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PROBIOMASA ha promovido recientemente, en el marco de GENERA 2012, una jornada sobre la Biomasa en España desde las perspectivas agrícola, forestal, energética y autonómica, cuyas principales conclusiones han sido las siguientes:

La biomasa es una energía renovable que genera todo tipo de consensos. Consenso en que es una energía limpia, en que ahorra de manera intensa emisiones contaminantes, en que evita incendios forestales, en que crea empleo de manera mucho más intensiva que el resto de energías y especialmente en el ámbito rural, en que no es responsable del déficit de tarifa, en que es plenamente gestionable. Pero su utilización energética es poco menos que marginal y no está considerada -al revés que en la mayoría de los países de la UE- como estratégica para generar energía a partir de recursos propios y no importados, para disminuir la dependencia nacional del mercado de emisiones, para crear actividad y empleo en el ámbito rural.

La inversión en el aumento, la mejora tecnológica y la expansión de las energías renovables en el mundo no ha cesado de crecer en lo que va de siglo. Ha pasado de 22 millones de dólares a 103,5 millones en 2007. Incluso en medio de la severa crisis económica a nivel mundial que padecemos, la inversión en renovables ha crecido en el mundo hasta los 211 millones de dólares en 2011, y por primera vez desde 2010 las nuevas inversiones en estas energías limpias de los países en vías de desarrollo superan a la de los países desarrollados. Actualmente son líderes en estas inversiones China, seguida de Alemania e Italia. Asia y Oceanía han tenido un espectacular crecimiento desde 2004, así como América del Norte y Europa.

La producción de biomasas en el mundo tampoco cesa de crecer. En el conjunto de la Unión Europea y en el período 2003- 2010, la biomasa sólida ha crecido -en términos de toneladas equivalentes de petróleo- un 52,6%, el biogás un 179,8% y la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos (FORSU) un 54,47%. Este recurso -que permite obtener energía limpia- no solo se produce de forma creciente, sino que es de procedencia totalmente nacional en cada país, por lo que sustituye combustibles importados y de alto potencial contaminante por recursos nacionales. Su tratamiento evita importantes emisiones de gases de efecto invernadero, genera significativos retornos fiscales para las haciendas públicas y contribuye a crear puestos de trabajo en toda la cadena productiva, desde la producción, recogida, tratamiento y transporte de las biomasas hasta su conversión en energía.

Pero lo más importante en la actual situación de crisis económica y ante la obligación ineludible de algunos estados comunitarios de reducir los déficits nacionales, entre ellos España, es el desequilibrio negativo que genera en nuestra balanza exterior la masiva importación de combustibles fósiles a causa de nuestra actual dependencia energética, que para España se evalúa en el 79,4%, solo por detrás de Malta Luxemburgo y Chipre y prácticamente a la par con Irlanda, Italia y Portugal.

Los productos energéticos importados por España representaron en 2010 el 64,6% de todo este déficit exterior, porcentaje que se elevó en 2011 al 87,8%. Sin embargo en España la biomasa, de procedencia exclusivamente nacional, a pesar del crecimiento continuado en los últimos años de su producción, sigue representado un porcentaje casi testimonial en la Oferta Total de Energía Primaria (OTEP) en España. En 2010 la biomasa sólida era sólo el 3,64 de la OTEP, el biogás un inapreciable 0,17% y aún más escasa la representación de la FORSU, con sólo el 014%. Por tanto las biomasas en su conjunto representan sólo el 3,95%, mientras que en Finlandia representan más de 21%, en Suecia el 18,77%, en Dinamarca el 14,88% en Austria el 14,24% y aún España se ve superada por Alemania Polonia y Francia.

Por tanto PROBIOMASA considera que es urgente que se tomen las medidas necesarias para que la biomasa salga del grave estancamiento existente en su desarrollo a pesar del enorme potencial de materias primas biomásicas en España, medidas dirigidas a instaurar un nuevo sector productivo localizado en el medio rural con un fuerte carácter industrial y muy intensivo en generación de empleo.