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Inglaterra ha hecho una apuesta clara por el desarrollo rural, y ha decidido transferir un 12% de los fondos del primer pilar (ayudas directas) al segundo pilar (desarrollo rural) de la Política Agrícola Común. La idea inicial de la administración inglesa era transferir el máximo permitido en la reforma de la PAC, es decir, un 15%. Sin embargo, finalmente se ha optado por un porcentaje menor, pero condicionado a revisión en 2016 para evaluar si se eleva o no a un 15% a partir de 2018.

La Coalición de la PAC para un compromiso equitativo para los productores ingleses, en la que participan organizaciones profesionales agrarias y sectoriales agrícolas y ganaderas, se ha alegrado de que finalmente el gobierno haya optado por este menor porcentaje. Inglaterra también ha decidido no aplicar pagos redistributivos ni ayudas acopladas.