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En los años cincuenta, en las zonas de montaña, que ocupan el 38% del Estado, vivían 15 millones de personas, cuando España tenía la mitad de la población actual, y hoy son 3,5 millones de personas, por lo que la montaña pierde población a marchas forzadas, en unas zonas de manera más acelerada que en otras.  

Por ello, alcaldes y representantes de municipios de montaña de Andalucía se reunieron ayer en Adamuz para conocer las inquietudes de este colectivo, que se creó a nivel nacional en octubre. A ella pertenecen 150 ayuntamientos y la preside Francisco Boya. Abrió el acto el alcalde de Adamuz, Manuel Leyva, quien dijo que no dudó en sumarse a este colectivo, del que él es el vicepresidente, porque los pueblos de montaña tienen muchos problemas, "como que la agricultura es menos rentable, y tenemos que luchar para que este proyecto siga adelante, ya que es una pena que por una serie de políticas nuestros pueblos se vayan despoblando poco a poco, como ya ocurrió en otras épocas".   

Por su parte, el presidente de la asociación, el senador y edil de Les (Lleida), Francisco Boya, dijo que "debemos estar muchos para poder influir en las decisiones". Añadió que recientemente presentó en el Senado la creación de una comisión de estudio que permitiera abordar los problemas de desarrollo y la despoblación de las zonas de montaña, "con lo que desaparece la identidad de los pueblos". Luego intervino Francisco Zurera, delegado territorial de Agricultura y Medio Ambiente, quien aseguró que "aún estamos a tiempo de solucionar un problema que está afectando a muchos pueblos de la provincia".