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Por Aymone Lamborelle (EA.com) y Fernando Heller (EuroEFE).

Los retos que enfrentan las zonas rurales de la Unión Europea (UE) son de gran envergadura: despoblación, pocas infraestructuras de transporte de calidad, baja penetración de internet de banda ancha, o un creciente desinterés de los jóvenes por el trabajo agrícola. No obstante, Europa tiene instrumentos para intentar revertir esa tendencia negativa, según se explica en esta infografía de EURACTIV.

Las áreas rurales suponen el 83% de los terrenos de la UE y albergan a cerca del 28% de su población, en torno a 140 millones de personas: cifras muy considerables, y que ponen en alerta a los responsables políticos comunitarios.

Muchas zonas rurales tienen elevados niveles de desempleo y carecen de infraestructuras vitales como internet de alta velocidad (banda ancha) y conexiones de transporte: los habitantes de las zonas rurales de la UE tienen el doble de riesgo de caer en la pobreza o la exclusión social que los residentes en zonas urbanas.

La promesa de un nivel de vida más elevado y de mayores oportunidades económicas en otros lugares está provocando el éxodo rural, lo cual somete a presión a las ciudades de Europa, al tiempo que deja sin aprovechar un enorme potencial en el campo.

La política de la UE para el desarrollo de las áreas rurales tiene por objetivo romper esa tendencia, utilizando la agricultura como catalizador de un cambio que beneficie a todos los sectores. Con una financiación de 99.000 millones de euros del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), el desarrollo rural forma parte del segundo pilar de la Política Agrícola Común (PAC).

Mientras que el primer pilar de la PAC provee a los agricultores de pagos anuales directos basados en la tierra , el segundo pilar se focaliza en proyectos multianuales cuyo objetivo es impulsar la sostenibilidad, la inversión y la innovación, según se explica en la infografía: