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10/05/2021 Área: LEADER Fuente: Consorcio Zona Media Navarra
Descarga aquí el Informe completo
El Estudio sobre la incidencia de la violencia contra las mujeres en el ámbito de actuación del Consorcio de Desarrollo de la Zona Media y de la Mancomunidad de Valdizarbe, ha sido elaborado en 2020 y se ha financiado través de los créditos recibidos del Ministerio de Igualdad, a través de la Secretaría de Estado de Igualdad y contra la violencia de género.
Como aspectos positivos se destaca que el recurso de los Equipos de Atención Integral a las Víctimas de Violencia de Género (EAIV) de Estella y Tafalla supone un hito para el abordaje especializado de la violencia en el territorio y también que la proximidad del medio rural supone una oportunidad para las mujeres
La investigación, realizada entre febrero y agosto de 2020, ha dado como resultado un Estudio completo de 100 páginas en castellano y un Informe ejecutivo de 33 páginas en las dos lenguas oficiales de la Comunidad Foral de Navarra que tiene carácter divulgativo con el objeto de facilitar su difusión.
Su elaboración participada llevó consigo la celebración de grupos de trabajo en el que participó personal técnico de recursos de atención en materia de violencia contra las mujeres, así como asociaciones, colectivos y grupos de mujeres.
El estudio se presentó públicamente en la Jornada on line organizada el 15 Octubre con motivo de la celebración del Día de las Mujeres Rurales. Además el 24 de noviembre se celebró una sesión de trabajo on line sobre los resultados del estudio dirigida al personal político de los municipios del territorio.
En este estudio han participado 33 municipios: Adiós, Añorbe, Artajona, Artazu, Barasoain, Beire, Berbinzana, Caparroso, Cirauqui/Ziaruki, Enériz/Eneritz, Garínoain, Guesalaz/Gesalatz, Guirguillano, Larraga, Leoz/Leotz, Mañeru, Mélida, Mendigorria, Miranda de Arga, Murillo El Cuende, Murillo El Fruto, Obanos, Olite/Erriberri, Olóriz/Oloritz, Orisoain, Pitillas, Puente la Reina/Gares, Pueyo/Puiu, San Martín de Unx, Santacara, Tirapu, Ujué y Salinas de Oro/Jaitz.
Para el análisis estos municipios han sido agrupados en 5 zonas: Aragón, Arga, Valdizarbe, Olite y Valdorba.
OBJETIVOS DEL ESTUDIO
Conocer la incidencia y el impacto de la violencia contra las mujeres en la Zona Media de Navarra, prestando especial atención a las singularidades de esta violación de los derechos humanos en el medio rural y a la atención que desde los recursos públicos del territorio se despliegan para atender esta realidad.
Identificar, a través de la viviencia y experiencia de las supervivientes y del conocimiento de los diferentes servicios y recursos existentes en la Zona Media, mejoras que permitan que la coordinación entre los diferentes recursos de la red pública de atención en el medio rural que intervienen en materia de violencia contra las mujeres no revictimice a las víctimas supervivientes.
Generar conocimiento entre los diferentes recursos desde donde se aborda la violencia contra las mujeres en la Zona Media de Navarra, de forma que en el abordaje de la violencia contra las mujeres se incorpore como variable de discriminación la ruralidad.
PRINCIPALES RESULTADOS
Entre los principales resultados que el estudio arroja se señala que el número de atestados Instruidos a través de denuncias policiales en 2019 fue de 69, en su mayoría por violencia física y psicológica en el marco de relaciones afectivas, pareja-expareja. En este aspecto, la gran parte de las mujeres que denuncian son menores de 45 años y la mitad tienen hijas o hijos.
Por su parte, las mujeres en situación de violencia registradas en los servicios sociales del territorio objeto de estudio en 2019 fueron 102, y se ha apuntado que desde las 6 Mancomunidades de Servicios Sociales de Base del territorio sólo se registra la violencia contra las mujeres que se expresa y se reconoce.
La violencia se atiende de forma especializada desde los Equipos de Atención Integral a la Violencia de Género (EAIVs), prestando atenciones de tipo social, educativo y/o psicológico. En 2019 fueron 108 mujeres del territorio las atendidas por ambos servicios, y nuevamente se ha apuntado que mayoritariamente se atienden situaciones donde la violencia se expresa y reconoce. Se ha destacado el hecho de que apenas llegan casos a este recurso mujeres mayores. Por otra parte, las hijas e hijos de las supervivientes no pueden ser atendidas desde los EAIVs, que son el recurso más especializado que existe en el territorio para la atención a la violencia contra las mujeres, porque se exige del consentimiento paterno o de que exista un proceso judicial abierto.
SINGULARIDADES DE ESTE TERRITORIO RURAL EN CUANTO A LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES Y SU ABORDAJE
Se constata en el estudio cómo la violencia contra las mujeres aparece como una violencia poco visible y que no se percibe en todas sus formas y manifestaciones. La forma que se percibe sobre todo es la de la violencia física, también la sexual, pero la que llega los recursos sobre todo es la física y las manifestaciones sobre todo sería la violencia dentro de la pareja y expareja, pero hay otras muchas que reconoce la normativa de la Comunidad Foral de Navarra, que no se ven, no se conocen aunque se pueden atender desde los recursos especializados, no llegan.
Una cuestión que la investigación arroja es que faltan datos y los que hay no son muy homogéneos y rigurosos. Por tanto da fuerza a la idea de que lo que no se ve no existe y otorga mucha más consistencia a la creencia de que en el medio rural no hay violencia o hay menos violencia contra las mujeres, algo que desmienten todos los estudios que existen.
En cuanto a esa falta de percepción, es importante destacar que en el medio rural objeto de este estudio, la perpepción por parte de la población es que no hay o hay muy poca violencia.
Además, es importante señalar, que la información que tiene la población sobre los recursos, está muy distorsionada y es muy desigual.
Lo que sí se ha constatado es que no es que hay al menos mujeres víctimas en el medio rural sino que hay diferencias en el proceso de detección de esta violencia en el medio rural.
Las mujeres supervivientes que viven en el medio rural y que participan en el estudio expresan:
La edad es otra de las variables que influye en los procesos de salida de la violencia (que son largos en general). La violencia contra mujeres mayores es una de las violencias más invisibles que hay, esta violencia permanece oculta en el conjunto del territorio, de manera que la presencia de mujeres mayores, en el conjunto de los recursos existentes es prácticamente inexistente. A pesar de que son una parte importante de la población, en los recursos no se detecta apenas esta violencia. Solamente un 2% de los casos que atienden desde los equipos de atención especializada corresponde a mujeres mayores. En cuanto a denuncias policiales, algo más del 4% corresponden a mujeres que tienen más de 65 años.
Este no acceso, además incrementa su vulnerabilidad. Se sabe que las mujeres que han vivido violencia en esta edad, lo han hecho de forma crónica durante décadas. Se trata de una violencia normalizada, a la que están habituadas, aceptan "resignadas". Lo vinculan a los valores familiares, al modelo amoroso y afectivo que conocen, también con los cuidados (muchas responden al mandato de atender, cuidar además al agresor)
Existen evidencias de que es una violencia que se vive, que permanece en el ámbito privado, en la intimidad y que las supervivientes no quieren hacerla visible.
Tiene también un factor generacional, se trata de mujeres socializadas en contextos de mayor desigualdad y con roles de género más rígidos. Esta vivencia repercute muchísimo en su salud. Y cuando estas mujeres llegan a los centros de salud asocian los problemas de salud a cuestiones relacionadas con la edad y no a la discriminación y a la desvalorización que ha vivido a lo largo de su vida.
Existen otras cuestiones que influyen en que esta violencia permanezca invisible: creen que si lo cuentan la familia no les va a apoyar, desconfían de los recursos de apoyo, creen que ya es tarde para salir de esa situación, tienen miedo a la soledad que pueda suceder a la separación, mayor dependencia económica y emocional...., son otros de los factores a tener en cuenta para un abordaje específico de esta situación.
Es uno de los retos para la intervención, ya que son un porcentaje muy importante de la población de nuestros municipios y son las grandes ausentes de los recursos públicos de la atención a la violencia.
Mujeres con discapacidad, otras de las grandes olvidadas.
Apenas existen datos, la detección en estos casos, así como su atención especializada es un reto para el conjunto de recursos y servicios del territorio.
Mujeres migradas.
Una de las creencias que existen es que la violencia que hay en el medio rural responde a mujeres que vienen de otras culturas porque es población más machista.
Los datos obtenidos muestran que en general, las mujeres migradas que acuden a los recursos, son mujeres jóvenes, y como hemos visto, la edad es un factor que condiciona el acceso o no acceso a los recursos públicos de atención a la violencia de género. Cuanto más jóvenes, más recurren a los recursos y servicios. Las mujeres migradas que acuden a recursos, servicios son mucho más jóvenes que la media de las mujeres nacidas en Navarra u otros lugares del Estado. Por tanto, vemos que las mujeres jóvenes, piden ayuda antes, o llegan antes a los recursos.
Los datos, nos dicen que es necesaria la adaptación de los recursos a las realidades de las mujeres migradas, sobre todo en el tema de la traducción.
ASPECTOS POSITIVOS A DESTACAR
Existen dos elementos a destacar que caracterizan al medio rural y que son importantes en los procesos de las supervivientes.
Aunque se ha señalado la cuestión de la vergüenza, por el estigma, también se constata que cuando la violencia existe y es manifiesta (no ocurre igual cuando existe sospecha), cuando no cabe cuestionamiento de los hechos, las personas que viven en el municipio son de gran ayuda, relación y cuidado y esto refuerza sus procesos.
La ciudadanía o los pueblos se vuelcan de pleno, el apoyo, el cariño y el afecto que se les brinda a las mujeres son un punto de inflexión en sus procesos y todas ellas lo valoran positivamente
Ellas comentan a la pregunta ¿Qué ha sido lo mejor? el cariño de mi pueblo el cariño de la gente vecina y eso es importantísimo
Esa proximidad también se refiere a los recursos, la proximidad, facilita la coordinación entre ellos, sobre todo cuando comparten zona, se conocen.
Esto facilita el contacto, el intercambio de información (más fluido que en zonas urbanas)
Esto también impacta positivamente en las supervivientes y en sus hijas e hijos.
PROPUESTAS DE ACCIÓN.
Como hemos ido viendo y comentando, es difícil detectar esa violencia. Para ello, son fundamentales dos cuestiones
1. Capacitación de quien interviene en esta materia. A mayor capacitación y conocimiento, más fácil es detectar la violencia, identificar la violencia.
2. Que el conjunto de recursos que existen, trabaje con indicadores de sospecha, procedimientos, protocolos, es decir, herramientas que les faciliten esta detección y que hagan más eficaz su trabajo.
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