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Ante realidades como el despoblamiento, el envejecimiento de la población y el aislamiento de las personas mayores en el medio rural, la comarca ha respondido con el programa "Rompiendo distancias". Más de 1.700 personas han participado este último año en el proyecto, que pretende tejer una red de actividades, contactos y encuentros para acercar los servicios a este sector de la población. "Lo necesitamos", dicen los usuarios de un plan que ahora opta a convertirse en la clave para hacer los concejos en los que está implantado "amigables con las personas mayores".

Grandas de Salime acogió en la jornada de ayer el tercer encuentro de "Rompiendo distancias", que reunió en el concejo a unas doscientas personas procedentes de los programas de Taramundi, San Tirso de Abres y Castropol, Oscos y zona alta de Vegadeo, Alto Navia y Valdés. En total, doce ayuntamientos implicados, en los que se ha trabajado durante todo el año con todo tipo de talleres de labores y manualidades, memoria, pintura, encuentros intergeneracionales, salidas al entorno, viajes y excursiones.

"El programa es una iniciativa puntera en el aspecto de la socialización, de participación activa, y de que las personas mayores se sientan realmente importantes", alaba Ángeles Llaneza, coordinadora del equipo de "Rompiendo distancias" desde el equipo territorial de Servicios Sociales. Elogia, además, a las técnicas del plan, "que son excepcionales, y están muy implicadas". Recuerda que la iniciativa nació en Taramundi hace 16 años, y que desde 2009 ya se hn implicado buena parte de los concejos de la comarca. Se ha extendido, además, por el resto de la región, y hoy son ya 14 los programas activos, repartidos por 37 municipios.

El siguiente paso para los concejos incluidos en la red es pertenecer a las comunidades "amigables con las personas mayores", un sello que otorga la Organización Mundial de la Salud, que ya ha dado su visto bueno. Durante dos años se analizará el territorio desde la visión de las personas mayores. Después se aprobará una serie de medidas para facilitarles la vida. "Son aspectos que no necesitan mucha inversión, como eliminar las barreras arquitectónicas, lanzar campañas de sensibilización y hacer que los carteles tengan letras más grandes para una mejor lectura", incide Ángeles Llaneza.

Por lo pronto, los usuarios de "Rompiendo distancias" están encantados con su actividad. "A mí me distrae mucho, y gracias a ello salgo de casa. Vivo sola. ¿Qué haces todo el día en casa? Pues eso, me apunto a todo", asegura la grandalesa Remedios Mon. Ha logrado un grupo de amistades con las que hace sesiones de gimnasia de mantenimiento, labores, "contamos chistes, cantamos y, si coincide, hasta bailamos". "Necesitamos esto, y más si hubiera", subraya.

Ángeles Álvarez, técnica en el Alto Navia, explica que resulta muy positivo para los participantes: "Iniciamos unos talleres de pintura y las personas con problemas de artrosis se concentraron y se relajaron. Hay que buscar una actividad apropiada para cada persona", afirma.

"Es un ejemplo de participación, de envejecimiento activo, de intercambio intergeneracional, que cumple el objetivo de que toda persona tenga posibilidad de acceso a los mismos servicios", apunta Pilar Varela, consejera de Servicios y Derechos Sociales. Los planes suponen una inversión de 547.850 euros, de los que el Principado financia 509.740, mientras que el resto corre a cargo de los ayuntamientos.