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13/01/2012 Área: Artesanía y Turismo Fuente: ADRI-NOC
La Garrotxa está situada en la zona nororiental de Cataluña. La mayor parte del territorio se encuentra a menos de 600 metros de altura y las montañas más altas no superan los 1.600 m.
En la Garrotxa se pueden observar dos tipos de paisaje totalmente diferentes: en buena parte de la mitad sur se extiende un paisaje suave y sin demasiados desniveles, protegido por el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Se trata del mejor exponente del paisaje volcánico de la península Ibérica. Tiene más de 40 volcanes de erupción tranquila (efusiva), poco explosiva (estrombolianos) y muy explosiva (freatomagmáticos), 28 reservas naturales y más de 20 coladas de lava.
Desde el valle del río Fluvià hacia el norte, el paisaje cambia radicalmente; se vuelve más abrupto y escarpado, con abundantes barrancos y desfiladeros, que dan paso a la Alta Garrotxa, un área declarada Espacio de Interés Natural, al igual que el Collsacabra y el macizo del Puigsacalm, ambos situados al oeste de la comarca. Se trata de un espacio natural de notable extensión (32.864,57 hectáreas) y de gran complejidad orográfica incluida desde el año 1992 en el Plan de espacios de interés natural, y desde el año 2006 en la Red Natura 2000 como zona de especial protección para las aves (ZEPA) y lugar de interés comunitario (LIC). Por su diversidad y singularidad, es uno de los espacios naturales más importantes del Pre-Pirineo oriental.
Los valles de Bas, de Hostoles y de Bianya articulan buena parte de la Garrotxa, una de las comarcas más boscosas de Cataluña. Las vertientes soleadas son ocupadas por encinares. Los robledales predominan en el resto de zonas -en la de Olot puede verse alguna de roble carvallo- y los hayedos se encuentran en los sectores más húmedos.
Gastronomía
En medio de la tierra áspera y de mala huella, en esta Garrotxa fecunda, brota una cocina llena de buenos manjares. La cocina de un país es buena si los productos que se utilizan para confeccionar sus platos lo son. Cada temporada tiene los suyos. Cada agricultor acondiciona sus huertos y los hace partícipes de sus alegrías gastronómicas, quizá sin pensar que lo que tiene entre manos es una gran parte del patrimonio cultural de este lugar.
Las cebollas cultivadas en las laderas del volcán de Montsacopa son conocidas por su dulzura; las patatas se han recuperado en los cultivos fértiles del valle de Bas, las judías de Santa Pau son de una textura finísima y las trufas de los bosques de alrededor tienen un aroma extraordinario. También hay que destacar el trigo sarraceno -no hay invierno que no se hagan unas buenas gachas-; o los embutidos artesanales, la ratafía, o el maíz amarillo y blanco con el que se hace un farro muy gustoso y suculento.
Uno de los propulsores y embajadores de la gastronomía de la comarca es el colectivo Cocina Volcánica, que desde hace 15 años intenta posicionar la Garrotxa en el panorama gastronómico de nuestro país. También tenemos Besalú Gastronómica que divulga su historia a través de su cocina, y Cocina Remensa que pretende reflejar su territorio y su gente en el plato. Además, las mejores guías gastronómicas reconocen muchos restaurantes de la comarca, pero estos no son ajenos a la filosofía de la Cocina Volcánica, sino al contrario, son familia.
Cultura
Un paseo por una línea del tiempo imaginaria nos traslada a dos mil años atrás, a la vía romana del Capsacosta, pasando por el legado arquitectónico de la Edad Media de Besalú y Santa Pau, por el alzamiento de los remensas en los valles de Bas y de Hostoles, y por la vitalidad del barrio judío de Besalú, el único del Estado que dispone de mikwa, sala de baños rituales.
En Olot también podemos contemplar los claustros renacentistas del Carme, muestras de arte modernista y noucentista, el esplendor del paisajismo catalán, y descubrir la imaginería religiosa.
Algunos de los autores de las obras más singulares, de los acontecimientos y creaciones artísticas más relevantes del panorama catalán están en la Garrotxa. La comarca tiene, por otro lado, una larga tradición pesebrista. Los pesebres vivientes se convierten en unos de los actos más concurridos, junto a la Muestra de Pesebres de Olot.
La visita a los equipamientos culturales de la comarca (museos, colecciones y centros de interpretación del territorio) permite descubrir, con todo detalle, la historia y el patrimonio natural y cultural de la Garrotxa.
Itinerànnia
Itinerànnia es una red de senderos que recupera los antiguos caminos históricos que unían todos los pueblos. Se extiende por el Ripollès, la Garrotxa y el Alt Empordà y permite caminar desde los Pirineos hasta el Mar Mediterráneo a través de más de 2.500 Km de caminos señalizados, 700 de los cuales en la Garrotxa.
A diferencia de los itinerarios tradicionales, Itinerànnia es una red de caminos que permite ir de cualquier punto a cualquier otro, en los dos sentidos, de la misma manera que una red de carreteras.
Todos los senderos que forman parte de la red Itinerànnia están marcados con señalización horizontal (pintada en el camino) de color amarillo.
Además los carteles, los postes disponen de una placa pequeña con el topónimo del sitio
donde están situados, la altitud y las coordenadas UTM.
Además, en todos los pueblos habrá carteleras informativas con varios mapas de la red de senderos, direcciones y teléfonos útiles, y otras indicaciones prácticas para orientarse y disfrutar de Itinerànnia.
También encontrarás varios itinerarios señalizados con carteles con la punta verde, que te permitirán seguir recorridos de especial interés natural, histórico o paisajístico.
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