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Artículo de Antares Pérez, publicado en La Opinión A Coruña.

Cuelgan tutoriales en YouTube para enseñar técnicas de reciclaje; emiten en directo desde Xestal TV para alertar del riesgo del uso del glifosato y otros herbicidas; reclaman un precio justo para la leche desde su programa radiofónico y han presentado sendas mociones en los plenos de Irixoa y Monfero para reclamar medidas que frenen la despoblación del rural y que permitan un desarrollo sostenible.

Los escolares del colegio coruñés de Virxe da Cela son auténticos influencers de Irixoa y Monfero; youtubers ambientales y animadores sociales de estos dos pueblos castigados por el éxodo rural. La despoblación de sus municipios ha llevado también a los pequeños a fundar asociación Soño rural, con la que pretenden poner su grano de arena en la dinamización del campo.

La participación del colegio en diversos proyectos en colaboración con la Xunta, diversas ONG y empresas ha permitido a los pequeños contar con tecnología punta para poner en marcha varios proyectos con un único objetivo: reinventar el rural. El centro, que ya ha logrado varios premios por sus programas Monfero Solidario y Somos paisaxe, somos vida está inmerso ahora en un nuevo programa, A vaquiña polo que vale, un proyecto que cuenta con la colaboración de la Universidad de A Coruña, las ONG Solidariedade Internacional y Cooperación Galega por el que optan al premio Acción Magistral.

Durante los últimos meses, los alumnos de Infantil y Primaria han investigado los puntos flacos y las fortalezas del sector primario en Irixoa y Monfero. Han realizado entrevistas a trabajadores del sector lácteo, a empresarios y agricultores; han visitado granjas ecológicas, queserías, explotaciones ganaderas y han recabado datos entre los mayores para saber cómo se alimentaban antes de las vacas e indagar sobre el efecto de los piensos la calidad de la leche. Desde el telediario escolar Xestal TV han alertado también del impacto de ciertas actividades en el medio, de la necesidad de preservar las Fragas del Eumem del riesgo de los pesticidas y han defendido un comercio justo y ecológico.

Con la ayuda de cámaras, editores de vídeo y programas informáticos estos influencers del rural creado el logotipo de A vaquiña polo que vale, han debatido sobre la "etiqueta perfecta" de los productos lácteos y han elaborado un libro de recetas en colaboración con las familias.

Los escolares del Virxe da Cela han dedicado también parte del curso a ponerse en la piel de las personas con diversidad funcional con la creación de un juego con la plataforma Scratch con el que pretenden que la gente se ponga en su lugar y empatice con sus dificultades.

El programa A vaquiña polo que vale constituye un paso más en el camino que emprendió hace años el Virxe da Cela para contribuir a fijar población en el rural. La directora del colegio, Camino Pereiro, defiende la necesidad de formar a jóvenes "críticos, activos y cooperativos" que valoren el patrimonio cultural y natural de su entorno y que, el día de mañana, utilicen sus conocimientos para revalorizar el campo.

Este pequeño centro escolar se ha convertido en la esperanza de Monfero e Irixoa, dos pueblos que han perdido más de un 20% de su población en quince años. Dos municipios con baja tasa de natalidad y uno de los índices de envejecimiento más elevados de la provincia que necesitan brotes verdes que echen raíces con savia nueva.

Los pequeños parecen decididos a ser ese revulsivo para sus aldeas. Ideas no les faltan. El pasado año, fueron capaces de poner de acuerdo a todos los partidos de Irixoa y Monfero para aprobar una moción en la que instaban a velar por unos precios justos para el sector lácteo y a fomentar las cooperativas, rehabilitar el patrimonio cultural y natural, habilitar programas de asistencia a los mayores o garantizar el acceso a internet de calidad.