REDR

Artículo de Isabel Domingo, publicado en Las Provincias.

La avería registrada hace tres días en un tren que cubría el trayecto entre Badajoz y Madrid, y que dejó tirados a 160 pasajeros, provocó la primera crisis del año en Renfe y el Ministerio de Fomento (el ministro Ábalos ha pedido comparecer en el Congreso) y, además, puso la lupa sobre la situación en que se encuentra la red ferroviaria convencional, «la gran olvidada» en los últimos años en cuanto a inversiones según reconoció en alguna ocasión el anterior presidente de Adif, Juan Bravo.

Porque las averías en trenes, los transbordos de pasajeros en autobús y alguna que otra escena surrealista (ahí está un tractor adelantando a un tren o una cascada de agua dentro de un vagón) no se dan sólo en Extremadura, al igual que la ausencia de conexiones. Entre Alicante y Almería, por ejemplo, no hay línea y entre Valencia y Barcelona sigue existiendo un tramo de vía única de más de 50 kilómetros.

Sin embargo, la situación más precaria se da en la conexión entre Valencia y Zaragoza, donde el mal estado de la vía sigue lastrando un corredor cantábrico-mediterráneo por el que, según un informe de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), podrían circular hasta un centenar de trenes de mercancías si se ejecutaran las mejoras necesarias, entre ellas, la renovación y duplicación de la vía o la electrificación del trazado.

Las mejoras permitirían 100 trenes semanales de mercancías, según un estudio de la CEV El viaje a Zaragoza, que dura cinco horas, es más corto por Madrid que directo desde Valencia

Como apuntaba ayer uno de los portavoces de la plataforma ciudadana Teruel Existe, Manuel Gimeno, «la línea está peor que hace cien años porque no ha habido mantenimiento. Es lo que están retomando ahora con el plan director que, no obstante, está orientado sobre todo a mercancías y hay que pensar también en los viajeros».

Hacía referencia a la inversión de 335 millones que tiene prevista Fomento -a través de Adif- en esta línea hasta 2023, (dos años más tarde de lo anunciado inicialmente) y por la que hace unas semanas se licitaba la renovación integral de la infraestructura y la vía entre Sagunto y Teruel por 58,03 millones.

450 incidencias

Precisamente cuando el Consejo de Ministros daba luz verde a esa inversión la línea sumaba una nueva avería: un conato de incendio por un problema en los ejes que retrasó dos horas el viaje y obligó a los pasajeros a realizar el trayecto en autobús. Es una de las 450 incidencias que registró el Valencia-Zaragoza en 15 meses, según datos de Teruel Existe, de los que 80 fueron averías de motor y 100 mecánicas.

A eso hay que sumar el uso de 'tamagochis' (los convoyes son llamados así por ser pequeños y requerir atenciones continuas); las limitaciones de velocidad en el trazado, pues todavía existen nueve (cuatro a 30 kilómetros por hora); las traviesas bibloque RS, que se colocaron en la década de los 70, o de madera en los cambios de vía; o que la velocidad media de la línea sea de 73 kilómetros por hora, «la más baja de España», lamentó Gimeno.

De ahí que utilizar esta línea sea como viajar en un tren del siglo XIX, con un trazado idéntico al de 1901 en vía única, sin electrificar y con rampas de hasta 24 milésimas, lo que complica la circulación de los mercancías. De hecho, en más de una ocasión se han quedado retenidos en la estación de Teruel por esto y por el exceso de peso, ya que hasta octubre la capacidad de carga estaba limitada a 20 toneladas por eje.

Sin olvidar las cinco horas de trayecto (40 minutos más que hace cinco años) que hacen que sea más rápido realizar el viaje Valencia-Zaragoza vía Madrid (tres horas en dos AVE) a pesar de existir el doble de kilómetros de distancia.