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• Débora Salmonte es una valderrobrense de origen argentino que tiene muy claro que su sitio está en la denominada España vaciada.

Artículo de Javier de Luna, publicado en La Comarca.

Bonaerense de nacimiento, Débora Salmonte es ya una matarrañense y bajoaragonesa más. Esta joven emprendedora y amante del deporte y la naturaleza llegó a España en 2001 con tan solo 11 años en pleno estallido de la Crisis del Corralito que azotó a Argentina. Tras vivir temporalmente junto a su familia en Madrid, Zaragoza y Alicante, el destino hizo que Débora acabase pasando buena parte de su juventud en Alcorisa. Unos años después, en 2015 se estableció definitivamente en Valderrobres.

Después de haber pasado su infancia en la capital de España y en una mega urbe como Buenos Aires lo tiene muy claro: no volverá a vivir en ninguna gran ciudad. Su sitio está en el medio rural en contacto con la naturaleza y con la calidad de vida y condiciones que ofrece vivir en un pueblo pequeño. Por ello junto a su pareja, el alcañizano Daniel decidieron emprender una nueva aventura impulsando Valdevivo, una empresa de turismo activo que abrieron hace tan solo dos meses en plena Avenida Cortes de Aragón de la capital del Matarraña y que ya se está haciendo un hueco entre todos los visitantes amantes del medio natural y paisajístico del Matarraña.

Ambos disfrutan de la vida que siempre desearon junto a su hijo Sebastián. Sin embargo reconoce que le impactó recorrer por primera vez todo el interior del país. Acostumbrada a un ambiente urbano le llamó mucho la atención, cuando se acercaba a la provincia de Teruel, recorrer grandes distancias de campos y montañas alejadas de entornos urbanos. De su Argentina natal echa de menos el mantecol, los asados y multitud de platos y productos gastronómicos de Argentina.

Explica cómo su familia, igual que decenas de miles de argentinos, perdieron prácticamente todos sus ahorros por culpa del denominado Corralito. «Yo era una niña y no lo viví directamente. Fui muy feliz aquí pero luego he sido consciente de lo dura que fue esa situación», explica Débora que se reconoce seguidora del Boca Juniors.

Pese a vivir en Valderrobres, tiene una gran vinculación con Alcorisa, localidad en la que residen sus grandes amigos y a la que acude con frecuencia en fechas señaladas como las Fiestas Mayores. «Alcorisa fue donde aprendí a amar la naturaleza y a estar en contacto con ella. Hubo una época que casi a diario hacíamos la ruta de los Palomares», recuerda.
Cuando llegó al Matarraña le sorprendió el Parrizal de Beceite y reconoce que la montaña de La Caixa sigue sorprendiéndole cada vez que la contempla.

Débora esconde además otra interesante historia que muestra su pasión por el deporte: en 2008 llegó a ser subcampeona del mundo de taekwondo con tan solo 18 años. Tras ganar la Copa de Cataluña y posteriormente la de España, ganaron el Open de Madrid. En Italia volvió a ganar 2 pruebas más y finalmente disputaron la final del mundial en Uruguay quedando en segundo lugar del mundo. «Me enfrenté a 30 personas y logré irme de Uruguay con una plata y un bronce», explica. Lo cierto es que el deporte está muy presente en toda la familia. Su hermano Pablo quiere dedicarse profesionalmente a impartir clases en Valderrobres donde cuenta ya con un nuevo espacio.