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El paisaje es cada vez más una pieza clave del desarrollo local y un recurso económico de primer orden, y no sólo para sectores que viven directamente, como el turístico o el vitivinícola. Hay un montón de iniciativas innovadoras y emprendedoras que son capaces de generar empleo y que encuentran en el paisaje su fuente de inspiración. Por otra parte, muchas empresas deciden localizarse en un territorio determinado -y no en otro- porque su paisaje dota de contenido y significación su producto. Estas empresas son las primeras interesadas en velar por el mantenimiento y la mejora de la calidad y singularidad del paisaje en el que se insertan, porque les otorga un valor añadido muy difícil de reemplazar. Cada vez es más evidente, por tanto, el potencial competitivo y de atracción de oportunidades de negocio y emprendimiento que tiene el paisaje, siempre que no se haya banalizado ni haya perdido su identidad. Y esto vale tanto para la economía convencional como para los sectores económicos alternativos. Unos y otros estarán presentes en este seminario internacional, que aprovechará la ocasión para comparar diversas experiencias europeas en la materia, así como también para adentrarse en las enormes posibilidades que ofrecen la cooperación pública y privada y el mecenazgo en este terreno.