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La despoblación acosa al 70% de los municipios de Lleida

13/02/2017 Área: Exclusión social Fuente: El Punt Avui / ARCA

La naturaleza en la puerta de casa, sin aglomeraciones, la solidaridad vecinal y la democracia directa son algunas ventajas que presenta, según la Asociación de Micropobles de Cataluña, vivir en un municipio pequeño. Ahora bien, los atractivos no tienen suficiente fuerza para hacer arraigar la gente y, de manera progresiva, cada vez más pueblos están en peligro de extinción. La Federación Española de Municipios y Provincias ha hecho un informe avisando del riesgo inminente de desaparición de los pueblos que están por debajo del millar de habitantes. Sant Jaume de Frontanyà, el Berguedà, es el municipio catalán menos poblado, con sólo 27 habitantes. Pero si se atiende al global de los municipios de cada demarcación, Lleida es la que está más amenazada.

No es complicado encontrar municipios que no lleguen al centenar de habitantes. En la Noguera: Cabanabona (77 habitantes), y Tiurana (73); en el Alt Urgell: Cabó (92), Arsèguel (83) y Cava (57). En el Pallars Sobirà: Esterri de Cardós (69) y en el Valle de Arán: Canejan (97), Bausen (64) y Arras (64). La lista crece exponencialmente si se contabilizan los que no llegan a los 500 habitantes.

Si se hace una búsqueda de los que no llegan al millar de vecinos, no hay que hacer uso de unas gafas de aumento, ya que estos pueblos son amplia mayoría: los 231 municipios que hay en la demarcación de Lleida, 165 tienen menos de 1.000 habitantes. Representan el 71,4% de los municipios.

En este sentido, Lleida presenta mejores cifras poblacionales que las que registra Teruel (91,9%), pero está al nivel de los números de Navarra, Cáceres y León.

La Federación Española de Municipios y Provincias califica la desertización de problema "de primer orden".

Hay que buscar las principales causas de la despoblación principalmente en el envejecimiento demográfico, el escaso relevo generacional, la baja natalidad y la escasez de puestos de trabajo que ofrecen las zonas rurales.

PROBLEMA GENERAL

La de Lleida es la demarcación con la amenaza más acusada de despoblación, pero el problema no queda exclusivamente aquí. En el global de Cataluña, 5 de cada 10 municipios tienen riesgo de despoblación. La región de Barcelona es donde menos se acusa, con 93 de 313 localidades, pero en el caso de la demarcación de Tarragona, bordea el 50% (96 de 183) y en la de Girona, son más de la mitad: 130 de 220.

Una esperanza de estos municipios inhóspitos, más allá de la remota posibilidad de convertirse en el último capricho de un millonario que la adquiera, son los neorurales. Estos pobladores, urbanitas exiliados, buscan lugares campestres para instalarse. Osario, en el Alt Urgell, es un ejemplo. Una comunidad de neorurales se instaló en el pueblo y ha acabado arraigando hasta el punto de que han consolidado una pequeña industria local que se compone de queseros, herbolarios y confiteros.

LAS CIFRAS

  • 5 de cada 10 municipios catalanes son los que tienen riesgo de despoblación. En Lleida es donde están más amenazados.
  • 57 vecinos son los censados ​​en Cava (Alt Urgell). Según el Idescat, es el pueblo con menos habitantes de la demarcación.

HACER NEGOCIO DE LA NADA

El problema que representa la despoblación de un municipio desencadena, paradójicamente, un atractivo. Son varias las empresas con una oferta turística de rutas por pueblos deshabitados. Una consulta rápida en internet permite encontrar propuestas de paseos por pueblos que han quedado abandonados. Algunos ofrecen, por 40 euros, propuestas tan chocantes como ponerse en la piel "de aquellos que transportaban carros de tracción animal".

También ha crecido el número de otras iniciativas en torno a los pueblos deshabitados, como es el caso del proyecto Revivir Solanell. El arquitecto tarraconense Saúl Garreta fue un día de 2010 en el pueblo abandonado de Solanell, en Montferrer i Castellbò. Pensó en comprar alguna casa para restaurarla y revenderla, pero con el tiempo, este pueblo lo atrapó, hasta que se convirtió en "una obsesión" y ha acabado creando la cooperativa Revivir Solanell, que trabaja para devolver la vida a este rincón del Alt Urgell.

Una empresa catalana impulsa la web Aldeasabandonadas.com. Se dedican a vender aldeas que han quedado desamparados. En una de las ofertas que tienen presentan un pueblo de 44 hectáreas, a 8 kilómetros de la Seo de Urgel. El precio: 749.000 euros.

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