Saltar navegación. Ir directamente al contenido principal

Está usted en:
  1. Actualidad
  2. Noticias
Bookmark and Share

Noticias

Entre la facultad de ingeniería y el pastoreo

11/05/2018 Área: Jóvenes Fuente: Diario Vasco

  • Jóvenes ganaderos y pastores apuestan por mantener estos viejos oficios, «pero no a cualquier precio». Hoy se llevará a cabo la apertura de los pastos para unas 19.000 cabezas de ganado, en un ambiente festivo en el parking de Larraitz.

Artículo de Elisa Belauntzaran, publicado en Diario Vasco.

Aralar acogerá en sus campas a partir de hoy, 1 de mayo, casi 19.000 cabezas de ganado. Los próximos meses de verano unas mil yeguas, unas 17.000 ovejas y un millar de vacas con sus 'respectivos' pastarán a lo largo de sus casi 3.500 hectáreas ofreciendo esa bucólica estampa del parque natural, que según destacan los pastores y ganaderos de la mancomunidad «está más vivo que nunca».

Lo dicen jóvenes como Iker Sukia, Xabier Elizegi y Aitor Otamendi. Los tres rondan la veintena o se acercan a ella y a pesar de su juventud, en este momento tienen claro que «ser pastor o ganadero exige muchas horas de trabajo y dedicación, pero compensa todo el esfuerzo cuando sientes que eres un privilegiado de vivir en un entorno como Aralar y disfrutas haciendo lo que haces».

Horas de trabajo que en el caso de Iker Sukia, en los próximos meses le privarán de salir o de estar tanto con sus amigos de Lazkao, pero «a mí me gusta cuidar de nuestras ovejas y tengo claro que quiero vivir como pastor». El lazkaoarra ha finalizado el curso en Arantzazu recientemente y con su título en la mano está inmerso en los preparativos, junto a su padre Isidro, para subir el rebaño. «Desde pequeño he visto y aprendido a cuidar, alimentar y ordeñar las ovejas, no me faltaba práctica pero hoy en día tener el título es importante y necesario para solicitar ayudas o realizar cualquier gestión, además de aprender en cuestiones como la alimentación o enfermedades del rebaño», asegura Sukia.

El joven pastor está inmerso en el proyecto que comenzó su padre hace 20 años en el caserío Borda Berri de Lazkao y dentro de unos días subirán unas 500 cabezas a la borda de Doniturrieta Azpikoa. Allí pastan las ovejas de la familia. «Los meses de verano son intensos pero el ritmo en Aralar es diferente y me siento a gusto allí. Nos levantamos a las 6.30 horas, después ordeñamos y mandamos las ovejas a pastar. La mañana la pasamos haciendo queso, limpiando los utensilios e instalaciones; comemos y recogemos el rebaño para volver a ordeñarlo. El día es largo pero las horas pasan enseguida. Son solo unos meses en los que no tenemos mucho tiempo para salir o estar con los amigos pero a mí me gusta este estilo de vida y quiero convertirlo en mi oficio», asegura Iker Sukia.

Otro ritmo de trabajo

De la misma opinión es Xabier Elizegi. El amezketarra ronda la veintena de edad y como el lazkaoarra, ha vivido siempre entre ovejas, yeguas, cabras... Elizegi es mecánico y trabaja en su especialidad aunque «me gusta el pastoreo y me planteo mi vida compaginando los dos oficios». Xabier se encarga del rebaño de su tío Iñaki, «cuidarlo es duro porque siempre tienes que estar encima, controlándolo, pero si te gusta no te lo planteas desde esa perspectiva. Te sale porque lo has visto hacer a tu padre o tío como en mi caso, desde pequeño, y te compensa. Más que un trabajo u oficio es una forma de vida y no estás pensando en el esfuerzo que te supone tener atendido como es debido a tu rebaño, lo haces porque hay que hacerlo y te aporta mucha satisfacción».

Es algo que Elizegi siente y transmite en todo momento a la hora de hablar de su experiencia como pastor en Aralar. Algo que comparte con Aitor Otamendi. Otro joven ganadero de Abaltzisketa que compagina sus estudios de ingeniería mecánica en Donostia con el cuidado de sus yeguas. Otamendi reconoce que su afición por el cuidado de las yeguas que crían en el caserío Pildain Haundi hace que «la sensación que se siente cuando sales a buscar tus animales por los pastos de Aralar es única. La satisfacción que te da verlos pastar plácidamente en el monte y que están bien cuidados me llena de orgullo».

Comentan entre risas que sus compañeros de facultad bromean cuando les cuenta todas sus anécdotas con sus yeguas o las caminatas que se tiene que dar cuando sube para localizarlas y comprobar que están bien. «Me toman el pelo y se ríen a mi cuenta pero yo también lo hago a la suya, porque me doy cuenta de que a pesar de tener la misma edad y vivir tan cerca de Abaltzisketa no conocen ni saben nada de lo que les estoy contando. Yo voy todos los días a Donostia a la facultad y conozco la ciudad; muchos de ellos no saben ni dónde está Abaltzisketa, no conocen mi pueblo, no han estado nunca y es imposible que entiendan lo que yo siento y cómo vivo siendo ganadero en un entorno como Aralar».

Las pistas "son necesarias"

Aitor Otamendi asume el desconocimiento de sus compañeros de facultad, «pero no son los únicos. Creo que pasa lo mismo con mucha gente que vive en San Sebastián o cualquier gran población de Gipuzkoa. Desconocen cómo vivimos el pastoreo o el cuidado de la naturaleza, de Aralar y por lo tanto de su futuro. Todo esto se ve desde una perspectiva totalmente distinta». El abaltzisketarra de manera tranquila pero contundente defiende sus argumentos a la hora de abordar el tema de la construcción de las pistas, que «son necesarias» para los tres jóvenes ganaderos. «De entrada a la hora de hablar de las pistas de Aralar solo se habla de los perjuicios que supone su construcción, pocos o nadie habla de los beneficios que suponen en el día a día de un pastor o ganadero que las necesita, parece que eso no es importante», argumenta.

Sukia se suma a la argumentación de Otamendi contando su propia experiencia. «Nosotros para poder subir a la borda debemos ir desde Lazkao hasta Uharte Arakil, por el puerto de Lizarrusti. Vamos a Goardetxe y desde allí a Igaratza, para acercarnos todo lo que podemos en el todoterreno hasta la borda y llevar todo el material que utilizamos o necesitamos durante el verano. Unos 75 kilómetros, con el gasto de gasoil y tiempo que nos supone realizar cada vez que subimos y bajamos».

Xabier Elizegi comparte la opinión de sus amigos y relata su experiencia familiar. «En nuestro caso, la borda que tenemos en Aralar está bastante alejada de Amezketa y aunque subimos en todoterreno todo lo que cerca que podemos, cuando debemos cargar algo de mucho peso como las bombonas de gas, debemos hacerlo en mula».

Los tres jóvenes apuestan por la construcción de las pistas. «Es necesario apostar por facilitar la vida de esos pastores y ganaderos y para eso hay que construir las pistas. De manera controlada y cuidando el medioambiente, está claro, pero también mirando por nosotros. Quienes hablan desde lejos de los perjuicios de construir las pistas en Aralar deberían conocer en persona, sobre el terreno, el proyecto y el día a día de los pastores y ganaderos y hablar con ellos. A veces nos da la sensación de que no se tiene en cuenta la opinión de personas que llevan 70 años subiendo a los pastos y conocen mejor que nadie el entorno donde van a ser construidas. Deberían sentir más empatía por esas personas que durante décadas han trabajado duro y en condiciones muy duras para que nosotros podamos disfrutar de este precioso entorno del que tanto nos gusta hablar por lo bonito que es,» asegura Otamendi.

Consideran que «es clave mantener vivo Aralar y limpio, por el bien de todos y para todos» y para ello hay que apostar por los jóvenes ganaderos y pastores. «Está claro que si nadie continúa con el pastoreo o la ganadería en la zona, la maleza se va a apoderar de los pastos y va a desaparecer el precioso paisaje que conocemos, de hecho ya está ocurriendo en algunas zonas. Nosotros tenemos mucha ilusión por seguir los pasos de nuestros progenitores pero deberían tener en cuenta que no lo haremos a cualquier precio y que las consecuencias de que no haya relevo generacional en este sector son más serias de lo que muchos piensan, y que esas tampoco son conocidas o no se mencionan demasiado a la hora de hablar del futuro de Aralar».

Hoy Xabier, Iker y Aitor se acercarán a Larraitz, donde se celebrará la fiesta de la apertura de los pastos.

Imprimir ficha

Buscador




Copyright © 2008 Red Española de Desarrollo Rural C/ Duque de Medinaceli, 12 1º izda. 28014 Madrid
Tel.: 911 289 748 Email: redr@redr.es

GlobalSTD ISO 9001 System Certified
Sistema gestión certificado