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Galicia cuenta con unas características naturales privilegiadas para convertir el sector de la biomasa en una de las principales industrias de la comunidad y en un motor de la recuperación económica, especialmente vinculado al ámbito rural. De hecho, la masa forestal de los montes gallegos representa el 50 % de toda España, a lo que se suma una cuantiosa materia prima para producir esta energía renovable, que se convierte en una de las opciones más económicas y ecológicas frente a los carburantes tradicionales. Conscientes de esta gran oportunidad, desde la Xunta acaban de poner en marcha la Estratexia de Impulso á Biomasa, un proyecto que se desarrollará hasta el año 2020 y con el que se prevé movilizar 450 millones de euros en inversiones, 89 millones más en ayudas directas, además de crear un millar de puestos de trabajo.

Las expectativas son muy buenas, sobre todo teniendo en cuenta que con el desarrollo de esta iniciativa se prevé una disminución anual en el consumo de combustibles derivados del petróleo próxima al 14 %, lo que se traduce en un ahorro de 70 millones de euros, además de dejar de emitir a la atmósfera más de 240.000 toneladas de CO2 por año. Todas estas ventajas han hecho que en los últimos años se haya apostado de forma categórica por la instalación de calderas para combustibles fósiles tanto en hogares particulares como en instalaciones públicas. Así, mientras que entre el año 2009 y 2013 se pusieron en marcha en Galicia más de 1.500 depósitos de biomasa impulsados por el Inega, solamente en este año se colocarán cerca de 1.000, con una inversión de 9,3 millones.

Ejes de actuación

Para llevar a cabo toda esta estrategia, el Gobierno autonómico ha centrado sus esfuerzos en cuatro ejes de actuación, el primero de los cuales es incrementar la demanda a través de diferentes proyectos singulares. Entre ellos, destaca la puesta en marcha de iniciativas como el district heating, una red de calor para la distribución de calefacción y agua caliente sanitaria generada por biomasa, que podrán instalar los distintos concellos, además de un proyecto específico que se desarrollará en el complejo de San Caetano. Además, se dará continuidad al programa Ecospital, que promueve la puesta en marcha de calderas de biomasa en hospitales, así como con otras iniciativas para que también se instalen en empresas, viviendas particulares y administraciones.

El segundo punto del proyecto autonómico pasa por el desarrollo tecnológico del sector, un impulso para el que contarán con el apoyo del Centro de Innovación e Servizos Tecnolóxicos da Madeira de Galicia (CIS Madeira), que transferirá conocimientos al sector para poner en marcha nuevos proyectos industriales, además de desarrollar programas de apoyo a la innovación mediante incentivos para la contratación de servicios de asesoramiento y asistencia técnica, para lo que contará con el apoyo del Igape y la Axencia Galega de Innovación.

Certificar la calidad de la biomasa gallega será otro de los ejes fundamentales en los que centrará sus esfuerzos la Xunta, que establecerá mecanismos para garantizar la trazabilidad del producto, además de crear -a través de la Consellería do Medio Rural- la figura del gestor de biomasa forestal, un profesional capacitado para participar en las distintas fases de la creación de biomasa. Por último, la estrategia autonómica fomentará la formación y la divulgación de la industria de la biomasa con un foro en el que se analizará su implantación.

La comunidad gallega cuenta con el 50 % de toda la masa forestal disponible en toda España; de ahí las enormes expectativas que se abren en torno a la biomasa como energía alternativa a los combustibles tradicionales ? pepa losada