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Entrevista de Mariano Cebrián, publicada originalmente en el diario ABC

Desde su doble cargo como actual presidente de la Red Extremeña de Desarrollo Rural y de la Red Española de Desarrollo Rural (REDR), Aurelio García Bermúdez es una de las personalidades más relevantes a nivel nacional en este ámbito. Al haber sido además alcalde de la localidad cacereña de Hoyos, en una comarca eminentemente agrícola y ganadera, es uno de los grandes conocedores de este mundo que ahora se encuentra en pleno proceso de elaboración de los planes de desarrollo rural (PDR) de las comunidades autónomas.

Entre ellos, el de Castilla-La Mancha, que Aurelio García Bermúdez ha analizado para ABC.

Castilla-La Mancha ha hecho un gran trabajo, con su consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, a la cabeza. El PDR se aprobó muy tarde, exactamente hace un año, pero desde entonces hasta ahora han conseguido sacar adelante toda la normativa para los programas Leader, han hecho el régimen de ayuda, han firmado los convenios y han seleccionado los 29 grupos de desarrollo rural. En definitiva, han hecho un enorme esfuerzo que es difícil realizar en tan solo un año.

-Yo tengo conocimiento de lo sucedido en anteriores ocasiones, y en el caso de Castilla-La Mancha, el Gobierno regional actual se ha quejado de que el anterior PDR, es decir, el del 2007-2013, fue una copia del que le precedió. Esto no puede ser, ya que la situación del mundo rural en esta región y en otras no puede ser la misma que entonces, después de una crisis tremenda y con una gran cantidad de jóvenes sin formación. Por eso, yo les pido a los consejeros y a los presidentes de las comunidades autónomas que hagan documentos vivos y cambien cosas porque el mundo rural tiene que ser más innovador de cara a los próximos años.

Creo que está contento por cómo ha quedado el PDR y con la importante cantidad asignada, ya que creíamos que este periodo iba a ser muy difícil y al final llegaron 8.200 millones de Europa, además de la cofinanciación de las comunidades autónomas, pese a que el dinero procedente del Estado ha sido menor, unos 1.000 millones.

Hay que hacer un esfuerzo entre todos para que los jóvenes se incorporen al mundo rural, tanto en la agricultura como en la ganadería, pero también gente que abogan por la diversificación, los que se han ido a estudiar y no encuentran trabajo o los que trabajaron en la construcción y ahora no tienen salidas laborales, entre otros casos.

Participación ciudadana

-En el caso de Castilla-La Mancha, se ha hecho un buen trabajo conjunto con los 29 grupos de desarrollo rural, con grandes y diferentes estrategias en cada territorio de la región. Por eso, más allá de los programas y de la financiación, es esencial dar voz y voto a los ciudadanos para la elaboración de los PDR.

La salud del mundo rural en Castilla- La Mancha es muy buena, ya que estos 29 grupos son muy dinámicos y están aportando muchas ideas de cara a los próximos años, aunque han sufrido dificultades debido a la crisis y muchos proyectos no han salido adelante por falta de financiación. Ahora, estos grupos se han reconstruido, han formado juntas directivas nuevas y equipos técnicos muy buenos. Por eso, creo que esta comunidad autónoma es una de las que más músculo tiene y es un ejemplo. Si en Castilla-La Mancha no funciona el desarrollo rural, en el resto de España estamos cojos.

Nunca es suficiente. A mí me gustaría que todos los grupos de desarrollo rural dispusieran de más dinero, pero es una cantidad media, ya que cada grupo dispone de unos 4 millones de euros en España. Por lo tanto, creo que es una buena cantidad de partida.

Deberían repercutir todos, ya que en el mundo rural tenemos mucha necesidad de servicios e infraestructuras. Pero, entre ellos, estaría el Fondo Social Europeo, que es fundamental para generar formación y empleo, o los presupuestos del Estado y de las comunidades autónomas para hacer que las zonas rurales y los pueblos tengan los mismos servicios que las ciudades.

Es un poco injusto que las comunidades autónomas tengan que cofinanciar este fondo como está ahora. Esto ha supuesto que el Estado pone menos dinero y, por eso, hay que decirle que tiene que poner más fondos debido a los graves problemas de despoblación en algunos territorios. Hemos pasado de que el Estado aportara más de 2.000 millones de euros en el 2007- 2013 a que no llegue a los 1.000 millones de euros. De este modo, todo el dinero que falta lo tienen que poner las comunidades autónomas, que llegan hasta donde llegan.