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06/09/2017 Área: Exclusión social Fuente: Diario de Soria
El esfuerzo de la localidad de Deza por mantener su escuela ha dado sus frutos y al parecer ya hay una familia interesada en la oferta municipal de regentar el bar social a cambio de vivienda gratis. Se trata de una pareja de unos treinta años procedente de Barcelona y con dos niños en edad escolar, de cuatro y seis años, que ya ha visitado el pueblo y las dependencias del establecimiento que tendría que gestionar, en la plaza de la localidad, así como la vivienda que el Consistorio pone a su disposición. Todo con tal de que esta familia se instale para que sus niños vayan a la escuela y ésta, en peligro de cierre, siga en activo el próximo curso con cinco niños. Y es que en el curso pasado el colegio se mantuvo con cuatro niños, el mínimo permitido en el medio rural por la Consejería de Educación, pero en septiembre la escuela unitaria, dependiente del Colegio Rural Agrupado (CRA) Campos de Gómara, conformado por la mencionada localidad, Borobia, Serón de Nágima y Gómara (esta última donde se encuentra la cabecera del centro), se quedaba con dos niños y la Dirección Provincial de Educación se iba a ver obligada a cerrarla.
La idea de ofrecer piso y empleo a una familia partió de la asociación de vecinos de Deza en el mes de marzo, que en una reunión la transmitió al Ayuntamiento. Tras recoger el testigo, publicó el anuncio. En la oferta solicitaba, preferiblemente, familias con niños entre tres y once años, con el objetivo de atraer alumnos al colegio.
Lo cierto es que en el momento en el que el anuncio se realizó a través de las redes sociales las peticiones se multiplicaron. Y la asociación vecinal debía hacer la selección. Es más, durante este tiempo alguna familia se ha trasladado a Deza a conocer el pueblo y los alrededores; pero ninguna tomaba la decisión de instalarse. Tanto la asociación de vecinos como el Consistorio son conscientes de que se trata de una tarea compleja, dado que las familias deben replantearse su vida en un entorno, posiblemente, diferente al que residen habitualmente, pero lo cierto es que tanto los vecinos como el Ayuntamiento han puesto todo su empeño en conseguir su objetivo de mantener el colegio abierto.
Al parecer, esta pareja de Barcelona podría venir a instalarse en los próximos días, de cara a empezar a gestionar el bar social para el comienzo de septiembre, cuando coinciden también las fiestas patronales. Además, la Dirección Provincial de Educación tiene que tomar la decisión de mantener la escuela o cerrarla antes de que comience el curso, el 11 de septiembre.
Así, sus dos hijos se sumarían a los otros dos niños que actualmente están matriculados en Deza y el centro seguiría en activo. De lo contrario, la Dirección Provincial de Educación pondrá el servicio de transporte a los dos pequeños para que vayan a Gómara.
El municipio, a 54 kilómetros de la capital, en el campo de Gómara, cuenta con 236 habitantes empadronados. La alcaldesa, Nuria Caballero, señaló entonces que había que defender «con uñas y dientes» los servicios que tiene el pueblo y que, en los últimos años, ha conseguido mantenerse en número de personas empadronadas, tras sufrir un pronunciado descenso en las décadas de 1960 y 1970, con la emigración de sus habitantes a capitales españolas, en especial a Zaragoza, situada a cien kilómetros.
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