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Tras siete meses en Ortells, acogidos en una vivienda propiedad de Roberto Muñoz, Aitor y María, junto a sus tres hijos, han recibido su regalo de Reyes en forma de un hogar en Olocau. Ahora, los cinco vivirán en esta localidad, donde los pequeños Andrea, Erick y Llaó salvarán del cierre al colegio de la población.

Para ellos será una oportunidad para volver a empezar. Además, ellos se convertirán en una oportunidad para la escuela de Olocau del Rey que permanecerá abierta el próximo curso. Los protagonistas de la historia más feliz en lo que llevamos de 2014 en Els Ports son Aitor, María, Andrea, Erick y Llaó.

Aitor y María, junto con sus hijos, son un matrimonio que hace siete meses tuvo que dejar su piso en Ontinyent. No lo podían pagar. Sus ingresos se concentran en los 426 euros que percibe Aitor. Por su parte, María está plenamente dedicada a sus tres hijos: María, de 10 años, Erick, de 5, y Llaó, con tan sólo 7 meses de vida.

Cuando se encontraron sin vivienda apareció en sus vidas Roberto Muñoz, conocido como el Elfo, un hombre solidario donde los haya. Roberto ya protagonizó una ruta de 6.000 kilómetros en bicicleta para que Edu Pinto Polo, natural Ontinyent, pudiera tratar su leucemia en Estados Unidos. Roberto, gaditano, pero «hombre del mundo», conoció la historia de Aitor y María y no se lo pensó dos veces. «Les ofrecí la casa que tengo en Ortells para que viviesen allí mientras encontraban una nueva oportunidad», explica. Así, en julio de 2013, la familia entera llegó a Ortells, un pequeño pueblo de la comarca de Els Ports.

Allí se asentaron y trataron de rehacer su vida. Andrea y Erick comenzaron el curso en Forcall. Cada día tienen que ir en autobús hasta el colegio. Mientras Aitor, su padre, trataba de encontrar trabajo, pero es un propósito difícil. En Ortells son la única familia con niños pequeños. Para ellos el cambio de Ontinyent a un pueblo de 50 habitantes ha sido radical, pero no se amilanan y miran hacia adelante.

Durante estos meses están más que agradecidos «a todos los vecinos de Ortells que nos han tratado como si fuesemos de aquí, a Cruz Roja de Morella que nos ha dado comida y ropa. Este pijama —el que viste Llaó— es suyo». En su periplo para salir adelante un vecino de Ortells les dijo que en Olocau del Rey buscaban una familia con niños. Sin ella el colegio del pueblo, inaugurado hace pocos años, corría peligro de convertirse en un lugar sin vida. El 3 de enero toda la familia fue hasta Olocau para presentarse ante el alcalde, Vicente Royo, y los concejales. Les explicaron su situación y pasaron a formar parte de las familias candidatas para ocupar la vivienda que el Ayuntamiento de Olocau del Rey cederá a la familia que aporte niños al colegio.

«A los 20 minutos nos llamaron»

El Ayuntamiento de Olocau, un pueblo que necesita niños, tardó poco en decidir. «A los 20 minutos nos estaba llamando el alcalde para decirnos que nosotros habíamos sido los escogidos». Para la familia fue toda una revolución «porque la casa está completamente nueva, con el inicio del año se nos ha abierto una nueva oportunidad", comentan los padres.

El cambio para ellos será relativo. Pasarán de Ortells a Olocau. La realidad será parecida. «Los niños no tendrán que coger el autobús para ir al colegio y tendrán otros compañeros con los que jugar», cuentan. Desde el punto de vista educativo los pequeños tendrán que adaptarse, pero cuentan con la ventaja de que el colegio de Olocau del Rey pertenece al Colegio Rural Agrupado Els Ports, del cual es cabecera Forcall, donde hasta ahora asistían a clase.

En dos o tres semanas se trasladarán a Olocau, donde comenzarán una nueva vida. Aitor, con 28 años, ha trabajado como albañil y camarero y está dispuesto a trabajar en lo que sea o a abrir un nuevo negocio.

Tras este regalo de Año Nuevo, Aitor y María le estarán agradecidos eternamente a Roberto. «Nos ho ha dado todo», cuentan.