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"Se han detectado debilidades y vamos a hacer lo posible por corregirlas". Es lo más cerca que estuvo ayer el secretario autonómico de Agricultura, Pesca, Alimentación y Agua, Joaquín Vañó, de reconocer la existencia de irregularidades en el control sobre el terreno de los proyectos a los que se dedicaron las ayudas europeas del programa Ruralter, tanto en su versión "leader" como en su versión "paisaje".

En un ensayo del debate que este miércoles se producirá en el pleno de las Cortes, donde todos los grupos de la oposición defenderán la creación de una comisión sobre la gestión de los fondos de Desarrollo Rural, Vañó defendió que "los proyectos subvencionados son compatibles con los criterios de la UE" y citó la auditoría interna para asegurar que "se han hecho todos los controles necesarios", aunque se han detectado "debilidades" que hay que corregir.

Las ayudas para estimular la economía de las zonas de interior, concedidas por la Consejería de Agricultura y cofinanciadas por Bruselas, que ascendieron a 128 millones en en seis convocatorias entre 2008 y 2011, se destinaron, en buena medida, a pagar gastos de ayuntamientos, mayoritariamente del PP. El departamento que dirigía la exconsejera Maritina Hernández, diputada de las Cortes Valencianas y miembro de la comisión en la que ayer se debatió el asunto, destinó fondos a la renovación de mobiliario de asociaciones de amas de casa, ayudar a asociaciones de madres y padres de alumnos, o subvencionar a peñas taurinas. Se llegó a admitir una solicitud del Obispado de Tortosa-Castellón por la que, como si se tratara de una pyme, se pagaron 2.400 euros para poner ordenadores en parroquias.

La oposición recordó todo eso. Así, la diputada de Esquerra Unida Esther López Barceló habló de "errores sistemáticos" y puso como ejemplo de los abusos que se hayan pagado camiones, grúas y volquetes a "empresas que están facturando a los ayuntamientos".

Vicenta Crespo, del PSPV-PSOE, exculpó a Vañó de responsabilidad porque llegó al cargo y "se encontró con una maquinación mafiosa en marcha". Según la diputada, la manipulación "partidista" que el PP ha hecho de los fondos permite que peligren las ayudas para el futuro. Josep Maria Pañella, de Compromís, acusó al PP de haber fomentado "el descontrol y el clientelismo".