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Artículo de A. De La Fuente, publicado en La Nueva España.

El Principado es, desde ayer, la segunda comunidad española en tener su Observatorio de la Escuela Rural. Este órgano, integrado por la docentes, estudiantes y políticos tiene como objetivo recoger y difundir propuestas que ayuden a mantener y mejorar un servicio "clave para evitar la despoblación" y que entre sus bondades atesora ser el que presenta mejor ratio de alumnos por profesor y en inversión por estudiante. Su constitución tuvo lugar de manera formal en el Ayuntamiento de Carreño, con el consejero de Educación, Genaro Alonso como maestro de ceremonias.

La idea del Principado con la creación de este órgano es potenciar la escuela rural, que a cierre de 2018 daba servicio a 5.125 niños, un 6,96% del total de escolares de la región. "Es la joya del sistema educativo asturiano", destacó Alonso durante la constitución del Observatorio, que aspira a ser "un órgano vivo y participativo".

En él están representados docentes, escolares, familias, sindicatos, políticos y administración. Tras su constitución, el siguiente paso que deberá dar este órgano será formar una comisión permanente para seguir el día a día del funcionamiento de las aulas rurales y sus inquietudes y necesidades. Se prevé que se reúna regularmente. También habrá dos sesiones plenarias al año como la celebrada ayer en Candás.

"La idea es que estos plenos se realicen por toda Asturias para dar a conocer su funcionamiento", expresó Alonso sobre este intento de potenciar una modalidad educativa que invierte unos 27.000 euros por alumno, frente a los 4.000 que le cuesta el del medio urbano.

Estas inversiones también dan sus frutos. Tal y como expresó el consejero, el alumnado del medio rural ofrece mejores resultados académicos que los de los centros urbanos en Lengua, Matemáticas, Ciencias y en habilidades tecnológicas. Chus Burón fue el encargado de dar cuenta de ello. A sus diez años, metro veinte, melena y marañuelas de Candás en ristre, este alumno de 4º de primaria del colegio rural de San Antolín de Ibias, que comparte aula con niños de 5º y 6º, también destacó el valor de la escuela rural: "No me quiero cambiar de colegio por nada del mundo".