REDR

Entrevista de Laura Cristóbal, publicada en Efeagro.

El presidente de la Red Española de Desarrollo Rural (Redr), Secundino Caso, señala a esa agenda como la necesidad más importante del territorio en una entrevista con Efeagro en la que repasa el impacto de la pandemia y los retos de futuro en esa España vaciada por la que ha repuntado el interés.
"Con la pandemia, de golpe había ciudadanos de primera y de segunda. En la ciudad, fue muy duro afrontar la crisis sanitaria y, por primera vez en décadas, la gente que vivíamos en el mundo rural eramos los de primera: estábamos de moda, teníamos la naturaleza y el aire libre, seguridad sanitaria...", explica Caso, alcalde de Peñarrubia (Cantabria) desde 2007.

Según los últimos datos difundidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la España rural ocupa el 84 % del territorio, el 82 % de los municipios (6.671) y 7.538.929 personas (el 15,9 % de la población nacional).

Para Caso, la cuestión de la revitalización del territorio y la despoblación ya estaba "en la agenda política y mediática antes de la pandemia y empezaba a tener retornos en votos", pero si no fuera por la covid-19, "se hubiera pasado de moda".

"A partir de la crisis sanitaria la gente de la ciudad ha puesto los ojos en el mundo rural", también en lo que respecta al aumento de las inversiones -incluso sin subvenciones-, por ejemplo en lo que han terminado por ser primeras viviendas: "Han reconectado con lo verdaderamente importante, la naturaleza, la tranquilidad, los productos de cercanía...".

Y eso, en su opinión, tiene consecuencias tanto en la imagen pública que se tenía de los pueblos como en la conciencia de lo que se necesita en ellos, como la conexión de banda ancha -"nadie quiere estar en un pueblo desconectado"-, y eso "a los que trabajamos en esto nos hace pensar que esto es posible, que nos la jugamos y que es cierto que podemos tener una España rural potente".

Por ello, insiste en que lo que se necesita es una "Agenda rural española; ya sabemos que se necesita médico, escuela o servicios sociales en cada pueblo, pero no hay que seguir hablando de lo obvio, sino que nos organicemos, que las administraciones lo resuelvan; no sigamos solo hablando".

"Va a haber negocio, y lucrativo, en el rural. Hay interés. Pero necesitamos coordinación; porque las medidas que van a cambiar el rural están entre todos los ministerios y las autonomías. Por eso tiene que haber una agenda", precisa.

La Red Española de Desarrollo Rural tiene por objeto promover un desarrollo rural integral y sostenible, y está integrada por redes territoriales que engloban a 180 grupos de desarrollo rural, con lo que eso implica en términos de diversidad y casuística.

"Mi llamamiento es que no sobra nadie; no hay dos pueblos iguales ni dos soluciones iguales. No es lo mismo analizar la cornisa cantábrica que el interior de la península", asegura, y con una agenda podría haber un trabajo que comprendiera las peculiaridades del rural y no legislar "en contra del territorio, porque se hace desde lo urbano".

Y pone como ejemplo las farmacias o el transporte escolar, cuya legislación está, a su juicio, pensada para la ciudad y no para las necesidades de los habitantes de los pueblos, "no vale todo para todo".

En este sentido, recuerda que en el territorio ámbitos como el primario, la agroalimentación, las telecomunicaciones, la digitalización, la restauración o el turismo "están todos relacionados", con lo que les afectan desde la Política Agraria Común al Perte agroalimentario o las decisiones medioambientales.

"La fibra tiene que llegar hasta la última casa, se acabó la discusión. Hay que conectar el territorio porque eso también afectará al bienestar de los mayores, que podrán estar asistidos, o animará a que permanezcan los jóvenes, porque hay calidad de vida y oportunidades", afirma.