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El hasta ahora imparable declive demográfico asturiano se concentra en el medio rural, donde se registra desde hace años un auténtico proceso de desertización del territorio. Un estudio elaborado por la Red Asturiana de Desarrollo Rural (Reader), publicado el pasado año, ofrece datos concluyentes. En la región hay 672 pueblos abandonados, otros 716 que están abocados a una inminente desaparición, con menos de tres habitantes, y cada año hay 15.000 asturianos que abandonan la aldea para trasladarse a vivir a las villas o a las ciudades del área central.

Uno de cada cinco pueblos de Asturias tiene los días contados, según el informe. Y es que de los 4.928 núcleos de población de fuera del área metropolitana hay 408 en los que ya no vive nadie y 538 en los que lo hacen entre uno y tres vecinos.

Los pueblos abandonados se concentran en los concejos rurales, pero también en los que tienen una tradición de actividad minera e industrial en declive. El problema adquiere especial gravedad en la media y alta montaña de la franja meridional de Asturias y pierde gravedad en la costa. La desertización se acelera en las zonas alejadas, altas y de difícil acceso.

La denominada Montaña Central (Mieres, Aller, Lena, Riosa y Morcín) es la comarca que presenta los números más preocupantes. Acumula 92 entidades vacías y otras 76 en las que no se llega a los tres vecinos.