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Tradicionalmente, los zagales aprendían el oficio de pastor en la escuela de la familia, donde la mujer educaba en el amor por los animales y el hombre transmitía los conocimientos necesarios para el manejo diario del rebaño. Hoy esta formación ha salido de la institución familiar y se imparte también, enriquecida con las técnicas más modernas y las nuevas tecnologías, en las cinco escuelas de pastores que hay operativas en España.

Hace casi 20 años, en 1997, nació en Euskadi la primera escuela del país especializada en pastoreo, con el objetivo de aumentar el grado de profesionalidad en esta actividad. La iniciativa surgió tras una reflexión en el sector ovino-lechero acerca del motivo por el que algunas explotaciones funcionaban bien, mientras que otros productores no eran económicamente viables, probablemente porque no sabían gestionar bien los nuevos recursos.

"Se planteó que la nueva forma de hacer tenía que extenderse, por la viabilidad del sector", explica a Euroganadería Batis Otaegui, coordinador de la Escuela de Pastores de Arantzazu (Guipuzkoa), quien se muestra convencido de que el futuro del pastor está en "la tradición actualizada". "Si sabemos comercializar bien los productos artesanos habrá viabilidad económica", subraya.

El centro vasco, por el que han pasado ya 260 personas (de las que aproximadamente la mitad se han dedicado después al pastoreo), ha sido referente para el resto de las escuelas que se han puesto en marcha en España: en Asturias, Cataluña, Andalucía y, la más reciente, en Extremadura.

Pastores para la Torta del Casar

En esta última, este 18 de julio han recogido sus diplomas los once alumnos -diez hombres y una mujer-- que conforman la primera promoción de la Escuela de Pastores de Cáceres, ubicada en la comarca donde se elabora el famoso queso con Denominación de Origen Protegida (DOP) Torta del Casar.

Fue precisamente la escasez de leche para fabricar este queso en periodos de picos de demanda, como la campaña de Navidad, lo que propició la puesta en marcha de esta iniciativa, impulsada por la asociación local Tagus y la cooperativa ganadera Cooprado y financiada con fondos europeos.

Tomando como base la experiencia de los centros que ya estaban en marcha en el país, la escuela de Cáceres ha impartido en su primer curso "una formación eminentemente práctica y vinculada a nuevos usos, sobre todo tecnológicos".

Según explica Luis Galán, presidente de Tagus, los alumnos han estado durante gran parte del periodo formativo tutelados por pastores en activo, titulares de cinco explotaciones de la comarca adscritas a la DOP Torta del Casar, con los que han conocido el proceso de producción y manejo del ganado ovino de leche intensivo.

Parideras, ordeño... y papeleo

Planificación reproductiva, gestación y parideras, ordeño, manejo de las praderas y vacunaciones forman parte del contenido del curso, que también incluye otros temas que pueden resultar más áridos, pero a los que tienen que enfrentarse a diario los ganaderos: fiscalidad, contabilidad agraria, normativa vigente,  documentación en granja y gestión de ayudas, entre otros.

Un programa de más de 400 horas lectivas que han completado alumnos --entre los que hay jóvenes veinteañeros y también mayores de 40 años-- con diferentes antecedentes: unos con vínculos familiares en la actividad pastoril y otros procedentes del sector de la construcción o de otras actividades más urbanas, como las artes gráficas.

Y no puede haber mejor balance para el final de un curso que la demanda de sus graduados para un puesto de trabajo: el presidente de Tagus destaca que una empresa ganadera que se acaba de adherir a la DOP Torta del Casar ya ha contactado con los coordinadores de la escuela porque necesita dos o tres trabajadores. "Del curso salen profesionales bien formados, con métodos de trabajo modernos, que pueden ser útiles para ganaderos que requieran cubrir bajas o periodos vacacionales en sus empresas", subraya.

La sexta escuela, en Murcia

A las cinco escuelas de pastores ya operativas en el país, se le sumará previsiblemente una más en Murcia, promovida por la Asociación Nacional de Criadores de Ovino Segureño (ANCOS) con el objetivo de que "no se pierda la cultura del pastoreo, tan vinculada al medio rural".

Esta escuela, que inauguró sus instalaciones en septiembre de 2015, pretende impartir igualmente una "formación integral, para que el alumno aprenda el manejo de los animales, alimentación, sanidad animal, etcétera y al mismo tiempo adquiera conocimientos de administración e informática", explican desde ANCOS.

El centro de Murcia seguirá el modelo de la Escuela de Pastores de Andalucía, que celebra este año su sexta edición y en cuyo primer curso participó ANCOS (la escuela andaluza tiene carácter itinerante: cada año se ha celebrado en una zona diferente de la comunidad autónoma, representativa de diferentes modalidades de sistemas de pastoreo).

Con el abandono del campo y el cierre de numerosas explotaciones por falta de viabilidad hay quien considera que el oficio de pastor está en vías de extinción, pero el nacimiento (y pervivencia) de estas escuelas desafía esos pronósticos.

Uno de los fundadores de la escuela más veterana, Batis Otaegui, también niega que esta labor esté condenada a desaparecer: "el número de pastores ha descendido en España, pero cualitativamente el nivel es muy interesante; los profesionales están más cualificados y -en el caso de aquellos dedicados también a la transformación del producto-- hablan más de diversificar la actividad o de abrir nuevos mercados".

Otaegui reconoce que "los ganaderos lo están pasando mal, pero hay zonas donde atraviesan más dificultades", como en algunas zonas de Andalucía o en Picos de Europa, donde "ha desaparecido parte de la cultura del pastoreo" y, en su opinión, "lo que hay que hacer es crear espacios que prioricen la actividad de los rurales".