mundial alimenta constantemente con sus indicadores de negocio y su promoción de la apertura de los sectores agrícolas, las IED y las reformas territoriales.

Ya es hora de que el Banco Mundial deje de ignorar que los pequeños agricultores son el único futuro posible para una agricultura garante de la seguridad alimentaria, del uso sostenible de los recursos naturales y de un buen desarrollo humano. Conocemos muy bienlas consecuencias desastrosas de la agricultura industrial a gran escala sobre el medio ambiente y las personas. Este modelo no debe ser impuesto al mundo en desarrollo.

La seguridad alimentaria y el justo y equitativo desarrollo son objetivos accesibles si damos el apoyo adecuado a la agricultura familiar. Esto comienza con garantizar el derecho a la tierra de los agricultores, impidiendo que inversionistas extranjeros se apropien sus recursos. Esos recursos no estarán protegidos por títulos de propiedad, pero más bien por la protección de un acceso seguro a las tierras comunales y de las explotaciones agrícolas.

El Banco Mundial no entiende este requisito básico y, a través de sus poderosas armas Doing Business y el Benchmarking de Empresas de Agricultura, sigue defendiendo de manera indiscriminada las IED en el sector agrícola e imponiendo su modelo de desarrollo en el cual las corporaciones mandan de manera suprema. Esto pone en peligro la seguridad y soberanía alimentaria de los países en desarrollo.

Por lo tanto, pedimos que el Banco Mundial detenga inmediatamente sus programas Doing Business y Benchmarking de Empresas de Agricultura.

Para más información:

Visita http://www.ourlandourbusiness.org/  o contacte ourlandourbusiness@therules.org

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