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¿Considera que el papel de las mujeres en la sociedad rural es el que le corresponde?

No, todavía queda un largo camino por recorrer hasta que eso suceda. Las mujeres rurales deberían tener un papel más activo para que pueda visualizarse más. Hoy por hoy no se percibe como corresponde el gran trabajo por el desarrollo rural que las mujeres realizan pero, poco a poco, se les dará el lugar que ellas mismas están consiguiendo y que les corresponde de pleno derecho.

¿Cuáles son los retos a los que se enfrentan las mujeres rurales?

Uno de los grandes retos es que lleguen a ocupar los espacios que en el ámbito de lo público y de lo privado todavía no ocupan. Se debería alcanzar una representación más equilibrada y conseguir que las responsabilidades de la casa y la familia sean compartidas por los hombres.

Otro de los objetivos es que puedan  acceder al trabajo para el que estén capacitadas sin que medie ninguna discriminación, ni laboral ni salarialmente por el hecho de ser mujer. También hay que luchar por la conciliación de la vida familiar y laboral que se agrava cuando recae sobre ella los cuidados de hijos/as y de personas dependientes.

Las mujeres de las zonas rurales se enfrentan a una doble discriminación. ¿Qué medidas se pueden adoptar para corregir los desequilibrios de género en el medio rural?

Es importante que se creen los servicios que alivien las cargas familiares, que suelen recaer sobre las mujeres. También hay que crear puestos de trabajo de calidad y facilitar su acceso para las mujeres rurales. De la misma forma, habría que aplicar las reformas necesarias para contar con un sistema educativo que apueste por la coeducación y la transversalidad de género. Para corregir estos desequilibrios es imprescindible la formación. Ahí radica la importancia de contar con una adecuada oferta formativa que ayude al empoderamiento personal y colectivo de las mujeres.

¿A qué obstáculos se enfrentan a la hora de aplicar la igualdad de género?

Uno de los mayores problemas con los que nos encontramos es la falta de conocimientos de todos, en general. Por ello, hemos hecho hincapié en que haya personas especializadas en cuestiones de igualdad que puedan ayudar a paliar ese déficit.

En segundo lugar, también nos encontramos con esa falta de conocimientos a la hora de plantear la perspectiva de género como una intervención profesional y metodológica. Es necesario que todas las personas que trabajan en desarrollo rural tengan  unos conocimientos básicos del principio de igualdad tal y como tienen de otras disciplinas. Porque no podemos olvidar que el principio de igualdad es un requerimiento de obligatoriedad que hay que cumplir tal y como viene recogido en la Ley de Igualdad andaluza, del Estado, Europea y Tratados Internacionales.

Desde su amplia experiencia como alcaldesa de Osuna y presidenta de ARA, ¿cómo ve la conciliación de la vida laboral y familiar en el medio rural?

Hacen falta más medidas de conciliación. Las mujeres en el mundo rural siguen soportando, en muchos casos, la doble jornada laboral. Es importante que las responsabilidades del hogar y la familia sean compartidas por los hombres. Es por ello que los poderes públicos deben seguir apostando por políticas públicas de conciliación y no discriminación.

¿Qué papel puede desempeñar ARA en todo este proceso?

El papel de ARA debe ser el de acompañar y asesorar de forma permanente a los Grupos de Desarrollo Rural. Seguiremos trabajando en la visibilización del papel de las mujeres en el desarrollo de los territorios rurales andaluces a través de la difusión y promoción de aquellas iniciativas lideradas por éstas.

Es importante que podamos recoger todas sus necesidades, todas sus dudas en la materia y le demos la respuesta. Nuestro objetivo es ir de la mano de todos nuestros/as asociados/as hasta conseguir erradicar todas las desigualdades que a día de hoy siguen existiendo.

El Parlamento de Andalucía aprobó hace unos días la modificación de la Ley 12/2007, de 26 de noviembre, para la promoción de la igualdad de género en Andalucía. ¿En que afecta esta modificación a las mujeres rurales?

La nueva Ley establece que los poderes públicos de Andalucía integrarán la perspectiva de género en las actuaciones de desarrollo rural, garantizando que estas intervenciones contemplen las necesidades de las mujeres, permitan su plena participación con equidad y contribuyan a una igualdad real de oportunidades entre mujeres y hombres.

Asimismo insta a los poderes públicos de Andalucía a desarrollar acciones dirigidas a eliminar la discriminación de las mujeres del medio rural y favorecer su incorporación al ámbito laboral, a la formación y a las nuevas tecnologías, así como su plena participación en la vida social y económica, garantizando el ejercicio del derecho a la titularidad compartida en las explotaciones agrarias.

El Consejo de Gobierno aprobó en 2017 el I Plan de Plan de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en la actividad agroalimentaria y pesquera de Andalucía. ¿Cómo ha repercutido en las mujeres rurales la implementación de este Plan?

Entre las medidas que ya se han aplicado durante el último año están las dirigidas a priorizar a las mujeres y las entidades constituidas por ellas en todas las líneas de ayudas públicas que convoca la Consejería, así como el aumento de la presencia femenina como docentes y como alumnas en las actividades formativas del sector.

Otros fines incluidos en el Plan es otorgarle a la mujer un papel de interlocución directa,  darle participación en las actividades de la Consejería y seguir trabajando en la coordinación interna y la cooperación con otras entidades como el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) y las organizaciones profesionales agrarias. Así como conseguir la igualdad entre mujeres y hombres en el sector agrario y pesquero no sólo es una necesidad sino una voluntad clara del Gobierno andaluz, y sobre todo es una deuda para con todas las mujeres que trabajan de una forma más o menos visible o invisible en el sector agroalimentario y pesquero, que viven y sostienen el medio rural andaluz.