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Ser o no ser rural, esa es la cuestión. "Estamos en un momento histórico de decidir si España o Europa quiere ser rural o no", avisa Secundino Caso, presidente de la Red Española de Desarrollo Rural. Explica que en los últimos cinco años el mundo rural ha entrado en la agenda: "No es equilibrado tener un planeta donde el 80% de la población vive en ciudades y los pueblos están prácticamente abandonados".

Caso compartió estas reflexiones antes de reunirse con el consejero de Agricultura de Castilla-La Mancha, Julián Martínez Lizán. Explicó que durante años han visto "que el buque iba en la dirección contraria, hacia la concentración de personas". Siguiendo con el símil, se ha conseguido parar a ese buque que iba hacia el precipicio y que ahora toca ponerlo en la buena dirección. Avisa de que el mundo rural tiene muchas de las respuestas de los conflictos que afronta el mundo actual, como el cambio climático o la autonomía energética. "Lo podemos hacer de dos maneras, o imponiéndolos como lo hemos hecho durante décadas o tratando de involucrar a la gente en el medio rural", señala.

El presidente de la Red Española de Desarrollo Rural destaca que Castilla-La Mancha se ha dado cuenta de que hay que contar y dar autonomía a la población de ese medio rural. "Una vez más Castilla-La Mancha cumple", destaca.

El consejero señaló que la Consejería sigue trabajando para arrancar la nueva programación de Desarrollo Rural 2023-27, que en verano se publicaron ya las estrategias y que calcula que en octubre se firmarán los convenios con los 29 grupos de desarrollo rural que hay en la región. Estos grupos se dividen por comarcas y deciden qué necesita su territorio para emplear esos fondos europeos y generar economía en los pueblos. Este programa requiere también cofinanciación por parte del Estado y de las comunidades autónomas. Al respecto, Martínez Lizán destacó que el presupuesto en este período crece en comparación con el anterior. Se pasará de 134 millones a 137,5.