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Más de un centenar de personas, entre padres, alumnos, docentes y sindicatos se dieron cita en la jornada de ayer en San Miguel de Valero para participar en el I Encuentro en Defensa de la Escuela Rural, organizado por la Asociación de Familias del CRA Los Jarales, con la colaboración de la Federación de Asociaciones de Padres de la provincia de Salamanca (Fedampa).

El encuentro surge a raíz de la inquietud de las familias que viven en el entorno rural, muchas de ellas nuevos pobladores que eligieron este medio para desarrollar su vida, y que creen en el modelo de la escuela rural, «son muchas las fortalezas y oportunidades que tiene», explicaba Silvia Hernández, de la Asociación de Familias del CRA Los Jarales, pero que a la vez señalaba que las nuevas políticas que se están llevando a cabo no favorecen este tipo de escuela. De ahí la necesidad de mantener un encuentro con docentes, sindicatos de educación y padres para reflexionar sobre esta situación y poner sobre la mesa tanto las bondades como las dificultades de la escuela rural, que es la «gran olvidada».

Asimismo, señalaba que no hay que olvidar que en la escuela rural se forman un gran porcentaje de alumnos con unos resultados iguales o incluso mejores que lo de la escuela urbana, por lo que no entienden las nuevas políticas en educación, que parece olvidarse de ellos.

Tras tener claras estas ideas, la asociación decidió ponerse en contacto con otras agrupaciones, consiguiendo ayer interesar a representantes de centros y familias de diferentes puntos de la provincia, como Santa Marta de Tormes, El Cerro, Santibáñez de Béjar, La Alberca, Villamayor, Miranda del Castañar, Cepeda, entre otros municipios. Y junto a ellos, representantes de los sindicatos de educación y también Luis Blanco, profesor de Madrid, que acudió con su hijo, también profesor.

El encuentro en San Miguel de Valero se inició con la recepción de los asistentes, a los que se identificó como padres y docentes y a los que dio la bienvenida una concejala, por parte del Ayuntamiento de San Miguel de Valero, y un representante de la asociación organizadoras. Después, tomó la palabra Miguel Grande Rodríguez, conocido en el ámbito academicista por sus investigaciones sobre como afectó, en los años ochenta, la reforma de la ley educativa en la escuela rural, quien habló a los asistentes de la ‘Nueva planificación democrática de la organización educativa rural', al que siguió el maestro Alfonso Díaz.

Reflexión

Sobre las once de la mañana, los asistentes se dividieron en cuatro mesas para reflexionar y analizar la situación, en las que se encontraban tanto padres como docentes y representantes de los sindicatos. Todos ellos hablaron de las debilidades y fortalezas de la escuela rural, que tras un café pusieron en común.

Mientras tanto, los niños se reunieron en el colegio con un grupo de padres para realizar sus propias aportaciones a la jornada, ya que se dedicaron a recortar manos y pies en donde ponían que era lo que más les gustaba del colegio, de esa forma, ellos ofrecían nuevas fortalezas que los padres tendrían más tarde en cuenta.

Con todas las aportaciones de la jornada, tanto las obtenidas por los adultos como por los niños, se realizó un borrador que incluía una serie de mejoras para la escuela rural, el cual dará paso a un manifiesto. «Es tan sólo un borrador, ahora tenemos que seguir trabajando en él», señalaba Silvia Hernández en la tarde de ayer a este periódico, conscientes de que aún faltan muchas voces y aportaciones de otros grupos de familias, ya que lo que quieren es crear una red de Asociación de Madres y Padres de Alumnos (Ampas) de Castilla y León. Hacerles llegar el documento que elaboren para que hagan sus propias aportaciones, también a todos aquellos implicados en la educación rural, para posteriormente realizar un manifiesto definitivo que poder enviar a las administraciones.

Pero hasta que dicho documento esté finalizado, ayer desde la asociación de familias del CRA Los Jarales ya señalaban que tenían una idea clara y es que «la clave del cambio la tienen las familias», éstas deben tener participación, voz y voto en todo el proceso educativo. Y partiendo de este concepto, tienen que conseguir motivar a las Ampas, porque con la unión de todas es como podrán conseguir los objetivos que se propongan.

Por otro lado, señalar que el encuentro no finalizó por la mañana, sino que después hubo una comida, en la que los asistentes aportaron los diferentes manjares, y tras la cual llegó la parte más lúdica de la jornada, ya que hubo talleres en familia, para adultos y niños, sobre teatro, medio ambiente, pintura de dedo, grabado con poliespan y educación a través del juego.