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16/08/2012 Área: Artesanía y Turismo Fuente: Adecobel
La comarca de Campo de Belchite constituye un fragmento de 1.044 km² del Somontano Ibérico, sirviendo de transición entre las tierras de la depresión del valle del Ebro y la cordillera del Sistema Ibérico. Compuesta por 15 municipios, está situada al sur de la provincia de Zaragoza.
Los colores pardos y ocres de la estepa definen su paisaje. Las extensas llanuras se cubren de las espigas doradas de cereal y mecidas por la brisa son baile y son paisaje. Rodeado de olivos centenarios, el pueblo viejo de Belchite resiste con ahínco el paso del tiempo y los impactos del pasado. Cada uno de sus restos guarda, como imprimación que los tiñe, un recuerdo, una huella, una vivencia.
La aridez de esta tierra y su clima de temperaturas extremas propician el cultivo de la vitis vinifera o garnacha. El sol madura los pámpanos de la vid para que alcance el azúcar óptimo que, tras su fermentación, dará los mejores vinos tintos del bajo Aragón.
El aceite, su oro líquido
El líquido oro de la variedad empeltre es un aceite de magnífica calidad organoléptica. El cultivo tradicional de estos olivos es un regalo visual para todos los amantes de la naturaleza y su biodiversidad, privilegio de este territorio que trabaja la tierra de manera extensiva.
El paraje estepario de Campo de Belchite alberga aves de interés ornitológico como la alondra ricotí, la ganga ortega o el alcaraván, entre otras especies. Todas protegidas en el Refugio de Fauna Silvestre La Lomaza y la Reserva Ornitológica El Planerón. Hasta aquí, aficionados en ornitología de diferentes países se desplazan con el fin de poder observar ese pájaro que les falta de marcar en su checklist. En Lécera, se ha acondicionado un comedero de buitres en el que se alimentan a centenares de estas aves necrófagas. Espectáculo este que puede disfrutarse desde un observatorio instalado a escasos metros.
El río Aguasvivas se ha convertido en vertebrador de bellos rincones. En los pueblos en los que discurre, sus orillas se convierten en hermosas estampas ordenadas bajo la mano del hombre en huertos o paseos. Y en su recorrido libre campo a través, regala imprevisibles escenas como pozas y saltos de agua y agrestes barrancos de singular belleza. El aprovechamiento del caudal del agua desde antaño se ha materializado en instalaciones hidrográficas tan importantes como espectaculares. Se trata de la presa romana del siglo I, de Almonacid de la Cuba (en la imagen superior, una panorámica de la localidad); los molinos como el de Samper del Salz, el más antiguo de los llevados a cabo por el monasterio de Rueda, datado en el siglo XI y completamente restaurado en la actualidad; el pantano de Moneva, ideal para actividades acuáticas como la pesca y la náutica; y diferentes puentes, acueductos y fuentes salpicados por toda la comarca.
33 rutas de senderos
La red de senderos discurre por este territorio en sus 300 kilómetros, repartidos en 33 rutas que comparten recorridos con la antigua vía del tren de Utrillas o el curso del río Aguasvivas. Otras que transitan por conmovedores paisajes esteparios o deambulan junto a accidentes geográficos como barrancos, foces y focinos, cuevas, diapiros y territorios en los que la roca de época jurásica está al descubierto. Junto a estas rutas, que pueden realizarse a pie, a caballo o en bicicleta, se han diseñado otras que recorren los pinares de Valmadrid, verdadero pulmón de la comarca; las Cucutas o picos más altos de todo el terreno; el olivar o las vides y estacionales como aquella cuyo espectáculo lo ofrecen los almendros en flor.
El patrimonio artístico de Campo de Belchite es uno de los recursos más valorados por la población local y adalid de este territorio. Se han hallado yacimientos arqueológicos de época ibera, visigoda, romana y musulmana, destacando el yacimiento de La Malena, en Azuara, una villa romana de época bajo imperial, con interesantes mosaicos y escultural dedicados a las distintas deidades paganas. El patrimonio religioso está presente en cada uno de los municipios con iglesias de estilo mudéjar, renacentista o barroco y ermitas construidas en el siglo XX que mantienen tradicionales romerías. El pueblo natal de Goya, Fuendetodos (en la imagen superior, su casa natal, convertida en museo), es baluarte de cultura, no sólo por los museos y salas de exposiciones que se concentran en este pequeño municipio, cuya población supera modestamente los 150 habitantes, sino por la programación cultural tan rica que gestionan.
Campo de Belchite ofrece infinidad de placeres. Entre ellos, la experiencia del silencio, de la calma y el sosiego de un territorio tranquilo. El deleite de saborear una rebanada de pan de horno de leña con aceite de oliva empeltre virgen extra; o de charlar con amigos mientras degustas los vinos tintos de la tierra acompañados de queso de oveja y cabra y de los embutidos que se elaboran en Campo de Belchite. Elija un pueblo y camine por sus calles enrevesadas, que nos hablan del pasado habitado por otras culturas. Piérdase por caminos y sendas. Cierre los ojos y disfrute de nuestro paisaje sonoro.
Grupo de Desarrollo Rural
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