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Pupitres llenos contra la despoblación

11/12/2017 Área: Formación y Empleo Fuente: Faro de Vigo

  • El CEIP de Boborás duplica en cuatro cursos la matrícula de infantil y primaria - Un plan del Concello fomenta la conciliación y la "socialización" del alumnado - "Vienen felices a clase".

Artículo de J. Fraiz Boborás, publicado en Faro de Vigo.

Las paredes están repletas de manualidades y dibujos. No hay huecos en el perchero. Las profesoras se saludan. El bullicicio de los niños vence a la mañana gélida, a -4 grados. Los que vienen en la ruta del autobús o de la mano de familiares, embutidos en gorros y abrigos, se unen en la fila a los compañeros que llegaron antes para que sus padres puedan conciliar. El colegio de Boborás, como el de Ambía y otras contadas escuelas rurales, es una feliz excepcionalidad. Ubicado en Xuvencos, una parroquia de 294 vecinos, tiene 107 alumnos, el doble que en 2013. Así lucha Boborás contra la demografía.

Fue alumna en este mismo colegio desde 1º de EGB, cuando su familia retornó de Venezuela, tiene a dos hijos matriculados -una niña de 3 años en 4º de Infantil y uno de 5, en 6º-, y es la concejala de Educación y Cultura. Mientras habla, el trajín de un grupo de niños que sale de clase invade el CEIP Nosa Señora de Xuvencos, de Boborás. "Un concello sin 'cole' está destinado a morir, porque cuando una familia elige una zona de residencia quiere un centro educativo cerca. Debemos apostar por el colegio, es básico y necesario. Hay que ayudar a las familias y mantenerlo aunque tengamos que buscar el dinero de debajo de las piedras", afirma, convencida, la edil Patricia Torres (PP).

María del Carmen Hernández, 38 años, una profesora con plaza definitiva en el CEIP de Boborás, ha encontrado destino tanto para ella como para sus hijos. En el recinto donde da clase aprenden su niña, en cuarto de infantil, y su niño, en primero de primaria. "Soy de O Carballiño y vivimos allí, pero con mi trabajo aquí no hay nada mejor para conciliar". En su primer año como docente, el Nosa Señora de Xuvencos tenía medio centenar de matriculados. En este curso son 107.

"Antes hacíamos concursos tanto de mazorcas como de calabazas pero ahora no hay espacio para las dos cosas, y en un magosto los grupos somos el doble que en su día. Tuvimos 52 alumnos en el curso 2013-14 y pasamos a 72, 92 y 107. Es un crecimiento muy importante estando en el rural", señala Javier Álvarez, 41 años, profesor de inglés y director del CEIP por segundo curso. Él también fue alumno del colegio, abierto en 1972, e hijo de una de las profesoras. "Desde el punto de vista emocional, es bonito para mí, pero es solo una cuestión personal, nada relevante. Lo que importa es que el centro crece".

En la provincia fallecen casi 3.000 personas más de las que nacen. Por cada habitante en la época de escolarización obligatoria hay tres mayores de 65 años. Boborás, donde la edad media de sus 2.443 habitantes censados supera los 57, y solo un 6% es niño o adolescente, lucha con políticas locales para desafiar a la demografía. Entre otras medidas de apoyo a la natalidad y a las familias, el Concello invierte este curso, por segundo año consecutivo, 20.000 euros en un plan para facilitar la conciliación, ese reto tan complejo y exigente de hoy en día. A primera hora, antes de que las clases comiencen a las 9.30, una monitora recibe desde las 7.15 a los pequeños cuyos padres van a trabajar temprano. El "Bos días, cole" se completa, al término de las clases, con el "Tardes divertidas", que con un programa de actividades culturales, deportivas y lúdicas -deja tiempo, además, para no tener que llevar los deberes a casa- prolonga el horario de atención a los menores desde las 16.30 a las 20.30.

"Nos ayuda mucho. Es la facilidad de tener el colegio cerca de casa, en el propio municipio", explica Modesto Rodríguez, 51 años, en el paro, con un niño de 5 que previamente pasó por la guardería municipal -en el recinto anexo al CEIP- y este curso estudia en infantil. Residen en Astureses, una aldea de 87 habitantes, según el IGE. El colegio es un centro de reunión, una red social verdadera de la infancia. "Un colegio con vida les vale para tener con quién relacionarse. El mío, si se queda por la tarde, se relaciona con niños, mientras que si se va para casa solo está él de esa edad. Aquí tiene sus amistades".

Silda González, 42 años, asiente y coincide. Ella, vecina de Brués (212 personas censadas), también fue alumna, y a los muros del colegio de su niñez -rejuvenecidos con los colores del artista Mon Devane, que dan nueva vida a las fachadas en una perfecta analogía- entran ahora a diario sus tres hijos: dos de 6 años y otro de 10. "Todos los concellos deberían fomentar este tipo de servicios. Si todas las familias llevan a sus hijos a la ciudad, el rural se muere. Boborás está cerca de O Carballiño y Ourense, sería una pena si dejamos que se muera".

El incremento de alumnado ha hecho crecer la plantilla de docentes. Son en la actualidad 15 profesores en el claustro, eran 8 cuando Javier Álvarez llegó. Como su compañera María del Carmen, Carolina Blanco, 37 años, es a la vez maestra y madre de una niña que está matriculada en 4º de infantil. "Yo estoy contentísima, este colegio me permite una conciliación plena. Vivo en O Carballiño pero el horario allí me resultaría incompatible al no haber comedor. Tengo mejor servicio aquí que en una villa", asegura. En los días de clase comen unas 120 personas entre estudiantes, profesores, personal de cocina y cuidadoras.

El colegio es una comunidad. "Es fundamental la relación entre los niños, porque muchos de los que vienen están solos en el lugar donde viven o como mucho hay un par de vecinos. La socialización que hacen aquí es muy importante", subraya esta profesora. "¡Quiero ir al cole, quiero ir al cole!", dice Patricia Torres, imitando a sus hijos. "Cuando lloran porque quieren venir al colegio es porque son felices y eso es lo más importante para nosotros", opina.

"Una de las mejores cosas que tenemos es el clima de paz, a partir del cual podemos compartir, ver las divergencias como riquezas y no como restas. Aquí se trabaja con una metodología curricular positiva y los problemas no nos paran sino que nos ayudan a mejorar. Para nosotros es un reto muy motivador", destaca Javier Álvarez. El punto de inflexión, compara, se produjo con el equipo gerente del curso 2008-09. "Damos continuidad con un claustro y un concello muy implicados".

La extensión de horarios para la acogida de niños a partir de las 7.15 horas y hasta las 20.30 ha sido clave para el crecimiento del CEIP. "Ayuda mucho a conciliar en un momento en el que el ritmo de vida del ámbito familiar es bastante estresante", reconoce el director.

El aumento de matrículas de los últimos años no masifica esta escuela rural. En el presente curso académico hay una clase mixta en primaria, con 18 alumnos de 5º y 6º, y otra en infantil (hasta 2013, todo infantil compartía un aula). Excepto en el último nivel de enseñanza del centro, que tal vez se divida el año que viene si la evolución de matrículas sigue igual, no se excede de 15 niños.

Javier Álvarez cree que "lo más innovador" de su colegio es el incremento sostenido de escolares, por lo que su prioridad es "asentar la comunidad educativa a nivel de aulas y de comedor", con un menú propio y equilibrado. Fomentan el consumo de fruta fresca y el deporte en la escuela a través de dos programas de la Xunta, participan en el proyecto Abalar, tratando de dotar a todas las aulas con pizarra digital y, "siendo cautos", prueban la ayuda al aprendizaje de la robótica y de una plataforma educativa, Snapet, con la que alumnos de 1º, 5º y 6º siguen con tabletas la materia, fundamentalmente en el área de matemáticas y lengua. En este plan piloto, el profesor ve quién avanza y si lo hace bien a la primera, segunda o tercera vez.

Nosa Señora de Xuvencos, una feliz anomalía en el rural, aspira a más. "Buscamos la estabilidad del personal docente y tenemos un patio cubierto insuficiente para poder hacer en los días de lluvia actividades tan simples como jugar al fútbol, que son muy funcionales y fomentan mucho la cohesión grupal y la sociabilidad".

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