REDR

El Consell de Ibiza proyecta solicitar al Govern balear parte de los fondos del impuesto sobre estancias turísticas y de medidas de impulso del turismo sostenible, conocido como ecotasa, que se recauden esta temporada para financiar un plan de ayudas de cinco años de duración, con convocatorias anuales, destinado a la conservación del paisaje rural.

Con esta iniciativa, presupuestada entre un mínimo de 1,6 millones de euros y un máximo de 3,3 millones (en los cinco años previstos y en función del número de solicitudes y la cuantía que finalmente se subvencione), el departamento de Agricultura pretende «frenar la caída y abandono que sufre el entorno rural de la isla» desde hace ya muchos años debido a «su marginalidad económica». Para justificar el uso de la ecotasa, el Consell puntualiza que este plan no pretende primar o subvencionar actividades productivas, ya que «se dirige sobre todo a aquellas parcelas cuya explotación, ya sea por sus dimensiones o sus características, resulta inviable económicamente».

El proyecto contempla sufragar una parte (entre el 60 y el 75%, con una cantidad por hectárea) del coste de diversas actividades agropecuarias que fomenten «la recuperación, el mantenimiento y consolidación del entorno rural y la agrobiodiversidad de la isla».

En concreto, la iniciativa prevé subvencionar cinco actuaciones concretas: la labranza de fincas para eliminar mala hierbas y adecuar la tierra para la siembra; el propio cultivo de la tierra, cuya cuantía (de la ayuda) variará en función de las especies que se siembren: leguminosas (abono verde) o forrajes tradicionales (para el ganado); la conservación de árboles frutales tradicionales (almendro, algarrobo, higuera y olivo); el mantenimiento o ampliación del ganado (ovino o caprino) y, por último, la implantación y conservación de colmenas de abejas, con el objetivo de mejorar la polinización.

Para calcular la posible cuantía de las subvenciones por laboreo y siembra de terrenos, por ejemplo, el Consell se ha basado en la información facilitada por las cooperativas agrarias de la isla, con un resultado de 65,1 euros por hectárea (por arar) y 152,2 euros por el cultivo de leguminosas y 158,2 euros por la de veza-avena.

El proyecto contempla el incremento de las ayudas (un 5% para cada actividad) en los casos que las fincas se ubiquen en zonas ANEI, ARIP LIC o ZEPA. Las parcelas con una pendiente superior al 8% o se encuentren dentro de área de riesgo de erosión obtendrán un 5% más si se labran y otro 5% si se siembran. Además, las fincas ganaderas con razas autóctonas recibirán un 25%.

Hasta 3.000 euros al año

Las ayudas se destinarán sólo a parcelas que tengan la calificación de suelo agrícola de secano. Los agricultores profesionales tendrán prioridad y el importe máximo previsto inicialmente es de 3.000 euros por explotación y convocatoria (anual) y de 15.000 euros por beneficiario a lo largo de todo el programa. Quedarían fuera las actividades agrarias que puedan acogerse o ya estén recibiendo otras ayudas económicas.

El auge del turismo ha provocado que en las últimas décadas se haya producido «la desaparición del paisaje rural tradicional, el abandono generalizado de la tierra y una pérdida irreversible de variedades agrícolas y especies locales», según justifica el Consell en el proyecto, que agrega que esta situación ha condicionado además «la colonización, en antiguas tierras agrícolas, de especies típicas del bosque mediterráneo, lo que supone un aumento del riesgo de propagación de posibles incendios forestales por la desaparición de cortafuegos».