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"Durante los últimos cuatro años, las palabras más asociadas con Europa son la crisis, la austeridad y el desempleo. Con el creciente nivel de frustración y sin esperanzas de un cambio real en el actual estado de las cosas, las perspectivas para la Unión Europea (UE) son un reto", indicó en un comunicado.

Según Schulz, "ser proeuropeo no significa elegir Europa tal cual es, sino trabajar para hacer que tu Europa sea real. Celebrar hoy Europa significa comprometerse a cambiarla".

El presidente de la Eurocámara recordó que los ciudadanos y los Estados miembros son interdependientes y que "unos no pueden resultar exitosos gracias al fracaso de otros".

Por su parte, el grupo de los Socialistas y Demócratas (S&D) en el PE quiso aprovechar el Día de Europa para recordar su compromiso en la lucha por una Europa "mejor y diferente".

Su líder, el socialdemócrata austríaco Hannes Swoboda, subrayó que "es momento de recordar las ventajas que Europa tiene para sus ciudadanos, tanto para asegurar la paz como en términos sociales y económicos", y alertó de que la UE "ha sido tan atacada que el proyecto mismo está en peligro".

"La historia nos ha mostrado a lo que puede conducir una Europa fragmentada.

Cualquier movimiento hacia una división norte-sur o este-oeste o una eventual ruptura de la eurozona deben evitarse a toda costa", advirtió en un comunicado.

Swoboda consideró que los planes de austeridad "impuestos en los últimos años por los líderes conservadores y la troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional) han conducido al continente a la recesión y deben parar".

Asimismo, pidió un pacto social y llamó a tomar medidas para combatir el desempleo juvenil, la pobreza y la exclusión social, así como una mayor inversión de la UE en educación, investigación y desarrollo.

El Día de Europa, que se celebra el 9 de mayo, conmemora la fecha en la que, en 1950, se presentó la "Declaración Schuman", un documento firmado por el entonces ministro de Exteriores francés, Robert Schuman, en el que proponía la creación de la Comunidad del Acero y el Carbón (CECA), embrión de la Unión Europea.

La idea de este proyecto, que surgió cuando el continente aún tenía presente la Segunda Guerra Mundial, era que si dos enemigos históricos como Francia y Alemania estaban unidos por la producción de dos bienes, una nueva contienda sería "no solo impensable, sino materialmente imposible".